(Este capítulo ocurre unos días después de la separación de Violet y Gerard)
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No recuerdo el día exacto cuando me enamoré de Pepper. Tal vez fue aquella noche cuando llegó a mi casa envuelta en llanto diciendo que su novio la había cambiado por una niña de secundaria o pudo haber sido el día que se quedó entre mis brazos después de una noche de sexo desenfrenado. La mayoría de veces estábamos borrachos cuando sucedía nuestro romance, pero para mí era muy real. Habíamos estado juntos un sin número de veces, ella siempre terminaba negando nuestro lazo, decía que yo no la merecía y puede que haya sido cierto, pero yo me negaba a rendirme. La noche del bar, fue la peor de todas. Violet se había largado y yo esperaba poder llevarme a casa a Pepper, terminar en sus brazos y al otro día hacer como si nada, pero no fue así. Estando en la barra del lugar, con algunos tragos encima, le propuse que formalicemos nuestra relación. Casi toda la facultad nos había visto juntos alguna vez y me parecía algo ridículo el tener que ocultarnos. Había hecho muchas cosas para ganarme su amor, compré un GPS y lo instalé en su teléfono y así podía saber dónde estaba y poder llegar a cualquier hora que me necesitara, no era algo enfermo, simplemente era cuestión de seguridad. También me metí muchas veces por su ventana, solo para verla dormir; me parecía algo tierno, pero a ella jamás le gustó. Al proponerle una relación estable se echó a reír de una manera tan sarcástica que por primera vez en mi vida me sentí humillado.
-¿Qué diablos estás diciendo, Brad?-dijo, mientras se agarraba el estómago de la risa-¿Yo contigo, en una relación? ¡Tienes que estar bromeando!
-No creo que mi cara muestre algún rastro de chiste-dije, sin dejar de verla-tenemos historia y creo que es tiempo de empezar a hacerla oficial.
-Lo siendo Bradley, pero no saldría contigo ni en un millón de años.
Creo que pensaba que el ser amigos le daba un derecho especial de humillarme y hacerme sentir mal, estaba equivocada. No iba a irrespetarme de esa manera, no lo permitiría. La tomé del brazo y la acerqué a mí con rabia, no la estaba lastimando, simplemente puse algo de fuerza en mi tacto para que supiera quién manda.
-Vas a irte conmigo esta noche y te voy a follar tan fuerte que vas a quedar sin aliento-le dije al oído-además, me vas a aceptar como tu novio o te voy a asesinar en este preciso momento.
-Brad, me estás lastimando-dijo, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas-cálmate, me asustas.
-No tienes de qué asustarte si me aceptas.
No resultó como lo esperaba, obviamente mi amenaza no era real ¿O lo era? pero por alguna razón la chica empezó a gritar y a patalear en medio de la multitud, fue cuando ese estúpido se metió en lo que no le importaba y tuve que propinarle un golpe para que dejara de decir idioteces. Estaba a punto de darle el segundo puñetazo, cuando sentí que alguien me agarró del cuello y me dio un cabezazo que me dejó en el suelo, quedé inconsciente por unos minutos y al despertar, empecé a pelear con un tipo cualquiera que se atravesó en mi camino. Me llevaron a la comisaría donde trabajaba papá y él mismo pagó la fianza. Al llegar a casa, no quería escuchar sermones, así que me encerré en mi habitación y puse la música a todo volumen, mientras planeaba mi próximo movimiento. Revisé los lugares que Pepper había frecuentado la noche anterior y ese mismo día y me encontré con una dirección desconocida. Me dirigí al lugar y vi salir al entrometido, lo seguí y llegó a casa de mi novia (le decía novia, así no lo fuéramos). Entré sigilosamente al lugar y me encontré con una escena repugnante: El tipo se estaba follando a mi chica. Salí de la casa con furia y pasé por la tienda de jardinería en busca de un veneno potente, argumenté que tenía plagas en mi dormitorio y que necesitaba acabar con ellas. Pepper me llamó pasada la media noche, su voz era encantadora y me invitaba a ir a su casa, como siempre, no pude resistirme y amanecí en su cama, después de hacerle el amor por lo que restaba de la madrugada. Me invitó a su fiesta de cumpleaños y me pidió que por favor usara un traje que tenía en su ropero, me sentí halagado, había conseguido un traje para mí.
-Iré, siempre y cuando estés conmigo.
-Brad, no entiendo por qué necesitas ponerle un nombre a esto. Me la paso muy bien contigo y no deseo arruinar nuestra amistad teniendo un noviazgo.
-Está bien, pero no quiero que te acuestes con ningún otro.
-¿Qué? No me he acostado con nadie más, solo contigo.
-¿Estás segura, Pepper?
-Estoy segura Brad.
-No me gusta la gente mentirosa-había soportado bastante tiempo el nudo en la garganta-sé que te acostaste con el aparecido del bar.
-¿Cómo sabes eso, Bradley? ¿Estuviste espiándome otra vez? Te advierto que estoy a punto de decirle a la policía y peor aún, a Violet.
No seguí escuchando sus palabras vacías, se había atrevido a amenazarme y eso no me agradaba para nada. Salí de esa casa y deambulé por varias horas en la calle hasta que me cansé del ruido de la ciudad y regresé a mi habitación. Dormí algunas horas y me tomé unas copas de whisky antes de ir a la fiesta, porque iba a ir, no podía perder mi oportunidad. Cuando llegué, la gente hacía fila para poder entrar y logré ver desde la acera de enfrente cómo Pepper se preparaba en su dormitorio, había alguien a su lado, supuse que era el tipo del bar. Entré por la parte trasera, por el lugar que nadie conocía y me quedé bebiendo en el patio al lado del DJ que me miraba con recelo. Cuando llegó Violet, estaba más ebrio de lo que esperaba, pero ella no lo notó, por supuesto que no. Cantamos sin mucho ánimo y cuando me disponía a ir a entregarle su regalo, miramos con asombro cómo Pepper besaba con mucho ánimo al bastardo del bar. Fue la primera vez que no logré ocultar mis sentimientos, así que salí de ese patio sin importarme lo que la gente pudiera pensar de mí. Después de una discusión corta con Violet, decidí que era el momento preciso para realizar mi plan. Esperé a que las chicas se reunieran dentro de la casa y busqué la bebida favorita de Pepper: whisky. No envenené toda la botella, solamente tomé un poco del licor y lo puse en el vaso de cristal que decía ''Feliz cumpleaños a mí'', era obvio que ella bebería de él. Salí sigilosamente de la cocina y me encontré con una escena de desesperación donde todos, incluyendo al bastardo, buscaban a Violet. Tuve que salir a buscarla, era obvio que yo iba a salvar el día. Fue después de llevar a mi amiga a mi casa, cuando recibí la llamada: Pepper estaba muerta. En esos momentos no pude evitar llorar y maldecirme por lo que había hecho, pero al final de cuentas ella se lo merecía puesto que me había humillado y tirado como a un perro muerto en una carretera. Le di la noticia a Violet y juntos sollozamos inconsolables. Dormimos un poco y al otro día le sugerí que tenía que llamar a Gerard, pues él y el bastardo habían encontrado a mi chica. Me hizo caso, pero tomó la estúpida decisión de ir a encontrarse con él, no podía negarme o sería sospechoso. Los días siguientes fueron un total descuido de mi parte; a pesar de que logré convencer a mi padre de que el asesino era Gerard, no conté con que iban a investigar más a fondo mi relación y mi amor por Pepper. Lograron encontrar el GPS que había instalado en su celular y se dieron cuenta que yo había sido el que lo puso ahí. También encontraron el resto del veneno que usé para asesinarla, jamás se me ocurrió que iban a buscar entre mis cosas, pero lo hicieron y fue por eso que ahora estoy en la cárcel. No me arrepiento de lo que hice, Pepper era mía y no iba a permitir que me cambie por un desconocido, me pertenecía y si yo no la tenía, nadie iba a hacerlo. Gerard salió libre unos días después de mi acusación pero no estaba feliz, logré separarlo de Violet y eso me dio aún más satisfacción. Solo espero que, cuando llegue el día de salir, pueda encontrarme con ese hijo de puta, no me importaría cometer otro crimen ya que, siempre son necesarios.
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Life on the Murder Scene
FanfictionEl primer día que lo vi, sabía que iba a causarme problemas. No quise jugar con el destino pero parece que él jugó conmigo. Gerard Way se convirtió en una obsesión, en una mala influencia y sobre todo, en un misterio que descifrar.