Que la autopsia no hubiera dado ningún avance sobre el caso de la muerte de su hermana Natsumi tenía a Fuyuhiko de los nervios. Peko notó que estaba más irascible de lo habitual y no lo culpaba. Revisaron el lugar donde la mataron una y otra vez sin encontrar nada nuevo. El rubio tenía un diagrama en su habitación que podía llegar a mirar durante horas, esperando que se le estuviera escapando algo y que de repente pudiera verlo entre las pocas pistas que tenía. De vez en cuando debía sacarlo de sus pensamientos frente a la pizarra para que metiera algo de comida y líquidos en su organismo. Incluso debía de recordarle que debía dormir. Esto no molestaba a Peko, era su deber cuidar de él y eso incluía su bienestar, pero en cambio estaba bastante preocupada de que el shock y los nervios fueran a tener un efecto más negativo en él.
Si tan solo hubiera una única cosa, aunque fuera pequeña, con la que poder avanzar...—Kuzuryu-sama —las puertas de la habitación se abrieron de golpe sin aviso previo, molestando de sobre manera al menor que parecía que podría acercarse a la interrupción y matarlo sin pensarlo dos veces. El hombre se atrevió a hablar antes de avivar la furia del cabeza de familia—. He-hemos encontrado algo más en la autopsia.
Su cuerpo pasó de tensión agresiva a estar impactado. Peko, también, se sorprendía que hubieran encontrado algo nuevo después de casi dos semanas.
Prácticamente corrieron hacia la morgue, siguiendo muy de cerca al hombre que había ido a darles la noticia. Al entrar en la sala, el cuerpo de Natsumi estaba sobre la mesa de operaciones al descubierto. El doctor forense se levantó de su asiento cuando entraron. Un hombre de unos cuarenta y tanto años de pelo canoso. Todo un experto en el campo. Normalmente no corrían este tipo de investigaciones, pero nunca se sabía cuando podía hacer falta... como en ese momento.
—Encontramos que cerca de las heridas de la señorita Natsumi el tejido muscular está roto.—con el rotulador señaló alrededor de las heridas—. No descubrimos esto hasta que pusimos una muestra bajo el microcospio.
—¿Tejido roto? ¿Debido a qué? —si eso les podía dar una pista sobre qué la había matado....
—No sabemos exactamente el qué —habló el muchacho que los había llamado allí. Entonces comenzó a explicar lo que habían averiguado—. Solo puedo decir que fue provocado por una temperatura muy fría. Una exposición de contraste repentino puede dar lugar a la congelación del agua contenida en las células, con formación de cristales de hielo que pueden desgarrar las membranas celulares, provocando que el líquido contenido en su interior se derrame. El resultado final es la destrucción de los tejidos congelados. Claro que esto es a nivel microscópico y fue recién que pudimos verlo.
—¿Qué podría ser? —se llevó una mano a la barbilla. Si realmente era un objeto cónico definitivamente bien perfilado... ¿Podía el asesino mantener un arma en esa temperatura tan fría para causar esas heridas? Como meterla en nitrógeno líquido por ejemplo... Pero, ¿por qué? ¿Por qué tomarse esa molestia?
—Si averiguamos algo más, se lo haremos saber enseguida.—el hombre mayor agachó la cabeza solemnemente. Lamentaban no poder ofrecer nada más.
—Está bien, es un avance —Fuyuhiko se cruzó de brazos y apartó la mirada. Estaba claramente frustrado, pero no iba a pagarlo con aquellos hombres que estaban haciendo todo lo que podían.
Salieron de allí y Fuyuhiko juraría que todo se sentía más pesado aún. Se fue hacia el jardín y una vez allí golpeó la pared, maldiciendo a los cuatro vientos. ¿Qué cojones estaba pasando? Y todavía ni un solo rastro de los guardas de Natsumi.... comenzaba a pensar que éstos podían estar envueltos en el crimen.
Sacó su móvil del bolsillo, dispuesto a marcar el número que le había entregado a Hajime para darle la nueva información, pero una mano sobre la pantalla le detuvo.
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мσησ¢няσмє яαιηвσω 『HinaKoma / KomaHina』
Fanfic«Hajime, tengo que encargarte un trabajo.» Hajime miró a Fuyuhiko directamente, atónito. No era común que la cabeza de la familia Kuzuryu le diera órdenes directamente por más que fueran hermanos. «Tenemos un cliente que está dispuesto a darnos in...