Capitulo 8: snape y cola gusano

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Nota: Espero que este medianamente bien, he tardado mucho en escribirlo, porque no encontraba la manera de escribirlo. Espero que no sea demasiado flojo o malo.

El hombre saco de uno de los armarios un montón de pergaminos, los dejo caer sobre la mesa y se sentó en la silla más cercana. Cogió un pergamino y lo abrió.

- Margaret Phils, Grifindor... mmmm... Un 5 -mustio- Una sabelotodo...

Vestía una túnica negra y lucia una cara cansada. Su pelo negro, le caía a ambos lados de la cara sin gracia. Llevaba corrigiendo trabajos desde primera hora de la tarde, debía acabarlos rápido ya que pronto llegarían los TIMOS. Marco un 8 a un alumno de Slytherin y se levantó para estirar las piernas.

La estancia era oscura, repleta de estanterías con tarros, calderos y libros de pociones. Sobre una pequeña mesa había un baso y una botella de whisky de fuego. Se sirvió un poco y bebió a sorbos lentos y pausados. Estaba preocupado, pues la persona que más amaba estaba en peligro.

Al acabar salio de su despacho, y de su manga saco una barita; de la punta salio una luz. El castillo estaba silencioso y solitario. Era una noche sin luna y repleta de nubes.

-Cucarachas- anunció, al llegar.

La estatua del águila giró y dejo ver unas escaleras ascendentes. Dudó un instante y subió. Si ese viejo estaba dormido no le importaba. Necesitaba saber de ella y era la única vía de información que tenia.

-Severus ... ¿No duermes?

-Estaba corrigiendo.

- Confío en que seas justo y no te rijas por la casa del alumno.

-Así lo hago. Venia a preguntarle algo...
-Quieres saber que tal esta Lily Potter.- No era una pregunta- Si, Severus, legeremencia.- El anciano le miraba sobre sus gafas de media luna y sonreía.

-Bien pues, ¿que tal se encuentra?

-A salvo, al igual que su marido; si te interesa.

La verdad es que él le era indiferente. Preferiría verlo muerto o lejos de ella, pero ya jamas ocurriría.

-Me lo imaginaba -dijo con rencor-, espero que termine pronto.

-No lo hará; Voldemort no parará hasta matar al niño y sabes que dará su vida por defenderlo.

-¿Ya saben como se llamará? El niño...

-Si, se llamará Harry, y Sirius sera el padrino.

***
Lejos de allí, en el valle de Godric, se encontraba Lily Potter hablando con tres personas. Un hombre alto delgado de pelo negro y rizado sonreía y bromeaba.

-¿Habéis averiguado algo de Loldy Voldy?

-No lo llames así Sirius, no bromees con esas cosas.- El hombre de su lado, de la misma estatura y escuálido se sentía a disgusto cuando veía que su amigo hablaba de esa manera. -Es peligroso, lo sabes, más ahora con el niño.

-¡No puedo decir nada! No te preocupes aquí no nos encontrará.

-¿Que te pasa lunático? No hay luna llena, ni se acerca, por que estés de ese humor.-Bromeo entrando en la estancia.

-¡James! No le digas esas cosas. Tiene razón. Quien sabe qué hechizos tienen hechos.

-Lo siento...

-¡Santo dios que hora es! Peter tenemos que irnos, Dumbledore quiere vernos, ¿recuerdas? -exclamo el hombre lobo.

-Cierto, lo olvidaba- Se levanto rápidamente, su corta estatura destacaba en comparación con las de sus amigos.- ¡Buenas noches!

Los cinco se abrazaron para despedirse. Sirius se sentó, Lily y James acompañaron a los otros dos a la puerta.

-Nos volveremos a ver -Gritó James.

Estando los tres solos, Sirius volvió a hablar, esta vez con mas seriedad.

-Os preocupa que os encuentre y sin embargo, no queréis que sea vuestro guardián.

-Y para contradecirnos lo eres. Canuto, eres mi mejor amigo, y temo que te encuentren.

-James, yo jamás os traicionaría, prefiero morir.

-No empecéis con esta conversa... ¡Se ha movido! -Chillo Lily.

Los dos, sorprendidos, se acercaron y pusieron sus manos sobre su barriga. El bebe se movía pocas veces y siempre se alegraban al notarlo.

-Da patadas-exclamo Canuto.

-Bobadas es que quiere volar, como su padre- grito James orgulloso.

Tal vez, pasaran 5 minutos, tal vez pasara media hora, pero no se dieron cuenta.
Eran muy felices, y jamás olvidarían esos momentos, porque aunque preocupados y en peligro, se tenían unos a otros.

-No quiero que seas tu el guardián Sirius- Ambos miraron a Lily- Eres su padrino y ¿quien se quedara con él si nos pasara algo a los tres?

-Lunático imposible y Peter no sabe nada de niños -El padre que aún sostenía la mano en el vientre de su esposa, estaba preocupado- Por no hablar de Petunia..

-Esta bien, vosotros ganáis, ¿pero quien sera mi sustituto? ¿Remus o Peter?

La pregunta quedo en el aire pues en ese mismo instante el bebe volvió a moverse. Esta vez nadie dijo nada. Sirius estaba pensando, Lily miraba a su marido el cual daba saltitos cada vez que lo notaba.

-¿Has vuelto a saber algo de ella, canuto?- Pregunto de repente James. Su amigo le miro de reojo. Sabia a quien se refería y no le gustaba que la nombrasen.

-Desapareció del mapa, si no fuera porque Lily tiene contacto con ella pensaría que la han raptado.

-Tiene miedo, es muggle y con todo lo que esta pasando, es normal, no te preocupes.

-No creo que Lupin deba ser el guardián. Él, es un hombre lobo y aunque lo conocemos desde primero, eso puede tentarle demasiado. No seria el primero que se une a sus filas.

-Tienes razón -Esta vez era James quien hablaba- El corre más peligro y Peter... Nadie se imaginaría que fuera él el guardián secreto.

Nadie habló, pero todos estaban de acuerdo, Peter seria el nuevo guardián secreto.

Bellamort:La historia de mi nacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora