Girl Next Door —Copperpot
Teresa
-Flaco, ¿Has visto mi camisa de One Direction? La negra.
Estaba registrando el closet del cuarto que compartía con Tommy. Si, aún seguíamos en el apartamento de Dylan pero como mami tiene el mojón mental de que Thomas me va a coger si me dejan a solas con él, cuando la verdad es, y gracias a Dios que ni sabe, es que yo soy la que es capaz de cogerse a Thomas, así que para tomar precauciones nos zumbó al Jorjius pa acá
La misma vaina porque le regaló como tres cajitas de condones a Thomas con la excusa de que un tío tan fancy y arrecho como él, no puede dejarse domar por mami porque él ya estaba muy viejo para la gracia para estar recibiendo regaños de la hermana mayor.
Pero si ésta vaina llegara a pasar y mami pregunta, el Jorjius no sabía. Pa ver si así se salva él de la coñiza.
-Humm... ¿Qué?
-Mi camisa, Tom. Tu sabes cuál es, me la has visto puesta.
Seguí registrando el closet pero no obtuve respuesta salvo pequeñas carcajadas de su parte. Giré a ver qué verga era y estaba de la misma manera, metido en el teléfono.
Nawebona. Desde que entré al cuarto estaba en ése plan
-Thomas, ¿Me estás escuchando?
-Si, si... sólo... aguarda un poco -siguió riendo.
Rodé los ojos. Dejé de buscar la camisa ya arrecha de no conseguirla y me puse una a cuadros azul. Hoy iríamos a joder la pita poray y quizás a comprarme unos CD's antes de irnos.
-Estoy lista, vamonos.
-Si Tessa, sólo dame un segundo -tecleo algo en su teléfono- está completamente loca...
Dejó el teléfono a un lado y empezó a ponerse los zapatos tan rápido que de verga se acordó que se tenían que amarrar.
El frío del invierno me golpeó el rostro al salir del edificio tomada de la mano de Thomas. Las calles aun estaban llenas de confeti que se había lanzado la noche antepasada cuando las doce habían caído y los locales aún seguían portando la decoración navideña.
Marica, New York en navidad era burda de bello.
Dylan antes de irse nos había dejado las llaves de una de las camionetas del estacionamiento que pudieramos usar mientras estuvieramos aquí, al menos no íbamos a andar a pie. Primero fuimos a comprar un chocolate caliente en Starbucks.
Thomas estaba en plan:
Después fuimos a Central Park y seguía igual, metido en el IPhone sin pararme bolas.
Volví a ignorar la vaina y una hora después me llevó a comprar mis CD's en el centro comercial. Casi se cae como tres veces por andar viendo el teléfono.
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Venezuelan Girl Almighty || Dylan O'Brien
HumorSer una venezolana no es fácil marica. Tienes que saber lo que es sobrevivir y a su vez cómo mantenerte diva, conformarte que lo más bello que puedes tener es al Brayan, el catire que vende las arepas de la cantina pero que es muy mayor para ti o si...