Domingo por la tarde. Min Yoongi caminaba por los pasillos del supermercado. No había mucha gente, y sólo se escuchaba una música suave de fondo. Todo estaba tan tranquilo, que el ambiente lo aburría hasta el punto de querer dormir, aunque, obviamente, no podría hacerlo allí, ni podía regresar para descansar, ya que necesitaba unas cuantas cosas.
Después de haber agarrado un par de productos de un estante, estuvo a punto de avanzar, pero el sonido de una familiar voz hizo que se detuviera.
—Papi, ¿Me compras unos dulces?
Yoongi empujó su carrito hasta llegar al final del pasillo y, así, observar desde su escondite. Uno bastante evidente, a decir verdad.
—Lo siento, cariño.
—¿Por qué?
—No llevaremos dulces.
—¡Pero--!
—El otro día te compré algunos, y terminaste con dolor de estómago, ¿Recuerdas?
—Sí, pero esta vez no me dolerá.
Jimin soltó una suave risa y besó la frente de la niña.
—No, cariño. No los llevaremos. No quiero que te enfermes.
Yoongi sonrió, enternecido por la dulzura en las acciones del otro muchacho hacia su hija. Aunque, segundos después, su sonrisa se borró.
Su mente se transportó a la noche anterior, a la charla que había tenido con Jimin. Después de haberle contado lo sucedido con su esposa, le había contado que temía por la salud de Sun Hee, ya que la pequeña había nacido bajo condiciones delicadas. También había dicho que, a pesar de haberle hecho cientos de estudios que negaban la existencia de alguna enfermedad, él no estaba seguro de ello.
—¡Hola, señor Min!
El hombre sacudió su cabeza, deshaciéndose de sus pensamientos. Miró a la niña y sonrió.
—¡Sun Hee! ¡Qué sorpresa!
—¿Cómo está? ¿Qué está comprando? —comenzó a husmear dentro del carrito ajeno.
—Cariño, sal de ahí. No hagas eso.
Jimin se acercó a ella, avergonzado. Su mirada se encontró con la del pelinegro, quien, al ver la pequeña sonrisa que el otro le había brindado, suspiró, embelesado.
—Buenas tardes, Yoongi.
—Buenas tardes ¿Hacen las compras?
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With all of my heart [Yoonmin] ©
FanfictionJimin ya tenía a alguien que fuera el amor de su vida, y no creía que alguien más pudiera ocupar ese puesto. Yoongi llegó para demostrarle que él sí era capaz de hacerlo.