Ser una venezolana no es fácil marica. Tienes que saber lo que es sobrevivir y a su vez cómo mantenerte diva, conformarte que lo más bello que puedes tener es al Brayan, el catire que vende las arepas de la cantina pero que es muy mayor para ti o si...
Chama admito que no me quería parar de esa vaina, estaba era explotada, los carajitos ar coño esos de hoy se habían pasado de coñoemadres.
Les cuento.
Resulta que ajá, hoy en el trabajo unos cuatrillizos, porque no eran ni uno ni dos, eran cuatro coño e madres que nos vinieron a joder la paciencia a los muchachos y a mi en el trabajo. Bueno, ajá. Dos de los cuatro coñitos esos venían en plan de conocer a Santa, aka yo, y todo chévere mrc, pues resulta que ajá, los otros dos se pusieron a ladillar a Teresa y como ella tiene mucha paciencia... ya se habrán imaginado. Lo que les sé decir es que uno le metió una patada a la muy gafa y lo regañó, después uno de los tripones chévere mordió a Teresa por haberle gritado al hermano no sé cómo es que pasó pero Patrick también terminó coñazeado. Para colmo ni rastros de la mamá y ahí los tuvimos como por veinte minutos más hasta que Brenda apareció arrecha y los regañó a lo que ellos inmediatamente pararon bola, pues aquella cabeza e machete resultó ser la hermana mayor y ésta tarde tuvo que cuidarlos así que ajá, el resto del dia los coñitos garlopos mierteros estuvieron jodiendo la pita en el taller de Santa.
Mucho Maze Runner marica, voy a parar a loca.
Me dolía todo chama, estaba era explotada y todo por querer comprarme un mmaguevo IPhone como el de Thomas para salir de éste telepatria.
—¡LILY...! —le escuché gritar a mi tío desde abajo— ¡Alicia de mis amores y mis dolores, baja por favor!
Este tiene que ser marico.
Agarré el teléfono de la mesita de noche y lo llamé.
—¿Qué verga es?
—Verga, es que la flojera ya te está llegando al organismo, carajita.
Bufe.
—Verga Jorjius, ando mama' ¿Qué quieres?
—Ah no, nada déjalo así —le restó importancia a sus palabras con la intención de que le jalara bola para que me dijera. Rodé los ojos— tú sigue descansando ¡Perdón por molestarte con mi existencia!.. ¡Dylan...! Que dice mi sobrina que está reventada del trabajo y que no podrá acompañarte a tomar un batido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En seguida me levanté de la cama y me quité las Crocs para empezar a buscar la ropa para ponerme porque de paso andaba en bata. La loca, la mamarracha.
—Ya va, dile que ya bajo —dije apresuradamente— que no se vaya a ir.
Sin esperar respuesta colgué y me puse el mismo pantalón que cargaba esta tarde, me puse una blusa blanca, las Vans y me tiré la chaqueta marrón para salir porque ajá, era de noche y a veces el clima se ponía muy Inés, a veces hacía frío y otras veces hacía calor. Al bajar empecé a buscar al Jorjius pero más que todo a Dylan, habian pasado varios días luego de la cena de los Harries y no, las cosas entre nosotros no habían cambiado.
