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Repiqueteó el sonido de las campanillas de verano contra la madera de roble que cubría la puerta de la entrada. Oí un portazo que hizo que un tormento de viento atravesara todo el piso, provocando que mi pelo terminara esparcido por toda mi cara y que por consiguiente, me fuese imposible continuar trabajando en un pequeño proyecto que la empresa me había pedido que entregara antes de que las vacaciones terminaran. Rápidamente, cerré el portátil y me fijé en la fecha del día, observando el círculo rojo a su alrededor, indicando que algo importante pasaba.
Hoy hacía siete meses desde que había comenzando a salir con Jimin.
Meses atrás jamás habría pensado que volvería a estar junto a mi exnovio y además, que el tiempo que pasaría con él sería el mejor de mi vida.
Amaba a Jimin tanto que me dolía el pecho.
Unos gritos de hurraca me sacaron de mis cavilaciones, que habían dejado mi corazón acelerado como si de una adolescente me tratase. Ni siquiera intenté esconder la sonrisa que cruzaba mi rostro al pensar en mi novio en el momento en el que mi mejor amigo y socio de trabajo, abrió la puerta de mi habitación descaradamente y se tiró de plancha encima de las sábanas.
Yoongi había decidido finalmente que iba a volver a teñirse de negro, textualmente, indicó que ya no tenía edad para hacer cosas de niños y que debía dar cierta imagen de responsabilidad frente a la empresa. Cabe destacar que después de aquello Yoongi fue a tomarse un tazón de chocolate caliente con galletas en forma de dinosaurios.
—Casi he acabado todo el trabajo puto viejo —Hablé por primera vez desde que había entrado en la habitación— Y sabes, tú no has hecho nada.
—Para tu información, puta borde, he puesto mi nombre en la portada, cállate, quiero dormir, estoy cansado.
Lo miré con recelo, observando cómo iba lentamente metiéndose dentro de mis sábanas y terminando desapareciendo por completo, con solo un pequeño mechón de pelo castaño sobresaliendo entre el gran montón de mantas que lo cubrían. Corrí hasta la cama y me tiré encima de él, escuchando como gemía de dolor.
No tuve tiempo de seguir recriminándole cosas a Yoongi porqué se escuchó otro portazo que tal y como había pasado al llegar el antiguo rubio, voló mi melena hasta mis hombros.
—Pero bueno, ¿Qué todo el mundo tiene la llave de mi casa? —Refunfuñé.
—Lo que si tienen es la llave a tus piern...
Justo antes de que Yoongi dijera algo que probablemente lo dejaría sin descendencia de manera perpetua, una cabellera rubia atravesó la estancia tan rápido que segundos después me encontraba girando, sin tocar el suelo. Sonreí, boba.
Jimin me depositó en el suelo y tomándome por la cintura, besó delicadamente mis labios, acunando con su otra mano mi mejilla, permitiéndome reposar contra su caliente cuerpo.
—Hola cielo, ¿cómo has dormido? —Preguntó mientras entrelazaba nuestros dedos y me dedicaba una de aquellas sonrisas que hacían desaparecer sus ojos, una de aquellas genuinas sonrisas que me volvían loca.
—Son las dos del mediodía mi amor, ¿tú crees que no he dormido bien? —Sonreí, besando la punta de su nariz.
—Oh por favor, me dais diabetes, que asco.
Jimin a mi lado, hizo un puchero, lanzándole un cojín a quién se había convertido en uno de sus confidentes. Sí, Yoongi finalmente se llevaba bien con Jimin y no podía estar más contenta por ella.
—Vamos Suga, en realidad estas contento, porqué sino Hyeon estaría con esa arruga tan fea que le sale en medio de las cejas y que hace que parezca quince años mayor —Confesó Jimin al sentarse en la cama al lado de Yoongi. Este último sacó la cabeza de debajo del edredón y me sonrió maliciosamente.
—Oh vaya, gracias al menos por decírmelo a la cara señor "Hyeon me duele el tobillo que me he tropezado con una piedra del tamaño de una uña del dedo pequeño del pie".
Jimin rió y me atrajo hasta él para sentarme encima de su regazo.
Hablamos un poco de la semana hasta que Yoongi decidió hacer su aparición.
—Bueno, ¿y qué hay para comer?
—Hasta que no hagas algo¡ más por el trabajo, para ti nada.
Yoongi se quejó al menos durante una hora, mientras Jimin y yo nos preparábamos para ir a algún lugar en motivo de celebración.
Me quedé esperando en el sofá, tendida, mirando la televisión mientras Jimin cocinaba un poco de ramen para Yoongi, que se encontraba trabajando, sin quejarse, por primera vez en toda su vida.
—Hyeon ven —Llamó Jimin desde la cocina. Levanté mi culo del sofá para abrirme paso entre el gran número de cojines que se encontraban en medio del salón. Apoyé mi cuerpo en la encimera de la cocina una vez llegué. Jimin sonrió de nuevo y acercó a mi boca una cuchara llena de fideos y caldo, soplé levemente el instrumento para evitar quemarme y lo tomé pocos segundos después. Me maravillé por lo sabroso que era, asentí inmediatamente para que Jimin entendiera que estaba delicioso. Cerró el fuego y dejó a un lado los fideos— Sabes, he estado pensando que podríamos ir a dar un paseo por el parque cercano a la empresa —Agarró mi mano y la colocó en la parte baja de su espalda. Lentamente, fue cerniendo su poderoso cuerpo encima del mío. Sentí todo mi interior temblar— podríamos luego ir a un restaurante y comer algo tan caro que una vez hayamos pagado nos lamentemos porqué no llegaremos a fin de mes —Soltó mi mano y colocó ambos brazos a mi alrededor, frotando nuestros cuerpos en un suave vaivén que me hizo aguantar las ganas de gemir— y luego podríamos no salir del dormitorio durante dos noches seguidas. Tengo algunas cosas nuevas que estoy seguro de que te gustarán.
Me sonrojé cuando Jimin colocó su nariz en el hueco de mi clavícula y acariciaba por encima de la tela mi trasero.
Estaba impaciente porqué llegara la noche.
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El lunes me voy de viaje a Italia y como no tendré ningún examen (solo me faltaría eso lmao) aprovecho para actualizar todo lo que pueda<3
Espero que os haya gustado:D
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Home ✥ Pjm ⁑
Fanfiction"Por qué amas a alguien que solo va a destruirte? Por qué respiras si vas a morir igualmente?" ✵Heterosexual ✵100% original ✵Actualizaciones lentas ✵Prohibido el...