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Era ya el último día de clases. Apenas hubo finalizado el acto de cierre, Yoongi se acercó hasta sus pequeños alumnos. Los miró a todos con una triste sonrisa, pues su grupo ya daba por terminada la etapa del jardín. Algunos, comenzarían la escuela; otros, esperarían un poco más. Él no podía creerlo. Le parecía que hacía apenas unos días los había visto ingresar al salón con lágrimas en sus ojos, temerosos por enfrentarse a algo completamente nuevo y ya no estar con sus padres.

Parecía que hacía apenas unos días había conocido a Sun Hee. Recordó con lujo de detalle aquel momento; era muy temprano en la mañana, y su vecina la había dejado en la puerta. Ella lloraba, pues quería ir con su papá. Incluso siguió haciéndolo cuando los otros niños se habían calmado. Yoongi se había apartado un poco del grupo, y le había asegurado que estaría bien allí. Le prometió que aprendería muchas cosas nuevas y que, tanto él como sus compañeritos, serían amables con ella. Ante sus palabras y el dulce tono de su voz, la niña había podido tranquilizarse. Fue desde ese mismo momento que había comenzado a formarse un vínculo muy fuerte. Uno que ninguno de los dos tenía idea de que alguna vez fueran a tener en común.



—¿Qué pasa, papá? ¿Por qué me miras así?



Yoongi salió de su ensimismamiento y miró a su alrededor. Sus alumnos ya estaban de nuevo junto a sus padres. El maestro, entonces, frotó sus ojos, intentando hacer que las lágrimas de orgullo que estaban por salir se quedaran allí. Y tras haber sonreído, se agachó a la altura de la niña.



—No es nada, cariño, sólo... —suspiró— es que creciste muy, muy rápido.

—¿De verdad? —se alegró— ¿Estoy más alta?

—Sí, eso también —rió y revolvió sus cabellos.

—¿Listo? ¿Ya terminaron? ¿Puedo seguir yo, ahora?



Los dos miraron hacia arriba, en donde Jimin se encontraba de brazos cruzados, marcando un ritmo con su pie en el suelo, como si hubiera aguardado por mucho tiempo. Yoongi se puso de pie. El menor, entonces, aprovechó para tomar en brazos a su pequeña y llenar su carita de besos.



—¡Mi bebé ya terminó el jardín de niños! ¡No puede ser!

—Ya no soy un bebé, papá.

—Siempre vas a serlo para mí —tocó su nariz con su dedo índice—. Escucha, tengo grandes, grandes planes para celebrar hoy. Seguro te encantarán.



Los ojitos de Sun Hee brillaron de emoción. Sus pequeñas manos apretaron con fuerza la camisa de su padre.



—Ah, sí —siguió Yoongi—. Un pajarito me contó que Seokjin llamó hace unos días, preguntando si hoy podía llevarte al zoológico por la tarde.

—¡SÍ! ¡QUIERO PASEAR CON SEOKJIN OPPA! —exclamó más que feliz.



Jimin frunció el ceño, bajó a su hija, tomó a Yoongi de su muñeca y lo alejó un poco de ella.


With all of my heart [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora