Ser una venezolana no es fácil marica. Tienes que saber lo que es sobrevivir y a su vez cómo mantenerte diva, conformarte que lo más bello que puedes tener es al Brayan, el catire que vende las arepas de la cantina pero que es muy mayor para ti o si...
Suspire nuevamente, luego de hacerlo diez veces más antes de esa. Estaba arrechamente nerviosa, hace más de semana y media que mi niño había salido del hospital y hace cuatro dias tuvo que ir junto a su grupo de Set a México, si, Thomas también, a realizar algunas entrevistas de Maze Runner y su vuelo aterrizaba en...
Miré mi reloj
¡Coño e su madre!
Salí rápidamente del taxi tirandole los cobres al señor, el vuelo de Dylan estaba desembarcando lo que significaba que él seguramente estaría por aquí.
Adivinen ¿Quién se va a Venezuela mañana?
Ajá, y adivinen ¿Quién no le ha dicho a su novio que se va a Venezuela mañana?
Si, esta que está aquí porque hasta Teresa le había dicho a Thomas nawebona.
Pero coño marica, entiendanme, me daba vaina con él porque sabía que se iba a poner triste pero ajá, yo también porque me iba de regreso a mi country a ver a ese poco e' pejelagartos horrorosos teniendo como novio a Dylan O'Brien
Corrí a la sección de vuelos internacionales con mi lámina de papel bond super fancy que le había hecho a él ya que era el único pendejo que tenía el vuelo retrasado porque todo el mundo llegó ayer.
Al llegar me hice camino entre dos carajitas esperando también por él, quería sorprenderlo porque él creía que Thomas era el que iba a buscarlo.
Las cutie pies empezaron a gritar arrechamente casi dejandome sin oído por lo que supe que Dylan ya estaba aquí. En efecto, estaba cruzando la puerta aquella.
Marica alamierda, le dije que no se llevara esa funda de almohada, esa era la que más huecos tenía, parecía que hubiera ido a la guerra, Pero no! Dylan es necio nojoda.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vi que empezó a buscar a Tommy con la mirada sin obtener resultados. Empecé a gritar su nombre y desenvolvi la lámina.
Ése mmaguevo sordo.
No tuve más remedio que atravesar la barrera que los de seguridad tenían para las locas que querían cruzar y tirarsele encima a mi novio cuando pasó una vaina.
Un malayo mmaguevo Guardia tiró de la parte de atrás de mi sueter casi ahorcandome con el cuello de éste pero aún así regresandome al montón de adolescentes fuera de control.
—¡Pero mira mmaguevo! ¿Qué es lo que te pasa a ti?
