Ser una venezolana no es fácil marica. Tienes que saber lo que es sobrevivir y a su vez cómo mantenerte diva, conformarte que lo más bello que puedes tener es al Brayan, el catire que vende las arepas de la cantina pero que es muy mayor para ti o si...
Todos habíamos quedados perplejos ante las palabras de Jeff, este le estaba tocando la barriga a Jake y la acariciaba como si es que estuviese esperando un carajito, señor, por favor que no se me hayan vuelto locos porque esto es lo único que le faltaba al Cast.
Tyler notó las caricias que Jeff le daba a Jake en la barriga y abrió los ojos de par en par.
—¿Acaso... Acaso estás embarazado? —titubeó antes de llevar desesperadamente las manos a su rostro— no, no, no, esto no es de Dios señor, algún trato hicieron con er diab...
Jeff lo miró con su típica cara de culo, así si parecía él, no con esa sonrisa de gente chévere, así daba miedo.
—No, muchacho animal —Jeff rodó los ojos— Jake y yo vamos a adoptar.
—¿Y quién es la pobre víctima?
Miré a Dylan.
—Después te quejas de que Jeff se mete contigo, carajito.
Dylan rodó los ojos.
—Ustedes, cierren la boca —le ordenó Holly a mi macho y al mejor amigo de mi macho antes de mirar a Jeff y a Jake— felicidades chicos, en verdad se lo merecen.
—Si —Crystal sonrió— serían unos padres increibles.
Jeff sonrió con autosuficiencia, él de bolas que ya lo sabía, en cambio Jake se sonrojó. Esos son demasiado goals en la vida mrc.
—Lo sé —canturreó Jeff— van a amarla, Jake y yo lo hicimos tan sólo verla, ¿No es así, cariño?
Jake asintió.
—¿Amarla? —preguntó Daniel— ¿Entonces estamos hablando de una niña?
Sus ojos parecieron iluminarse, erga, otro más que amaba a los niños. Jake sonrió dulcemente, seguramente al recordarla.
—Si, es una hermosura —suspiró— Jeff y yo quisimos adoptar a una recién nacida, ya saben, queremos todo el paquete completo de padres.
—El estrés, el llanto, la agonía, los desvelos —Jeff enumeró con los dedos— en otras palabras: como cuidar a Dylan enfermo pero con pañales y con cincuenta centímetros de estatura... Ah, y obviamente adorable y preciosa
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Todo el mundo se echó a reír horrible en la mesa mientras Dylan puso su cara de indignación. Ése Jeff era un coño e madre pero supongo que ustedes eso ya lo sabían, ¿Verdad? Dylan me miró y señaló frenéticamente al rededor exigiendome que dijera algo en su defensa con su expresión.
—Ajá pues, dejen de reírse que mi novio es muy bello y él puede ser demasiado ladilla cuando le de la gana, no necesariamente debe estar enfermo.
—Gra... ¡Lily! —me fulminó con la mirada.
Me encogi de hombros en señal de inocencia. Dylan se cruzó de brazos y soltó un bufido, se había arrechado.
