El Trabajo Del Jorjius

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Alicia

Tú... ¿Q...Qué? —apenas salió de los labios de Dylan ya que los de Ty se sellaron automáticamente.

Asenti.

—Tenía doce años, Teresa once. Todo ocurrió un mes luego de mi cumpleaños... —empecé— recuerdo que mi tía nos había traído del odontólogo porque a mi me estaban cambiando las ligas y a Teresa le estaban colocando los Brackets. Nosotras al llegar escuchamos que mami y papi estaban discutiendo demasiado duro y conchale, yo estaba creída que era un cacho que le había montado uno al otro pero verga, papi era lo suficientemente cabrón como para montarle cachos a mami y bueno, a ella no le gustaba esa vaina y de paso le daba ladilla así que descartamos esa idea... —empecé a pelear con el malayo nudo que tenía en la garganta, Ty acarició tiernamente mi brazo— mi tía nos mandó a subir para no escuchar esa vaina y después fue a hacer la comida, Teresa y yo como nunca parabamos bola a un coño fingimos haber subido pero la verdad es que nos escondimos en el cuarto de los corotos para seguir escuchando la pelea, resulta que todo era porque la loca de mami como llevaba tiempo encompinchada con la vecina kike se iban a manifestar a la calle y a lanzarles piedras a los militares...

—¿Hablas de la madre de Diego?

Negué

—La otra vecina, no la conociste cuando fuiste a mi casa porque... —suspire— ella la mataron en la manifestación. ¿Recuerdas que te dije que aprendí lenguaje de señas gracias al hijo mayor del vecino? —Dylan asintió— bueno, ella era su mamá, es por eso que ahora ambos viven solos.

Ty hizo una mueca pero aún así siguió en silencio mientras sus caricias en mi brazo continuaban, reconfortaban bastante a pesar de lo rústico que era Ty a veces.

—Mami insistió y ladilló para ir pero papi se lo impedía porque tenía miedo que le pasara una vaina poray, con lo salada que es... —rodé los ojos— y bueno, ella se arrechó y se encerró en el cuarto, nosotras no seguimos escuchando más porque mi tía nos encontró metidas ahí y a parte de que nos regañó, nos mandó a hacer oficio —jugué con mis manos— papi a eso de la tarde fue a comprar gas a que los maracuchos por el centro a unas calles de la manifestación esa. Un militar lo vio y se le pegó atrás para agarrarlo y papi trató de esconderse para que no lo lincharan, se metió bajo el carro del maracucho y... —desvie la mirada hacia arriba tratando de evitat que se me salieran las lágrimas— y entonces el militar al ver que no salía le arrojó una de sus bombas lacrimógenas...

—Espera... —Dy tocó mi pierna— recuerdo que tu... si, tu me habías dicho algo así —trató de recordar— Si, lo hiciste, en nuestra primera cita, pero tu dijiste que fue tu...

—Menti —solté— Dylan, te menti porque no quería que cambiaras tu trato conmigo después de eso, no quiero tu lástima —miré a Tyler— y mucho menos la tuya... Dy, Perdóname, sé que debí decírtelo desde un principio pero entiendeme, no podía.

Dylan se acercó a mi y tiró de mi torso hasta recostarme sobre sus piernas, me empezó a hacer cariñitos en el pelo y yo trataba de que no se me salieran las lágrimas.

—Cariño, yo...

—Papi salió por el olor y el mmaguevo aquel aprovechó y le... —ahogue un sollozo en la pierna de Dylan— le disparó, le disparó Dylan... mató a papi.

Sentí sus manos darme aún más cariño para reconfortarme y unos segundos después mi torso fue abrazado por Ty. Menor, de pana que estaba expulsando todo el dolor y la arrechera en ese llanto, eso era horrible, intentaba ahogar lo mayor posible mis sollozos en Dylan pero en ocasiones resultaba imposible. Podría decir que al rato cada quien se fue a dormir a su cuarto pero en realidad no fue así ya que cuando volví a abrir mis ojos, Ty aún seguía sentado en el suelo con el resto del cuerpo apoyado sobre la cama aún abrazandome y Dylan había caído de lado junto a mí sobre la cama. Ambos se habían quedado dormidos a mitad de la noche.

Venezuelan Girl Almighty || Dylan O'Brien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora