Capitulo 18: Gringotts

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La había hecho guardar el objeto de una traidora... No se podía creer que hubiera caído tan bajo. Cuando llego al callejón Diagon, se escondió en un rincón. Con cuidado, saco la copa del bolso, envuelta en el trapo. Al principio, solo parecía un objeto viejo y desgastado, pero al fijarse, vio los grabados. El tejón de Hufflepuff destacaba entre los demás. Pero no fue eso lo que le llamo la atención. La copa tenía algo, que le llamaba, que le atraía. Como si necesitará que fueran uno. No supo decir porqué, pero era algo fuerte y vital. Abandonó toda precaución e hipnotizada quitó el trapo que la envolvía y la toco.

Como si de un hechizo se tratara, algo invadió su mente. Una imagen clara se apareció y vio al Señor Tenebroso, tal y como lo había conocido. Recordó por lo que habían pasado y necesitaba obedecerlo.

Cuando logro deshacerse del  hechizo, se encontraba de rodillas, en el suelo. Le costaba respirar, estaba mareada y con calor. Una bruja estaba a su lado. Preocupada, le había quitado la copa de las manos.

-Avada Kedavra- La mujer cayó al suelo, sin vida. Recogió la copa, tuvo cuidado de no tocarla directamente.

Bellatrix Lestrange no era una ignorante.  Había estudiado la magia oscura y sabía reconocerla. El hechizo que tenía la copa era peligroso. Sin embargo no lo conocía. ¿Por qué tenía qué ocultarla? Guardo la copa y se dirigió a Gringotts. Encontró un duende libre.

-Tengo que entrar en mi cámara.-

-Señora Lestrange, que honor- El duende le hizo una reverencia, se acerco y señalo hacía las puertas interiores- Por aquí, sigame.-

La primera vez que fue a Gringotts era muy pequeña. Tanto este, como el callejón Diagon estaban a rebosar. Su madre las sujetaba a ella y a su hermana Narcissa y a unos pasos más adelante, su padre sujetaba a Andrómeda. Había tanta gente que si se descuidaban los perdían de vista. A ella le pareció que estaban muy lejos, como ahora. Pero no le importaba.

La primera vez, se quedo maravillada, miraba a todos los sitios y quería acercarse. Pero la voz de su madre le advirtió.

-No actúes como una muggle. Tu has visto esto muchas veces.-

La primera vez que vio Gringotts pensó que era un palacio. Tampoco había visto nunca los duendes pero oculto su curiosidad.

La primera vez que bajo a la cámara por ese túnel, pensó que podía pasarse todo el día así.

La primera vez... Ahora luchaba por mantenerse en pie, firme y sin vomitar. Ahora solo podía pensar en dejar la copa y huir.  Ahora daba gracias que el duende estuviera ocupado con el dragón. Cuando este se aparto estaba lo suficientemente bien para avanzar hacía su puerta.

Su cámara, estaba repleta. Tenia joyas, monedas y lingotes de oro, plata y piedras preciosas. Esconder ahí algo sería sencillo. Sin embargo, como no quería volver al maldito carrito que la subiría se paseo por la enorme cámara. 

Paseándose vio una marca que ella y sus hermanas hicieron cuando eran pequeñas. Les costaba tanto recordar el camino que creían que les cambiaban la cámara cada vez que bajaban. Aun conservaba la marca que les hicieron los duendes al descubrirlas. Sonrió. Aquella cosa jamás olvidaría a su madre, ni la mano que perdió. 

Aquel mismo verano, la pequeña de las hermanas recibió la carta de Hogwarts. Narcissa había llorado mucho, cuando sus dos hermanas mayores partieron. Pero no delante de sus padres. Delante de ellos sonreía orgullosa, como se esperaba de ella. Por su parte Bellatrix y Andrómeda se hacían trastadas y se inventaban historias para hacerla rabiar. 

Volvió a la realidad al tropezarse con un baúl. No entendía que le estaba pasando, hacía años que no pensaba en  su infancia, y cuando lo hacía, solo recordaba a Narcissa. ¿Porque ahora solo recordaba las trastadas en las que Andrómeda llevaba la voz cantante? ¿Porque ahora la recordaba?

Ya estaba casi al final de la bóveda cuando encontró, en una de las paredes una serie de estanterías prácticamente vacías.  Saco su varita e intento que la copa volara hasta uno de ellos. Pero le fue imposible. ¿Qué clase de hechizos habían en aquella copa? Al final la colocó en uno de los estantes más cercanos y sin perder tiempo, salio. El trayecto de vuelta fue algo más calmado pero igual de desastroso. Esperó un poco para calmarse y salio al aire para recuperarse.


Siento haber tardado tanto. Se que debería haber actualizado antes, no tengo escusa. También me alegra decir que tengo la historia bastante avanzada y lo que viene a continuación se pone bastante interesante. O eso espero. Gracias por vuestra paciencia. 

Pd: Se que en el capitulo no sucede muchas cosas, pero es que he tenido que dividirlo. Por que sino habría sido el triple que los capítulos anteriores. 

Besos

Bellamort:La historia de mi nacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora