Ser una venezolana no es fácil marica. Tienes que saber lo que es sobrevivir y a su vez cómo mantenerte diva, conformarte que lo más bello que puedes tener es al Brayan, el catire que vende las arepas de la cantina pero que es muy mayor para ti o si...
-Marica, creo que lo matamos -habló mi hermana con los ojos llorosos- ¿Ahora qué vamos a hacer? Si mami se entera la coñiza que nos va a dar va a ser arrecha.
Empecé a respirar calmadamente tratando de no sucumbir a la desesperación.
-Yava, vamo' a calmarnos, chama que así no puedo pensar bien -me agarré los pelos.
Nawebona, lo que me faltaba. El estrés me va a dejar calva.
-¿Qué coño vas a pensar, Alicia Michelle? ¿En la coñiza que nos van a meter? Ya veo venir la chancla Pocholin de mami contra el hígado mío.
Porque eso si tenía mami, una puntería del diablo y una chancla de marca.
-¡Que no nos van a coñacear, Teresa!
Mentira, obvio que si, pero uno en ma vida debe ser optimista.
Y más nosotras que vivimos de peo en peo.
¿Quieren saber lo que pasó?
¿A quién posiblemente matamos?
Pues...
F L A S H B A C K
-Pana, muevelo que no tengo todo el día -me crucé de brazos mientras esperaba a la mmagueva esta afuera del baño de las mujeres del liceo.
Teresa si es antojosa, csm. Ahorita mismo estaría jartandome unos pastelitos con Guiñan en la cantina mientas nos burlabamos del ridículo que iban a hacer las carajitas de primer año en su presentación con tal de llamar la atención de los de mi salón.
Gran vaina.
-Verga, que ya va, ¿Te andas cagando o qué? -Me gritó desde adentro.
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Miré la puerta indignada.
¿Y ésta tripona qué se cree?
No, mentira. No me extraña, de las dos, ella es la marginal.
-Muévete, nojoda o la mamá de Tarzán te brindará la malta después.
No pasaron ni cinco segundos cuando Teresa salió del baño con el traje de cheerleader y con una cara de culo.
—Tú si ladillas, pana.
-¿No te mordiste la lengua al decir esa vaina? Porque te recuerdo que me tienes aquí puro para cuidarte el bolso. Aún no entiendo porqué no dejas esa mierda en el salón.
