No quería que mi vida acomodada aleje al chico, era increíble y me hacía sentir libre. La noche anterior había sido una locura y estuve a punto de acostarme con él. Agradezco a Luke, si no hubiese llegado seguramente me estaría arrepintiendo en estos momentos y no porque no deseara a Frank, más bien porque ir muy rápido no me traía nada bueno. Mis relaciones anteriores habían sido un desastre, terminaban siempre por mi vida de lujos y excesos, resultaban siendo tediosas y aburridoras. El chico era diferente, se notaba su locura pero detrás de eso, había un joven deseoso de amor. Desperté en mi habitación con la cabeza hecha un nudo y con tanta sed, que podía beberme dos litros de agua sin dudarlo. Me levanté tambaleándome y me dirigí a la cocina en busca de algo de beber, escuché voces en el patio y fui lentamente hacia allá; miré a mi hermano quien sujetaba una cerveza y hablaba animadamente con Frankie.
-¿Me vas a negar que te acostaste con mi hermana?-decía-¡Se tardaron un montón en el baño!
-¡Basta! Si lo hubiera hecho tampoco te contaría, déjame en paz-respondió Frank, mientras se volvía y encontraba sus ojos con los míos.
-Jane...yo...
-No te preocupes, mi hermano es un idiota. ¿Qué tienes planeado?
-Pues...-su mirada ya no estaba fija en mí, se notaba su vergüenza-creo que tenemos ensayo hoy ¿Te gustaría venir?
Lo dudé por un segundo pero al final esa tierna mirada me convenció. Tenía que incluir a Violet en esto, seguramente iba a despejar su cabeza con algo de buena música.
-Seguro. ¿Quieres que te lleve a casa ahora o...?
-¡Oh, creo que te está echando amigo!-dijo el idiota de mi hermano.
-¡Cállate por favor! Ponte algo de ropa y te espero en el auto, le hablo a Frank, por si te ilusionaste, hermano.
Subí de nuevo a mi dormitorio y me recogí el cabello en un moño. Me metí en un bonito vestido rosa y arreglé mi rostro con un brillo labial muy tenue. Al salir, Frank estaba recostado en mi auto, fumando un cigarrillo y sonriendo mientras me miraba.
-Eres hermosa-dijo, soltando una bocanada de humo.
-Gracias, pero preferiría que termines de fumar antes de que entres a mi auto.
Ahí estaba yo de nuevo, mi personalidad hacía que me odie por momentos. ¿Qué tenía de malo que fume en el auto? ¡Nada!, pero yo siempre lograba hacer sentir incómodos a los demás. Frank me miró algo avergonzado y apagó el cigarrillo contra la acera.
-Lo...lo siento-dijo, sin mirarme.
-No te preocupes, a veces soy insoportable.
Conduje sin mirarlo por largo rato, no tenía ganas de verlo pues sentía que lo había ofendido, así haya sido algo tan estúpido.
-¿No te agrado, Jane?-su voz rompió el silencio y me despertó de mis pensamientos de odio.
-¿Qué? ¡No! quiero decir ¡Sí! es que...es complicado.
-¿Qué es complicado? Explícame, creo que podría entenderlo.
-Frank...los chicos siempre se alejan de mí, mi personalidad es detestable.
-No me parece, creo que tienes tus cosas buenas...y muy buenas y malas, como todos.
-Eres muy dulce, pero no me conoces del todo, de hecho no me conoces para nada.
-Lo único que sé es que me encantas.
Me dejó sin habla. A mí también me encantaba, esos ojos verdes y esa piel llena de tatuajes me enloquecían, no hablaré de sus labios porque ningún detalle es suficiente para describirlos.
-Está bien, solo veamos que pasa ¿Te parece?-dije, mientras lo miraba de reojo-no quisiera hacer las cosas muy rápido.
-Suena bien-dijo, mientras me dedicaba una de sus sonrisas encantadoras.
Llegamos a su casa y aparqué afuera de ésta, esperaba a que saliera pero se quedó sentado en su asiento por unos segundos.
-¿Vendrás más tarde?-preguntó.
-¡Claro! No quiero perderme tu ensayo.
Se acercó delicadamente a mí y me dio un suave beso. Sus labios eran cálidos y su olor me extasiaba. Respondí a su tacto moviendo mi boca con un poco más de fuerza y él hizo lo mismo. Sus manos sujetaban mi rostro y las mías estaban sobre sus piernas.
-Me encantaría pasar más tiempo contigo, pero debo arreglar el lugar para el evento.
-Lo sé, yo debo pasar por mi amiga.
-¿Amiga?
-Sí, mi mejor amiga.
-Vale, te espero entonces.
Salió del auto de mala gana y esperé unos segundos para recuperarme del encuentro. Sentía como el interés crecía en mí y eso me daba miedo, no quería arruinar las cosas tan pronto. Me encontré con Violet y después de comer algo le comenté los detalles de nuestro plan, aceptó sin mucho ánimo pero después de trabajar un poco con su cabeza, logré que pusiera la alegría que necesitaba. Llegamos al lugar después de comprar algo de ropa para la ocasión y cuando llegaron los chicos de la banda, presencié una hermosa escena donde por fin mi amiga se veía feliz con un chico. A ella sí se le daban bien las cosas del amor.
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Life on the Murder Scene
Hayran KurguEl primer día que lo vi, sabía que iba a causarme problemas. No quise jugar con el destino pero parece que él jugó conmigo. Gerard Way se convirtió en una obsesión, en una mala influencia y sobre todo, en un misterio que descifrar.