Reborn (Gerard)

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Por fin la vida me sonreía de nuevo. Conocí a algunos chicos interesados en la música y ya que mi carrera en las artes no estaba yendo como lo esperaba, decidí dedicarme a cantar. A pesar de que terminé mis estudios con calificaciones relativamente buenas, tuve un tiempo de oscuridad mientras superaba a Violet. No sé si realmente pude salir de eso, puesto que cada día su recuerdo volvía a mí con muchas situaciones cotidianas. Hace algunos días creía haberla visto paseando cerca de mi casa, pero era imposible. Había cambiado de residencia gracias a la presión de su padre y obviamente, al querido Detective Marshall. Mi hermano y yo tuvimos que separarnos de mi madre ya que ella no quería abandonar su casa. Fueron días difíciles; Mikey entró en una depresión consumidora y me le sumé llegando al punto de compartir drogas y alcohol por un largo tiempo. Recibí ayuda de todas partes pero lo mejor, fue haber conocido a la banda. Seguíamos ensayando en el sótano de Frankie, pero no me importaba, sabía que algún día tendríamos un lugar real para hacer música real. Las cosas se complicaron un poco pues Frank se mudó a Chicago, estábamos muy lejos, pero apliqué para un trabajo temporal en esa ciudad y milagrosamente fui aceptado. Mi hermano se mudó conmigo y sigue estudiando en la universidad, conoció a Nina, una chica que lo ayudó a superar muchas facetas oscuras pero, a pesar de esto, no podía agradarme del todo, de todas formas lo apoyé con su nueva relación ya que había visto sus mejoras. Teníamos planeado hacer un ensayo de emergencia esa tarde, Ray pasó por mí antes de las tres y fuimos por unas botellas de vodka y unas cervezas. Ya todos éramos mayores de edad, así que no teníamos ningún problema para beber mientras tocábamos. 

-Oye, Gerard-dijo Ray-¿No crees que deberíamos cambiar de sitio de ensayos? La casa de Frank es un desastre. Pensé que hoy podríamos alquilar uno de esos lugares exclusivos para hacer música, ¿Qué dices, llamo a los chicos?

Sentía una energía muy peculiar a nuestro alrededor, algo me decía que esa tarde no era la indicada para cambiar de sitio. No le expliqué eso a Ray.

-Creo que deberíamos despedirnos del agujero, que hoy sea nuestro último ensayo ahí. 

Ray sonrió y asintió, sabía que la idea de beber en grupo le agradaba, así que no trató de hacerme cambiar de opinión. Estábamos en el umbral de la casa y yo sentía un escalofrío que me recorría el cuerpo con mucha fuerza, pensé que me iba a enfermar pero luego recordé que esa sensación solo la tenía cuando algo bueno iba a suceder. Entramos al lugar hablando de cosas sin importancia y cuando me paré en la puerta que daba al sótano, el escalofrío se hizo más fuerte. Ray me dio una palmadita en el hombro y siguió primero, seguido de mi hermano. Escuché voces nuevas en la habitación de abajo y reconocí de inmediato de quién se trataba, bajé casi a tropezones. Era Violet, más hermosa y madura que nunca. Pensé que no iba a poder decir una sola palabra, pero al verla, tenía que aclararle que yo estaba ahí, que no era solo Mikey el conocido. 

-¿Se conocen?-preguntaron al unísono Frank y la chica que acompañaba a la rubia.

-Esto...no...puede...ser-la voz entrecortada de Violet me excitó tanto, que tuve que arreglar mi pantalón al disimulo.

-Oh, Dios-dijo la chica-¿Eres Gerard, verdad?

La ignoré, mis ojos estaban centrados en la hermosa rubia que se estaba levantando del viejo sillón. Se acercaba lentamente a mí y yo estaba petrificado. Creo que todos se dieron cuenta de mi expresión puesto que empezaron a reírse quedamente mientras yo temblaba de la emoción. 

-¡Mírate! Tu cabello está mas largo y...

-No lo digas-susurré-no quiero saber que he cambiado para ti. 

-No, no, no me refería a eso.

-¡Okay!-gritó Frank-creo que todos queremos saber qué está pasando aquí. 

Life on the Murder SceneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora