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Ni bien llegaron al hotel y dejaron sus cosas, Jimin se dejó caer de espaldas sobre la cama y suspiró, feliz. No le desagradaban los vuelos en avión. De hecho, era ese el primero, pero había estado más que ansioso por llegar a su destino: una preciosa isla, con playas de arenas blancas y aguas transparentes. Dicho paisaje podía verse desde los amplios ventanales de su cuarto. Yoongi se acercó a ellos y miró con una sonrisa la costa frente a él. Luego, volteó para ver la primera cosa más hermosa de su vida, esa que siempre quedaría en primer lugar. Se sentó junto a Jimin y acarició su pelo.



—Nunca te había visto así.

—¿Cómo?

—Desde que llegamos, actúas como una criatura emocionada y adorable.

—Ah, hace mucho tiempo que no sacaba esta parte mía a la luz. En los últimos años, sólo fui un chico serio y preocupado, pero la vida es mucho más que eso. Hay otras cosas en las que hay que enfocarse más, porque son más importantes y nos hacen felices —tomó las manos de Yoongi entre las suyas.

—¿Estás hablando de mí?

—Por supuesto.



Jimin se sentó y soltó un largo suspiro.



—Estás pensando en Sun Hee, ¿Verdad?

—Sé que está bien, sé que está más que bien, pero es la primera vez que estoy tan lejos de ella. La primera vez, desde que nació. Y será por una semana entera. Pero me alegra, al mismo tiempo. Nunca estuve completamente a solas contigo. Ahora, podremos pasear y volver tarde, y no nos preocuparemos por los horarios o por lo que haya que hacer después.

—Sólo estamos nosotros dos, bebé —lo abrazó—. Aún no puedo creer que ya estemos casados.

—Lo repetiste todo el viaje —rió.

—Porque es la verdad.

—Cariño...



El pecho de Yoongi estalló de felicidad, como cada vez que escuchaba tales apodos cariñosos salir de los labios de Jimin para dirigirse a su persona.



—¿Sí?

—¿Qué haremos ahora? Es decir... muchos dicen que la gente se cansa después de los vuelos, pero a mí no me afectó en nada.



Silencio.



—No estás cansado, ¿Verdad?

—No, es que estaba pensando. Ya casi es de noche... ¿Quieres ir a caminar por la playa? Después de todo, el centro no es muy grande. Tendremos tiempo de visitar todo, incluso más de una vez.

—Me parece perfecto.

**************

Cuando ambos estuvieron listos, ya que habían cambiado su ropa por otra más cómoda, salieron hasta la playa. Sólo tuvieron que cruzar la calle. No había mucha luz, ya que faltaba muy, muy poco para que se hiciera completamente de noche. Los dos caminaban cerca de la orilla, tomados de las manos. Sus dedos estaban entrelazados, y se daban suaves caricias, de vez en cuando. Sus pies desnudos caminaban sobre la arena húmeda, dejando un rastro de huellas detrás de ellos que se borraba con las pequeñas olas que iban y venían. 

Yoongi miró al cielo. La luna lucía preciosa, no había ni una nube y millones de estrellas brillaban en lo alto. Él creía que nunca en su vida había visto tal espectáculo de la naturaleza. Jimin también se encontraba haciendo lo mismo, perdido entre sus pensamientos, y luego miró al mayor. Ya lo había visto triste, feliz, enojado... pero nunca completamente en paz. Creyó que, si este no estuviera contemplando el cielo nocturno, estaría caminando con sus ojos cerrados. Soltó su mano por un momento y se aferró a su cintura, abrazándolo sin dejar de caminar. El pelinegro también lo rodeó con sus brazos y sonrió ampliamente.



—Jamás pensé que viviría algo como esto. Tú, yo, Sun Hee... no importa qué puedan decir los demás: soy el tipo más afortunado del mundo, y tengo la familia más hermosa de todas. 

—Creo que le debemos mucho a ella. Fue quien nos acercó, en primer lugar. Si no hubiera sido tu alumna, o si no hubiera hecho que te invitara a cenar; probablemente no estaríamos juntos, ahora.

—Yo creo que sí.

—¿Cómo?

—Es... siento como que esto es algo que pasaría de todos modos. De alguna forma, nos íbamos a encontrar. 

—Pues... qué bueno. Porque tú me salvaste. Si no nos hubiéramos conocido, no sé qué sería de mí. Seguiría siendo un hombre preocupado y deprimido que, sin querer, le hace daño a su hija, y ella seguiría sintiéndose sola.

—No lo creo. Ella te ama mucho. No se sentiría sola contigo a su lado.

—Me lo decía —dijo, triste—. Quería una mamá, quería hermanitos, a alguien más aparte de mí, como si la familia no estuviera completa. Pero no podía hacer nada para cambiarlo, en ese momento. No podía moverme de mi lugar, ni terminar mi duelo. Sin embargo, tú... —rió suavemente— Yoongi, pusiste mi mundo de cabeza. En un buen sentido, el más bueno de todos.

—Tú también hiciste lo tuyo. Sé que suena patético, pero no sólo estaba solo, sino que también me sentía así. Y sentirse solo es horrible. Más que nada, cuando tu mayor anhelo es enamorarte, hallar a alguien con quien compartir cosas bonitas y formar una familia. Sé que no es obligatorio y que no hay edad para hacerlo, pero mi apuro era porque quería disfrutar de cada etapa. Quería... ser de esos que conocen a su pareja de muy jóvenes, y que pasan por todas las etapas juntos; de esos que, no importa qué, y sin importar si la otra persona lo dice o no, estás seguro de que también te aman y que estarán para ti siempre, así como tú también lo estás para ese alguien. Cuando salía con otros chicos... últimamente, nadie quiere cosas tan serias. Hacía ya mucho tiempo que estaba solo. Ni siquiera se me acercaban, y eso me rompía el corazón. No obstante, ni bien te conocí, ese dolor fue más fuerte, porque, cuanto más sabía de ti, más seguro estaba de que nada pasaría. Y cuando me dijiste que también te gustaba... —mostró una enorme sonrisa y sus ojos brillaron— ah, Jimin, te juro que nunca en mi vida fui tan feliz ¡Ni hablar cuando aceptaste casarte conmigo! Tú también me salvaste. Me convertiste de un hombre triste y solitario, en uno completamente feliz y con una familia.

—Te amo, te amo muchísimo.



Eso fue lo único que pudo decir Jimin ante su historia. Yoongi besó sus labios, luego de haberle dicho que lo amaba mucho más, y detuvieron sus pasos sólo para verse a los ojos. De pronto, ni la arena, ni las olas, ni la luna, ni las estrellas eran hermosas en comparación a lo que estaban mirando en ese instante.



—¿Y te cuento un secreto? Hablé con Sun Hee antes de que subamos al avión. Me agradeció por haberme casado contigo. Dijo que no habría permitido que lo hiciera con alguien más, porque tú eres el mejor papá del mundo, junto conmigo.



Pequeñas lágrimas se acumularon en los ojos del mayor, y volvió a besar a Jimin. Fue un beso largo y lento, pero perfecto, como lo habían sido todos, hasta ese momento. 

Ahora, Jimin y Yoongi ya tenían un nuevo momento favorito que agregar a los otros, junto al quien tanto amaban. Sabían que, si seguían juntos, deberían prepararse para agregar muchísimos más.

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Sólo espero que les guste este ANTEÚLTIMO CAPÍTULO y no digo nada más porque me están echando de la pc ahre chau

With all of my heart [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora