Capitulo 15: Fidelio

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La cueva estaba desierta, era fría y húmeda. Pese a no estar en lo alto de la montaña, la lluvia lograba colarse hasta ella, creando goteras. Por todo el lugar, había charcos de agua y lodo. Porque si algo no le faltaba a esa cueva era el polvo, polvo que con la lluvia se volvía lodo.

Un trueno iluminó la entrada y entre las sombras algo pareció moverse. Una rata salia de las sombras, asustada y muerta de frío, tras ella había un gran perro negro. Pero la rata no estaba asustada de él, es más parecían conocerse. En ese momento un lobo aulló, fuerte y temible.

La tormenta pasó y poco a poco, con el paso de las horas, en el cielo, apareció la luna. Entonces otro aullido, más grande y más temible, rompió el silencio.

-Parece que nuestro querido Lunático se esta divirtiendo.

-No creo que le haga gracia estar en ese estado.

Los que hablaban, no eran otros que la rata y el perro, que horas antes, se encontraban en la cueva. Ahora, eran dos jóvenes amigos, en la entrada de la cueva, bajo una luna  que apenas se veía por las negras nubes. 

-Mira ahí viene Cornamenta.

-Buenos días amigos ¿Habéis pasado una buena noche?

-Si, aunque esta no ha terminado. ¿Donde has dejado a Lunático?

-Esta dormido, querido canuto, yo mismo me he encargado. No se despertará hasta el amanecer.

-¿No crees que se asustará, solo, en medio del bosque, con los tiempos que pasan?

-Eres un aguafiestas, Peter. -Siruis saco la varita- Vamos, es tiempo de que hagamos el hechizo.

-¿Ya? Tan rápido... -Peter, parecía asustado- ¿Que pasa si vienen por mi?

James entro en la cueva y les insistió para que ellos también lo hicieran. Pese a que era de noche, la luna llena, lograba hacer que todo se viera mucho mejor y más nítido.

-Peter, si no quieres hacerlo, no lo hagas. No te vamos a culpar, pero no tomes una decisión de la que puedas arrepentirte.

-Cierto, además, cuando Lily tenga al bebe, todo se volverá más complicado.

-¿James, porque no vais a Hogwarts? -Peter estaba asustado y no era por nada iba a tomar una de las decisiones más importantes en la vida de una persona.

-Fácil, Dumbledore, en su estupenda amabilidad, ha admitido como profesor a nuestro querido Quejicus. ¡No voy a permitir que ese idiota se acerque a mi mujer!

-Si, quien sabe amigo, quizás su pelo grasiento sea más peligroso que quien-tu-sabes. -bromeó- En ese caso, Peter no tendrás que hacer de guardián secreto. ¡Basta con que le cortemos el pelo!

Incluso tratando de evitarlo, se rieron y con ganas. Hacia tiempo que las cosas no iban tan bien. James sería padre pronto, Sirius no hablaba tanto de Kendra y un gran mago ha creado la matalobos. Una poción, que aunque no este al alcance de todos, la posibilidad de poder curar la enfermedad del Hombre Lobo, era algo maravilloso.

-Bueno -Ahora, era Peter quien hablaba- Sirius es la persona más evidente, para ser tu guardián secreto, y yo soy capaz de esconderme y camuflarme en estas rocas. ¿Quien podría encontraros así?

-Estas seguro, oh Sirius, escuchaste eso. ¡Ahí esta el Griffindor!

-Solo tu sabes donde vais a tener el niño. ¿No? -Sirius extendió la mano- ¡Llévanos!

Un instante después, estaban en la colina más cercana al Valle de Godric. Allí, frente a ellos, un patronus se adelantó.

-Especto Patronum -Los tres gritaron a la vez y de sus varitas salieron animales. Todos ellos diferentes.

-Somos nosotros- Dijo James

-Lo sé. ¿Quien si no?

-Lily, ¿estas sola?

-Dumbledore se acaba de ir. ¿vamos a hacer el juramento?

-Por su puesto, Peter, ¿Preparado?

-¡Si!- En su voz poco quedaba del muchacho tembloroso, de la noche anterior. Estaba decidido a ayudar a sus amigos.

-¿Al final lo habéis convencido?

-Pues claro ¿por quien nos tomas?

El camino hacia el valle fue de los más tranquilo y relajante, no podían llamar la atención, tanto por los muggles como por los magos. Nadie sabia donde podía estar un mortifago.

La casa era blanca, unifamiliar y con un jardín precioso. Era el lugar perfecto para que un niño creciera.

-¿Ya tenéis los muebles?

-Si, Dumbledore ha hechizado a un par de muggles para que los traigan. Lo siento amor...

-Bueno, hagámoslo rápido.-No quería enfadarse, hechizar a los muggles... Eso era por lo que luchaban contra los mortifagos y ellos, en cuanto lo necesitamos, somos los primeros.

-¿Quien hará el hechizo?

-Como se nota que nunca te has ocultado... Lo tienes que hacer tú.

-¿Y... Yo...? -Peter estaba asustado

-¿Quien si no? Mira haz esto y di fidelo- Lily la experta en hechizos le monstruo el movimiento que debía hacer, un hechizo sencillo, pero de gran importancia, razón por la que no se enseñaba en las escuelas. ¿Que joven no podría evitar la tentación?

Bellamort:La historia de mi nacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora