With all of my heart [Yoonmin] ©

♡ 17 ♡

Jimin abrió lentamente sus ojos. Se vio a sí mismo en un lugar extrañamente bello. El césped era de color verde claro, y el cielo celeste, como cuando la luz del sol ilumina todo a su alrededor. No había ni una nube, pero sí muchas estrellas. Curioso, caminó un poco, observando todo a su paso.

—Park Jimin... ha pasado un tiempo, ¿Verdad?

El nombrado se detuvo. Si bien esa voz le sonaba familiar, no terminaba de reconocerla del todo, pero sí pudo identificar su rostro al haber volteado. Como si fuera magia, Eun Ji se encontraba parada detrás de él. Tenía un vestido blanco, el cabello suelto, y una flor también blanca detrás de su oreja. Se veía bien, feliz, tranquila... sana.

—Eun Ji... —sonrió, una lágrima se le escapó— n--no puede ser, ¿Cómo--? —negó con la cabeza.

Como si fuera un chiquillo, Jimin corrió hacia ella y la abrazó con todas sus fuerzas. Podía sentir su calor y su tacto.

—Esto no puede ser real...

—Es un sueño, Jimin —se separó y lo miró a los ojos—. Cumplí mi promesa. Te estuve observando. Estás haciendo un gran trabajo con Sun Hee. Elegiste un nombre bellísimo, por cierto.

—Significa "bondad" y "felicidad".

—Así es. Y ella es así, ¿No? Es muy buena. También es feliz, y hace a los otros felices.

—Sí.

—Sin embargo, estoy algo decepcionada —se cruzó de brazos—. No cumpliste con tu promesa.

—¿La mía?

—Que seas feliz.

—Lo soy.

—No. Estás feliz. Lo estás de vez en cuando. No obstante, lo único que haces es preocuparte demasiado por todo. Por tu trabajo, por tu círculo social, por el bien de Sun Hee... por Yoongi.

Jimin palideció y balbuceó un par de veces.

—C--cariño, yo--

—Ya no tienes que decirme así.

—Pero eres mi esposa.

—Lo fui mientras estaba con vida.

—Aún lo eres.

—No intentes atarte a algo imposible, Jimin. Intenta moverte hacia adelante, atrévete a cosas nuevas, permítete ser feliz con alguien más... con quien quieras. Es la única forma de comenzar a movernos.

—¿Y tú por qué?

—Estuve aquí por ti. Primero, para verte a ti y a nuestra hija; después, porque no pudiste soltarme. En cuanto lo hagas, podré ir en paz.

Jimin asintió con la cabeza y miró al suelo.