Fisura

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Noto el aliento cálido de Naia en mi pecho. Quiero saber qué está pasando. La separo de mí lo suficiente como para mirarla a la cara, pero sin soltarla.

-Naia, ¿Qué pasa?- pregunto.

Ella se seca las lágrimas con la manga de su suéter. Carraspea un poco. Supongo que no quiere parecer débil.

-Un amigo mío... Estaba en la montaña y. - Se pausa, vuelve a dejar escapar un llanto.

- ¿Y? - La apremio.

Si estaba en la montaña, eso quiere decir que...

-Una explosión, ha habido una explosión. - continua ella con un tono evidente de angustia. - Está herido. En el hospital.

Es él. Vuelvo a abrazarla, me balanceo un poco hacia ambos lados.

-Ya está, Naia. Ya está...

Esta vez ella se aferra a mí con fuerza.

- Vamos  a ver a Jaime.

Levanta la cabeza de golpe.

-¿Lo conoces? - Dice ella, confundida.

- Sí. -repongo con tranquilidad.

-Ahora vete a casa y coge tu abrigo, iremos a ver cómo está.

Mi voz ha sonado algo autoritaria, como si fuese una orden. Naia asiente con levedad. Me sonríe amargamente. Es una sonrisa falsa, pero es una sonrisa. Saco mi móvil del bolsillo. Pulso un par de teclas hasta que se desbloquea. Me cuesta un poco, pero sé usarlo. Marco un número con rapidez. Tecla verde. Pitido. Pitido. Pitido.

-¿Kai?

La voz de Eric suena desde el otro lado. Me alivia oirlo. Mucho.

-Hola. -Digo.

-¿Pasa algo? - Pregunta.

Parece confuso. Es normal, porque acabo de estar con él hace nada y ya lo he llamado.

- Jaime está en el hospital. -Digo finalmente.

Hay un pequeño silencio. Oigo a Eric hablar con su madre, pero no escucho lo que dicen con claridad.

-Vamos para allá. - Me dice.

Acto seguido, cuelga. Me dirijo a la entrada. Los esperaremos aquí y después iremos a ver a Jaime. Naia sale por la puerta con su abrigo, los ojos rojizos y llorosos y con Lua de la mano.Ella no parece demasiado afectada. Naia evita dejar ver su cara. La ha cubierto con la capucha del abrigo y la bufanda. Suspiro. Un fuerte sonido me hace dar un pequeño salto. Es una de esas cosas con ruedas. Veo a Eric dentro, me hace un gesto para que me acerque. Naia me mira desconcertada.

-Nos llevan ellos. Y así Lua se queda con María.

Ella asiente. Lo único importante ahora es la salud de Jaime, y ella lo parece haber  asumido. Nos montamos en el coche. Eric besa a Naia en la frente. Ella trata de sonreírle. No lo logra. María suelta un suave: "Oh, querida." Lua está entre nosotros dos, así que nos dificulta el contacto. Veo a Eric en el asiento delantero. Tiene los ojos fijos en la carretera, igual que su madre. Parece pensativo, concentrado.

El camino transcurre sin voces, sin sonidos. Sólo silencio entre todos nosotros. Naia mantiene la mirada perdida en el horizonte. Lua se ha dormido. María está concentrada conduciendo, Eric en trance. Y yo me limito a apoyar mi cabeza en el respaldo. Tras unos minutos de marcha, el coche se detiene. Eric baja. Nos abre la puerta; primero a Naia y luego a mí. Bajamos. Lua no se ha despertado, así que María se la lleva.

-Llamadme cuando acabéis.- dice ella.

Eric se limita a asentir con pesadez.

-Muchas gracias. -Naia le despide con la mano.

Kai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora