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-Me has echo pasar la mayor vergüenza de mi vida ______-dijo Tristan mientras salíamos de aquel bar-.

-Vamos Tristan, agradéceme ya de una vez.

-Vale si, gracias, pero podrías haberlo echo sin que este delante o algo, no se.

-Tampoco fue para tanto.

-Le dijiste que si tuviera una cita conmigo me pagaría de sobra lo que ha echo. No se...le pudieras haber dicho otra cosa.

-Tristan ha aceptado. Se feliz con eso. Adórame por resolver tus problemas, te ayude con el regalo de tu mama y encima te conseguí una cita, ¿no merezco un abrazo?-dije abriendo los brazos-.

-Claro que si-me abrazo-gracias.

-De nada, así me gusta-sonreí-.Pero...

-¿Que?

-No le preguntaste su nombre-reí-.

-Cierto, ¡zanahorias!, ¿como se me olvido?

-Pues vuelve y pregúntaselo.

-Ok, ahora vuelvo.

Minutos mas tarde...

-Se llama ZulMarie.

-¿Le dijiste el tuyo?

-Ash, no.

-Tristan...

-Ya, ya. Ahora vuelvo.

Minutos después...

-Ya ahora si, se sabe el mio y yo el suyo.

-Estas loco-le pegue en el hombro-.

Eran las dos de la tarde. Tristan me dejo en mi casa y me puse a cocinar. La puerta se cerró, será Brad.

-¿Barbie?-grito-.

-¿Que?

-Ah estas en casa-vino hacia la cocina-¿que haces?

-¿Cocinar?-dije obvia-.

-Ya se, hasta eso llego. ¿Pero que?

-Pollo al horno con patatas fritas.

-Yo también quiero.

-Pues háztelo, no soy tu chacha.

-Oh vamos, es pollo, ¡pollo!

-Lo se-reí-¿y que?

-Es mi favorito, no puedes hacerme esto. Yo no se cocinar.

-Pues lo siento.

-Bueno, quizás a papa Chris le interese saber que su adorada hija estaba haciendo cosas indebidas en su salón con su rubio.

-Oh vamos Brad, no serás capaz.

-¿Que no?

-Vale si lo eres.

-Bueno si no quieres que eso pase, yo también quiero lo que estas cocinando. No seas mala, hay que compartir con los hermanos.

-Tú no eres mi hermano. Eres mi hermanastro solo porque lo dicen.

-Bueno, pues se buena hermanastra.

-Te odio...-dije en voz baja-.

-¿Que?

-Que pongas la mesa, hermanito-sonreí falsamente-.

-Así me gusta-me dio una palmadita en el trasero-.

-Hey-me queje-.

El rio y puso la mesa. Hice más patatas y al terminar comimos los dos.

-Llamo mi madre y dice tu padre que si necesitas algo que lo llames.

-¿Y por qué a mi no me llaman?

-¿Por qué me quieren mas a mi?

-Que gracioso-dije sarcástica-.

-Acepta que es la verdad.

-Pues claro que no-le saque la lengua-.

Comimos en silencio cuando el volvió a hablar, aunque quizás debería haberse callado.

Mi Barbie (the vamps) (Brad y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora