CAPÍTULO X

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UN NUEVO COMIENZO

Sus ojos se abrieron, reticentes, dudosos de encontrarse con la luz del sol. Consideró que era demasiado temprano para enfrentarse al nuevo día, y no tuvo inconveniente en sumergirse en la oscuridad de sus pupilas. De inmediato, un fuerte dolor atacó su cabeza y la aspiración de refrescarse la garganta se mostró imperiosa... Perezosa, ignoró sus malestares y se hundió más en la cama. El frío que reinaba en la habitación le hizo abrigarse hasta el cuello y entorchar los dedos, siempre buscando el calor para su cuerpo; sin embargo, enorme fue su sorpresa al apreciar la dureza del cuero chimando las plantas de sus pies.

Asustada, iluminó sus ojos. Movió las extremidades hasta estar segura que aquello que sentía no era otra cosa que el endurecimiento de sus sandalias. Sin esperar, se quitó la colcha de encima y observó, paralizada, que llevaba la misma ropa del día anterior. Como balde de agua fría fueron cayendo en su mente trozos de su vivencia nocturna. Le fue imposible retener una sonrisita al juzgar lo disparatados de sus recuerdos, o mejor dicho, de sus delirios.

¡Aquello era imposible!

Recordaba la fiesta; la discusión que sostuvo con Sasuke antes que Sakura lo apartara de su lado... También, la presencia de Naruto y el baile forzado con aquel desconocido. Y claro, cómo olvidar su nefasta conversación con el rubio, dónde él le acreditaba lo imaginable, "No eres nada atractiva". ¡Vaya estocada a su amor propio! Hubiera derramado las primeras lágrimas del día si no hubiera regurgitado una extraña imagen... Remembraba un beso, un ardoroso beso que ella había iniciado, bueno, que había suplicado por recibir.

Instintivamente pasó sus yemas sobre sus labios resecos. Una curiosa electricidad envolvió su ser, obligándola a retirar los dedos tal como si se hubieran cruzado con fuego. ¿Por qué se sentía tan inquieta? Era un hecho que las locuras de su imaginación jamás habían sucedido, y que, Sasuke había sido el responsable de sacarla de la fiesta y llevarla hasta su casa, era lo más lógico, lo más probable.

Sacudió la cabeza, al tiempo que sacaba los pies de la cama y se preparaba para alzarse. No continuaría alentando sus sueños calientes. ¡¿Qué seguiría después?! ¡Sería capaz de soñarlo en...!

La mandíbula casi se le desencajó. Por unos minutos oteó, anonadada, un insignificante papel sobre la mesita de noche. No se apreció capaz de desenvolverlo y dar con el nombre que, desde cincuenta centímetros, creyó avistar. La zozobra que la manipuló fue descomunal. Sus manos estaban firmemente pegadas a su abdomen; y sus dedos, inútiles de moverse y terminar con su niñería. Tuvieron que pasar alrededor de cinco minutos para conseguir escaparse del control de su cobardía.

Contuvo la respiración.

El recado decía así:

"Cuando leas esto, por favor ven a verme a Okonomiyaki Pizza"

"Uzumaki Naruto"

*

*

Las flores pintaban de todos los colores. Los árboles se veían más imponentes y verdes que en cualquier otra época del año. Inclusive, la escases de gente apoyaba la percepción de que el día era perfecto para disfrutar de una caminata. Era una lástima que ella no lo visualizara así. Disgustada, veía como sus pasos se tornaban cada vez más lentos a pesar que ordenaba rapidez. Refunfuñando, metió prisa y trató de ignorar su acosador reflejo. Podía decirse, que lo que la tenía de pésimo ánimo no era la resaca, que ya la había llevado a beberse unos litros de agua y un frasco entero de pastillas; sino, lo funesto de su vestimenta.

Falsas Impresiones- NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora