Capitulo 20: Confundus

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***Bellatrix***

Regreso a su casa, con la esperanza de poder decirle a Señor Tenebroso que había cumplido su deseo. Al llegar a la entrada se paró en seco. Hacía tiempo que estaba tratando de relajarse, de que no se le notaran sus verdaderos sentimientos, pero sentía que no avanzaba nada.

Caminó segura y tranquila hasta llegar a su habitación. Abrió la puerta, pero no había nadie. -No debería ser tan importante si no espera-. Como no tenía nada más importante que hacer y por fin, en meses, no tenía ganas de descansar, paseo por los pasillos de la casa.

-Dipsy -Llamó a su elfo.

Con un sonoro chasquido, una elfina doméstica muy joven apareció.

- Mi ama -hizo una reverencia- ¿Qué desea?

-Tengo hambre, llevame algo de comida al salón y un libro, para entretenerme: alguno sobre maldiciones. Traeme primero el libro.

-Como ordene.

Continuo caminando y antes de llegar al salón ya tenía el libro. Cuando llegó, oyó a Rabastan y a Rodulphus hablando. Hizo un hechizo para silenciar sus pasos y se acercó a la puerta. Lo que escuchó le heló la sangre. 

Rodulphus se había enterado. ¿Cómo? No le importaba mucho, más bien quería saber, qué había hecho con esa información. Lo peor era que no pensaba que era su hijo. ¡¿Para eso había tenido que soportarlo?! Encima eso le ponía en peligro. Si no lo aceptaba cabía la posibilidad de que el Señor Tenebroso se enterase de la verdad. Y solo él podía saber que haría.

Entonces vio como Rodulphus, helado se giraba para mirarla. Decidió llevar la voz cantante.

- Así que te has enterado ¿Cómo? -Le preguntó mientras se acercaba mirándole a los ojos.

-Tengo mis métodos Bellatrix y no intentes la legeremancia, no te permitiré entrar en mi mente.

Rodulphus se levantó y caminó al encuentro de su mujer.

-¿Acaso tengo tanta puntería que te deje embarazada con un solo intento?-  Le preguntó mientras se sujetaba los bajos.

-¿Te importa?- Hizo una mueca de asco y se apartó -Que corra el aire, con el embarazo estoy taaan sensible que lo mismo te vomito encima- dijo sarcásticamente.

Rodulphus le cedió espacio mientras la miraba de arriba a bajo. Pero enseguida volvió a acercarse. Rabastan, entretenido con el espectáculo, tiró la miniatura del dragón y tuvo que agacharse a recogerla. Aprovechando que Rabastan estaba distraído, sacó la varita disimuladamente y hechizó a Rodulphus.

-Vale, linda... te creo- Dijo de pronto, con voz melosa.

Rabastan, que no se podía creer ese cambio, miró a su hermano; aún demasiado cerca de ella, para el gusto de esta. -¿Qué coño...?

Como tantas otras veces su hermano se había quedado con cara de idiota, como siempre que una mujer le muestra un poco más de carne. ¿Qué habrá hecho esta mujer ahora?

-Yo no me lo creo, ni siquiera me creo que estes embarazada. No eres tan buena con los hechizos de ocultación.

Bellatrix se miró la barriga. -¿Pretendes decirme, que puedes ver lo que hay dentro de mi piel? El Señor Tenebroso estará al tanto de tus "extraordinarios" poderes, supongo. ¿Les da un buen uso?

-¡No lo metas en esto! Por las barbas de Merlín por qué te tuviste que casar con una mujer así. ¿No te servía su hermana? A Lucius no le hubiera importado.

-Me tenéis harta, si tienes algún problema con el díselo. Ya nos ha quedado claro que quieres ver lo que hay bajo su túnica, pero voy a darte una buena noticia, puedes usar tus "extraordinarios" po... jajaja... der.... jajaja...es...-acabo riendo.

¡Puf! En ese instante una elfina doméstica apareció con dos platos. Un simple chasquido que les hizo saltar a los tres. Entre hechizos y maldiciones la sopa y los huevos revueltos saltaron por los aires, junto con la elfina que los llevaba.

Esta vez los hermanos estaban preparados y fue un duelo justo. Tanto Rabastan como Rodulphus estaban heridos, pero eran dos e iban ganando. Bellatrix parecía por momentos que iba a perder, cuando de repente se marcharon. Ella se quedó alerta realizando varios hechizos de búsqueda. Ninguno hizo efecto.

***
Lord Voldemort estaba de pie en medio de un claro, los árboles de alrededor tan altos que casi ocultaban el sol, ofrecían un escondite perfecto. El sol de primavera estan en lo más alto y  hacía un día caluroso. Sin embargo parecía que no calentaba a todos por igual. Al lado del señor tenebroso, un hombre bajito temblaba. Sin apenas atreverse a mirarlo, saltaba cada vez que uno de los mortifagos aparecía. Poco a poco, los más leales, se reunieron.

Ninguno habló, pero cuando Lord Voldemort empezó, ni siquiera los animales del bosque, se atrevieron a emitir sonido alguno. 

- La reunión de hoy será breve, sé que muchos de vosotros estáis ocupados llevando a cabo tareas muy importantes para nuestra causa. Últimamente no nos hemos reunido y supongo que vuestra ausencia es por falta de noticias. Me entristece, la verdad y me decepciona. Muchos rumores han aumentado... - Un escalofrío recorrió a los presentes- No os preocupéis yo, como siempre he sido más hábil. Os quiero presentar a mi nuevo seguidor. El cual, espero, nos será muy útil. Se codea, con miembros muy importantes del mundo mágico -Alguno de los presentes rieron- un buen amigo de los Potter.

Bellamort:La historia de mi nacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora