Violet me había pedido algo imposible, algo que no podía cumplir porque todavía me quedaba algo de vergüenza, de dignidad. Estaba decidido a no ir a la fiesta de Pepper, sabía que si iba, tendría que enfrentar a las dos chicas y eso me ponía algo nervioso, pero, mi hermano tenía otra opinión al respecto, tuve que contarle lo sucedido puesto que no podía recibir mejor consejo que el de él.
-Gerard, eres un campeón-dijo, entre risas.
-No te conté para que me alabaras, hermano. Necesito que me digas qué diablos debo hacer.
-Bueno, te diría que fueras conmigo, de todas formas en algún momento se van a enterar y es mejor que lo sepan de tu boca además-agregó, mientras escogía un traje de su ropero-nos veremos geniales en traje y estaré yo, cubriendo tus espaldas.
-Tu argumento no es muy convincente-dije, saliendo de su habitación.
-¡Espera!-me tomó del brazo impidiendo mi huida-tienes que actuar como el hombre que siempre me has alentado a ser.
Suspiré larga y amargamente ya que sabía que al fin y al cabo me iba a convencer. Di media vuelta y miré a mi hermano quien me mostraba su expresión desafiante.
-¡Está bien!-dije levantando los brazos-pero vas a tener que prestarme uno de esos elegantes trajes tuyos.
Mikey logró que me metiera en un dinner jacket tan elegante y apretado que me sentía incómodo estando en él, los esmoquin no eran de mi estilo y jamás me iba a poner uno por elección propia. Arreglé mi cabello con un poco de gel: simplemente lo peiné hacia atrás y lo mantuve firme con la viscosa sustancia. Faltaba una hora para salir, pero decidimos irnos antes para comprarle algo ''decente'' a la cumpleañera. Encontramos unos bonitos aretes y un reluciente collar, nos parecieron los regalos perfectos así que los pedimos en una envoltura de flores rosas y nos dirigimos a la elegante casa. Al llegar, todo estaba repleto y extremadamente adornado, me parecía demasiado para una simple fiesta de cumpleaños. Aparcamos en uno de los reducidos estacionamientos y al entrar, Pepper se abalanzó encima de mi hermano gritando de la emoción.
-¡Wow! Cuánta euforia-dijo Mikey-traje a mi hermano, espero que no te moleste.
-Pensé que habías dicho que no vendría-respondió, sin siquiera dirigirme una mirada.
-¡Pero aquí estoy!-dije yo, tratando de cortar la tensión-y te traje un lindo regalo.
-Gracias-recibió el pequeño paquete y lo dejó en medio de otro montón de envolturas y cajas-eres muy amable, aunque no vas a comprar mi perdón con cualquier baratija.
-Vamos Pepper, es tu cumpleaños, relájate-mi voz sonaba calmada, pero la verdad era que estaba muriendo por ahorcarla, era malcriada y desagradecida.
-Tienes razón, por ahora te ignoraré. Disfruta la fiesta.
Se alejó y se llevó a mi hermano con ella, no supe hacia donde se dirigieron puesto que se perdieron rápidamente entre la multitud. Decidí salir al patio y tomarme un trago, con suerte podría embriagarme un poco y hacer de la velada algo más ameno. La ceremonia empezó tal y como lo había imaginado, demasiado lujo y demasiado drama para una simple fiesta. Al final de la canción de cumpleaños, Pepper se lanzó a los brazos de mi hermano y se hundieron en un beso demasiado apasionado para ser mostrado en público, desvié la mirada del incómodo espectáculo y me encontré con una absorta Violet que luchaba con su confusión. Estaba al otro lado de la piscina con un tipo que parecía estar tan irritado dentro de su ropa como yo lo estaba. Los seguí con mi vista y al parecer se había creado un ambiente no muy bueno pues la rubia salió corriendo detrás del chico. En medio de su andar afanado, sus ojos se encontraron con los míos y pude notar un toque de alegría y nerviosismo, yo, simplemente alcé mi copa y le regalé una sonrisa, esperando que me la devolviera, ella, se limitó a mirarme y siguió su camino. Supuse que lo que estaba pasando era grave, así que decidí darle su espacio y luego ir por ella. Fui a buscar a mi hermano pero no había ni rastro de él, así que, tomé otra copa de licor y fui hasta la salida. Violet estaba discutiendo acaloradamente con el chico a quien después de verlo bien, pude reconocer: era al que le había dado el cabezazo la noche que conocí a Pepper, genial, tenía mucho más que explicar. Escuché de lejos la conversación y no pude evitar intervenir. La rubia estaba confundida, esperando sacarle la verdad a su amigo quien no sabía absolutamente nada de lo que estaba pasando así que, tuve que interrumpirlos y contarle que Mikey era mi hermano y que estaba saliendo con su amiga; parecía que estaba demasiado enojada y a mi me daba la impresión que era una furia sin razón, ¿Qué tenía de malo que su amiga tenga una relación?, la vi alejarse y entrar en la casa, donde se encontró con Pepper. No sabía qué era lo más conveniente: seguirla o mirar desde donde estaba, pero al final, me fui acercando poco a poco, atento a cualquier cosa. Mis pasos eran cortos y lentos pues no quería llegar precipitadamente. Mi hermano trataba desesperadamente de llevarse a la insistente chica pero nada pudo hacer, miré como sus ojos se desviaron a los míos con seria preocupación y siguiente a ellos, el rostro de la rubia se encontró con el mío y pude sentir como su voluntad se quebraba. La vi salir de la casa sin que nadie la siguiera.

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Life on the Murder Scene
FanfictionEl primer día que lo vi, sabía que iba a causarme problemas. No quise jugar con el destino pero parece que él jugó conmigo. Gerard Way se convirtió en una obsesión, en una mala influencia y sobre todo, en un misterio que descifrar.