Frida es, con diferencia una de esas personas que por lo regular te está dando concejos para todo, es como si tuviera un Master en Concejología, si eso de verdad existiera, creo que se ganaría todos los premios si se llegara a hacer un concurso en esta rama. Yo cero que es su manera de ver el mundo, para todo hay una solución y si no la hay de seguro ella la busca, la encuentra y te hace ver que no todo es de tal color si te refieres a que lo blanco es blanco y lo negro es negro, que no hay que estar comiéndose tanto el coco, por algo insignificante, pero de seguro no le hallará ningún tono de gris.
-Quita esa cara, permíteme que te de un consejo, has oídos sordos mujer-Frida insiste en eso.
-Creo que no puedo evitarlo-niego con la cabeza, entrecierro los ojos y me cruzo de brazos- a veces no se le pueden pedir ciruelas al olmo.
-Son peras al olmo-me corrige sonriendo.
-Lo que sea, puede que estés acostumbrada a dejar a los demás como locos, yo no.
Si de tercos se trataba, yo..., mejor no digo nada.
-Te puedo asegurar que, si lo dejas hablando solo, se le pasará, no es que les dé el avión, es que si no le das importancia es porque así es, no hay que llevar las cosas al extremo, siempre hay que evadir cualquier confrontación, de manera razonable, claro.
Definitivamente hay que inscribirla en cuanto salga una convocatoria para ver cuantos consejos puedes dar en una corta charla, se llevaría todos los trofeos. Tal vez arme mucho alboroto por algo que no le debo dar mayor importancia como bien dice mi amiga "Madame concejitos"
-Lo tomaré en cuenta, pero no te prometo nada-respondo un poco más tranquila, pero aun así suspiro con pesadez.
¿Ustedes pueden creer que eso pueda suceder? ¿Qué se le pase? Así sin más, me imagino que se la pasa ideando como fastidiar mi vida. Pero déjenme y les cuento, como pensaba que podía restregarme en la cara, mi mala información, del nombre de la guitarrita hawaiana, corrió a buscarlo en el diccionario.
¡En el Diccionario de la Real Lengua Española!
¡Ríanse! Porque no es para menos. No puedo aguantar la risa.
¡Pum, en tu cara bobo!
Tal como le dije, pero no quedando conforme, buscó en Google, encontrando casi la misma respuesta.
¡Gracias Google, un punto a mi favor!
Dejando de lado lo del ukulele, ukelele o como le quieran llamar, el espectáculo estuvo de primera, todos aplaudiendo, había tanto movimiento en la sala, hasta escuché comentarios de si se podría abrir una hora para dar clases y enseñar a los huéspedes el baile, fue todo un éxito, yo le propuse a Mauricio la contratación del grupo, había llevado a cabo todo el movimiento, ¿Eso no se los había contado verdad?
Ya toda la gente se ha retirado, Frida y yo nos acercamos para hablar con el grupo, a algunos ya los conocía, eran los mismos de la escuela con otros integrantes, admito que extraño esto del baile y si abren un grupo para enseñanza, me anoto aunque sea para seguir practicando, esperemos que lo pongan para los sábados, para poder ir con tranquilidad a las clases, mamá los sábados sale con Alexa al parque hasta que yo paso por ellas, o le llamo para decirle que me voy a demorar otro rato, ellas regresan a casa y ahí me esperan.
Pero hoy es miércoles mitad de esta larga, angustiante y estresante semana, la cabra psicótica Snape no me ha dejado en paz un solo día, puede que exagere un tantito, pero mi vida es la que está martirizando, lo evito, lo ignoro, haga lo que haga ahí está asechando como lobo hambriento.
El jueves y viernes pasaron sin tantos contratiempos, bueno alguno que otro enfrentamiento, no les voy a alargar el cuento tanto, les voy a contar lo que sucedió el viernes en la mañana, justo cuando pensé que no tendría la suerte de encontrármelo, bueno eso era imposible, ya que se da sus rondas espiándome.
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Enamórate y verás
RomanceSi alguno de ustedes me hubiera avisado que mi mundo iba a girar nada más, ni menos que ciento ochenta grados, en primer lugar me hubiera reído en su cara; es más todavía lo estuviera haciendo, en segundo lugar; eso solo ocurre en las películas y en...