Life on the Murder Scene

Fucking Hell (Gerard)

Fue la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo, tener a Violet a mi lado, es espectacular. Llevamos viviendo casi dos semanas y es maravilloso despertar a su lado, preparar su desayuno, llevarla a su trabajo y sobre todo, saber que alguien espera por mí en casa. Lo mejor del caso es que su ex novio psicópata no ha aparecido, estamos en una paz total y eso me mantiene firme con mi vida; sabemos que tendrá que venir a buscarla en cualquier momento, pero estamos preparados para eso. Las cosas con la banda van excelentes, hemos ensayado todos los días y compusimos dos canciones nuevas que suenan realmente bien. Violet ha estado ocupada con el trabajo, pero jamás se pierde un ensayo, su presencia es indispensable para mi proceso y le agradezco infinitamente por su apoyo. Mi hermano ha estado preocupado por Nina, ya que desapareció por casi tres días sin rastro alguno, cuando por fin vino a buscarlo, se excusó diciendo que sus padres la habían obligado a viajar con ella, pero ¿No pudo avisar antes? Mikey se creyó la mentira, argumentando que sus suegros lo odian, yo sigo dudando. 

A pesar de que todo iba perfectamente, algo rondaba mi cabeza: el comportamiento de Violet había cambiado hace algunos días, no quería pensar demasiado en ello puesto que los buenos momentos eran más que los malos, pero no podía ignorar el hecho de que su estado de ánimo cambiaba de un momento para otro y no lograba darme una explicación. Decidí sacarla de su estrés por un rato, así que la esperé en casa con una cena preparada por mí (la mayoría de ella). Arreglé la mesa con algunas velas y dos copas de vino que había conseguido hace poco (no suelo tomar vino en copa, casi siempre usaba los vasos donde bebía cualquier otra cosa), dejé la comida en el horno y me dispuse a llamar a mi chica. El tonó sonó 3 veces y pasó al contestador. Quise no desesperarme, pensar en que estaba ocupada o conduciendo y que por esa razón no contestaba mi llamada. Esperé unos minutos y volví a intentar, misma respuesta. Me dirigí a la habitación y arreglé algo de ropa que estaba en el suelo, esperando que el tiempo pasara y disipara mis pensamientos de preocupación. Al cabo de media hora después de mi última llamada, tomé el móvil otra vez y marqué.

-¿Hola?-por fin.

-Rubia, ¿Dónde estás? 

-No puedo hablar ahora. Te veo en el bar. 

-¿El bar? 

No obtuve respuesta, ya había colgado. ¿A qué bar se refería? Sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo y miles de pensamientos se pasaron por mi cabeza. Pensé en todos los bares que habíamos frecuentado últimamente y solo se me ocurrió en el que tuvimos nuestra última presentación. Tomé mis llaves, mi billetera y salí del apartamento tan rápido como pude. Conduje por las calles atestadas de coches mientras mi mente se ahogaba en teorías estúpidas que me llenaban de ira y de preocupación. Llegué cuarenta minutos más tarde y vi el auto de Violet estacionado afuera del lugar. Me bajé rápidamente y entré al establecimiento mientras contenía el aliento. Me abrí paso entre la molesta gente que se movía de allá para acá al sonido de una banda que jamás había escuchado y de pronto, una imagen me paralizó: Violet estaba en la barra charlando distraídamente con Joseph, él le sonreía abiertamente mientras ella pronunciaba palabras que no escuchaba desde donde estaba. Decidí quedarme en medio de la gente para observar sin alterarme, pero mi cabeza estaba tan revuelta que, no lograba pensar más allá de la rabia. Di algunos empujones y llegué a la barra en dos brincos. 

-¿Qué tal el trago?-le pregunté a Violet, ignorando al molesto hombre que la acompañaba. 

-¡Qué sorpresa!-dijo él-¿No es hermoso? ¡La pandilla está completa! 

-Gerard...todo tiene una explicación. 

-Me encantaría escucharla-dije-pero no aquí. Mejor nos vamos. 

-Mejor no-Joseph me tomó el hombro haciendo que voltee mi mirada hacia él-acabamos de llegar y me parece muy descortés que llegues aquí sin ni siquiera saludar y ahora pretendes llevarte a la señorita sin que ella acabe su bebida.