Habían pasado varios días desde su reunión con el señor tenebroso, no había dormido prácticamente nada desde entonces. Pasaba las noches leyendo en la mansión Malfoy. Como de costumbre había entrado sin avisar.
Leer, era una de las cosas que le distraían y apartaban sus pensamientos de todo mal, además de torturar. Aunque aquella noche, aún no lo había logrado. ¿Cómo hubiera sido su vida sin el señor tenebroso? Sin duda, no habría tenido con que aguantar a Rodolphus, no habría sido una de las brujas más poderosas, ni una de las más temidas. Se habría aburrido muchísimo, sin duda sería una vida muy diferente.
Los Malfoy tenían una gran librería: historia de la magia negra, maldiciones, hombres lobo, criaturas peligrosas, moste potente potions...
La biblioteca era inmensa, y algo oscura pero sus paredes hacían de ella una caja de resonancia perfecta. En ella podías esconderte días sin ser visto. De altas estanterías, con libros antiguos y mucho polvo. Estaba inmersa en un libro sobre hechizos oscuros cuando escucho un ruido. Cerró el libro lentamente y sacó su varita. El ruido venía de la entrada y supuso que alguien acababa de entrar.
Entre las primeras estanterías había una figura de su misma altura, no sabía quién era así que decidió lanzarle un encantamiento aturdidor...
Cuando abrió los ojos, estaba sentada en un sofá. La cara enfadada de su hermana estaba justo enfrente de ella.
-¿Qué, estabas, haciendo, en mi, biblioteca?
-Leer tranquilamente. Hasta que me interrumpiste.
-En mi casa... Ya es la tercera noche que te cuelas.
-¿Como...?
-Tengo elfos Bellatrix, lo sabes de sobra. Se puede saber qué es lo que te pasa. No me digas que nada. Rodolphus me ha enviado una carta, está preocupado.
-Es una misión del señor tenebroso nada más. Estoy buscando información. Dile que deje de entrometerse.
-Mientes. O me dices que te pasa o aviso a tu marido, ya sabes como es.
-¡Un entrometido! ¡Nunca me deja en paz! Un día de estos...
- Es tu marido Bellatrix. ¡Es normal que se preocupe! - Al ver que su hermana no reaccionaba pasó al plan B- ¡Se acabó, le enviare una lechuza!
-¡No! Esta bien, te contaré. Pero pobre de ti que le digas algo a mi marido o me la pagarás, estés como, estés.
Narcisa se sorprendió, pero no dijo nada. Debería ser importante, su hermana no le amenazaría en su estado. Decidió esperar.
-Alguien ha escuchado una profecía. Va a nacer un niño...
Sin decir más, empezó a lanzar hechizos y destrozar toda la librería de su izquierda. Estaba asustada, enfadada y tenía mucha, mucha rabia.
-Por las barbas de Merlin, Bellatrix. Eso ya lo se. Fue Severus quien la escuchó. El nos lo ha contado. Hasta Rodolphus lo sabe, él mismo ha averiguado quien es. Hoy se ha reunido con el señor tenebroso. Son los Potter.
-Lo sabías... ¡Lo sabías y no me has dicho nada! ¿Pero cómo puede ser? ¡Algo tan importante como esto!
Su hermana hizo el ademán de destrozar más librerías, previniéndolo Narcisa hizo varios hechizos protectores y le explicó:
-Vino por la noche, estaba nervioso no sabía si contárselo o no. Al final se lo dijo y en cuanto a ti fue idea de Rodol...
Se calló, sabía que había hecho mal y antes de que se diera cuenta había desaparecido. Narcisa estaba preocupada. Si pillaba a su marido dormido lo mataría, no sin antes torturarlo. Si algo le cabreaba es que le ocultaran algo del señor tenebroso. ¿Pero que le pasa a esta mujer con él?
***
Parecía una noche de invierno tranquila. Las nubes amenazaban nieve y ningún ser vivo en quilómetros salia fuera de su cobijo. Nada ni nadie emitía ningún ruido. Entonces un grito rompió el silencio.
-¡Cruxio!
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Bellamort:La historia de mi nacimiento
Hayran Kurgu-Todos los personajes son obra de J.K. Rowling- En medio de la primera guerra mágica, uno de los mortifagos comete un error que, para él, será letal. Sin embargo, nadie lo sabe, ni el mismo Sr. Tenebroso, el cual anda más pendiente de castigar a u...