16 - Un par de ideas

32 5 2
                                    

Sin huellas, tinta de lo bastante comercial, buenos trazos, un dibujo simple pero muy bien elaborado, me atrevería a decir que sin errores; buen pulso y con mucho deseo por ser descubierto... sí, claro. ¡Eso debía ser!

Pensaba mientras conducía camino a casa luego de un largo día de investigaciones. ¿Cómo es que no se me había ocurrido antes?, ahora parecía ser más fácil de encontrar. Al instante una pequeña sensación de satisfacción se apoderó de mí. Seguí mi camino hacia la puerta de la casa recordando la última noche, aquella en la que me habían dejado un obsequio. Abrí la puerta y suspiré, la verdad era que me había encantado; verlo ahí, a expensas de lo que pudiera pasar, vulnerable, cazado por alguien más para permitirme finalizar su trabajo.

Comenzaba a preguntarme si en verdad no lo quería, si en verdad odiaba su insistencia. Vamos, que algo de compañía no me haría mal. Quiero decir: conocer a alguien como yo y compartir lo que soy con él... vaya, ¿podría ser posible? Podía dejar de ocultarme.

Me dirigí hasta el ordenador y tecleé un par de letras sobre el buscador. Ya lo tenía.

—Vamos, has una cita doble. —Me escuché decirle—. No es que sea una cita, tan solo algo de amigos, conocidos —solté sin más. Estábamos en un bar, algo no común en mí, pero si quería sacar provecho de esto debía hacerlo. Después de todo estaría jugando en dos terrenos y de cualquier manera saldría ganando.

—No lo sé... mi hermano no está.

Lo sabía, por supuesto. Esa era la razón por la que lo intentaba persuadir. Andrew bebía cada vez más rápido. Su sistema nervioso comenzaba a alterarse. Haber accedido a pasar la noche con él había sido algo que me había pensado, pero si salía con un sí, habría valido la pena. Lo miraba de tanto en tanto. Podía asegurarlo, accedería. Me miró por última vez antes de su último sorbo. De tal vez, el noveno vaso. Situando la copa ahora bacía sobre la barra, me miró una vez más, esta vez tratando de articular algo con sus labios.

—De acuerdo.

Bien, ya estaba. Tendría la dicha de estar con Alizee una vez más. Aunque Andrew estaría ahí... no se podía tener todo en la vida ¿no es así?

—No ha sido tan difícil después de todo, solo tenías que decir: sí.

—¿Por qué quieres que te acompañemos? —Una vez más pidió un trago al bar tender, quien lo miró como si fuera su madre: molesto por seguir consumiendo hasta quedar perdido.

—No lo sé.

—Vamos, ¿qué no puedes llevar a tu colega?

—Andrew, tú y yo nos llevamos bien. No me obligaste la otra noche a ir a esa estúpida cena... —Lo miré reclamando un favor—. Ahora te toca a ti.

Se encogió ante la idea. Y mirándome con los ojos casi adormilados volvió a acceder. Su presencia no me apetecía pero era la única manera en la que podría ver a la chica fuera de la cama, con los ojos abiertos y con un par de oraciones en su boca.

—De acuerdo, de acuerdo... pero no entiendo por qué debe ir ella.

—¿No me habían dicho que podía contar con ustedes? Que si no quieres ir mejor me voy y le digo a Nolan.

Me levanté de ahí dándole la impresión de que me iría, sabía cuánto apreciaba mi presencia y estaba seguro de que no lo permitiría. Hice un ademan para llamar al barman y pagar la cuenta. El plan había salido a la perfección.

—¡Que no, que no! —discernió tomándome del brazo—, que si vamos. Yo le digo.

—De acuerdo, eso está mejor.

BUENAS NOCHES QUERIDA #1 (Serie Caden)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora