Cuando Hajime despertó en la mañana sintió como si le fuera a estallar la cabeza. Había logrado dormir, milagrosamente, pero su amanecer estaba siendo lejos de ser agradable.
Como el hombre que era, se aguantó el dolor y se levantó a abrir las puertas que daban al jardín exterior. Existían varias ventajas de vivir en una casa tradicional y era aquel espacioso jardín privado. Sacó el futon fuera y lo sacudió antes de doblarlo y guardarlo de vuelta en el armario. Se calzó sus zapatillas en el exterior y comenzó su entrenamiento matutino. Seguía preocupado por los eventos ocurridos en la noche anterior, pero no le serviría de nada quedarse sentado contemplando las musarañas mientras esperaba noticias. Como un reloj, estuvo una hora realizando sus ejercicios hasta que la misma mujer de todas las mañanas apareció para anunciar que el desayuno estaba listo.
Se lavó la cara para limpiar el sudor antes de marcharse al comedor. Siempre solían haber las mismas personas comiendo, pero ésta vez no pudo evitar notar que faltaban dos personas. Natsumi y-
—Hajime, siéntate, por favor —el castaño obedeció de inmediato a la voz de Fuyuhiko. Sin querer se quedó mirando a los asientos vacíos, esperaba no le hubiera molestado—. Tengo algo que contarte.
—¿Joven amo? —Pekoyama miró hacia Kuzuryu con los ojos bien abiertos. Fue extraño verla perder la compostura.
—No, joder... él tiene que saberlo, Peko —Fuyuhiko miró hacia su compañera, solemne. El joven rubio se veía como si no hubiera pegado ojo en toda la noche. Hinata comenzó a preocuparse todavía más.
Peko presionó sus labios fuertemente entre sí queriendo probablemente protestar por la decisión que Fuyuhiko había decidido tomar.
—¿Saber qué? —preguntó con temor.
—Natsumi fue encontrada anoche en un maldito aparcamiento abandonado... —inhaló con fuerza, casi de forma exagerada— muerta.
Se le heló la sangre en las venas. ¿Natsumi muerta? ¿Cómo era posible? No podía ser real, no podía estar pasando. Arrugó el ceño, reprimiéndose a sí mismo. Pertenecían a la mafia, claro que cosas así podían a llegar a ocurrir cuando se encontraban en situaciones peligrosas muy a menudo. Sin embargo, le costaba horrores imaginarse quién, por qué y cómo la podrían haber matado. Natsumi al ser la más joven de la familia siempre estaba rodeada de miembros de la familia que la observaban desde lejos. Profesionales expertos en defensa.
—¿Han descubierto algo? —se atrevió a preguntar.
Pekoyama agachó la cabeza. Fuyuhiko negó con la suya.
—Absolutamente nada. No hay ni un solo rastro o pista del cabrón que lo hizo. Tampoco han conseguido encontrar a los estúpidos guardas que la vigilaban.—
Hajime estaba honestamente aterrorizado. Encontrarse con el hecho de que había alguien tan bueno como ellos era un horrible pensamiento. ¿Una familia rival quizás? No quería que la idea de qué alguien de la familia podría haberlos traicionado pasara siquiera por su cabeza. Seguro Fuyuhiko estaba tratando de descartar esa idea también.
—Te lo he contado porque quiero que vengas conmigo a visitar la escena —Fuyuhiko soltó los palillos que inicialmente había cogido pero que no había llegado a usar. Hajime entendía perfectamente si no tenía apetito. Acababa de perder a su hermana...—. Quizás tú veas algo que esos bastardos no.
—Haré lo que pueda —trató de asegurarle sonriendo levemente. Fuyuhiko se la devolvió y poniendo un frente fuerte, le dio un pequeño puñetazo en el hombro, aparentando actuar con normalidad.
—Anda come, va a ser un día jodidamente largo.—
[…]
Hajime pudo sentir la irritación y frustración irradiando de Fuyuhiko cuando desgraciadamente debió de informarle que no encontró nada que les pudiera llevar al asesino de Natsumi. Sus pistas más cercanas eran puras especulaciones basadas en lo impecable que estaba la escena del crimen. Un asesino profesional con un modus operandi bastante limpio. Un grupo de personas muy coordinadas. Alguien que conocía a la señorita Natsumi... prefería no pensar en esto último. Quizás ni siquiera había sido un ataque meditado, podía haber sido víctima de algún chalado falto de tuercas y Natsumi había tenido la mala suerte de estar en su camino. Fuere como fuere, Fuyuhiko iba a querer ver derramada la sangre de quién se hubiera atrevido a matar a su preciada hermana menor.
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мσησ¢няσмє яαιηвσω 『HinaKoma / KomaHina』
Fanfiction«Hajime, tengo que encargarte un trabajo.» Hajime miró a Fuyuhiko directamente, atónito. No era común que la cabeza de la familia Kuzuryu le diera órdenes directamente por más que fueran hermanos. «Tenemos un cliente que está dispuesto a darnos in...