Capitulo 12

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Habían pasado meses. Ocho, para ser exactos. Lo extrañaba, extrañaba pasar mis tardes a su lado.
Mello se había convertido en alguien importante para mi. Aquel día que pasamos en Six Flags, decidió quedarse más días aquí. De ellos aprovechó en ofrecer una convivencia con fans y convivir más tiempo conmigo. Él, fué el chico más atento, lindo y tierno de todos, podría decir que el más amoroso.

La herida de Essau, ya no dolía. Era tanto el tiempo transcurrido, tantas las horas avanzadas, que su recuerdo ya no era tan recurrente como al inicio.

Lo queria y no podía negarlo, pero, ¿amarlo? Esas eran palabras con mucho significado, palabras que no podía decirle a Essau.
Recurrentemente Mello me llama por teléfono, platicandome los avances del Ritual Tour. Pasamos horas y horas platicando, hasta que el sueño nos vence o hasta que el silencio habla por nosotros.

Pensé que siendo una "amiga" de Mello me haría acreedora de conocer su verdadera identidad, pero... no.
Eso aún me desconcerta, sin embargo, he de admitir qué, sí.

Que no es necesario conocer su rostro, besar sus labios, vivir a su lado, verlo diario, para aceptar que me he enamorado. De su forma de ser conmigo, de su infinita compañía que me hacía tan bien, se qué era una fantasía. Pero, aquello era quizá la única fantasía de la cual quería vivir.

Imaginar que él, también estaba enamorado de mi, que pronto podría besar sus labios, acurrucarme en su pecho, permanecer a su lado.

Cuando se fué, me costó trabajo despedirme de él. Por que no supondría que mi corazón estaba entre sus maletas, que ahora mi atención era para él, que mi paciencia era por el, mi lucha era gracias a el; que todo, absolutamente todo. Había sido por él.

Podría alejarme ahora de mi familia y mañana ya estaría frente a su puerta, esperando pacientemente verlo de nuevo, juguetear con su casco mientras observamos el atardecer.

Repetidas veces lo observaba y me preguntaba, ¿como es que me gustas tanto? No creía que eso fuera posible y sin embargo, lo es.

A veces se sentaba a mi lado y lloraba sin motivo alguno, me abrazaba y su llanto cesaba. Era lo mismo que me ocurría a mi, podría llorar, berrear o inclusive debatirme entre la vida y la muerte; pero si él estaba a mi lado. Las cosas eran menos dolorosas, menos asfixiantes, menos... visibles.

Lo extrañaba. Se había vuelto indispensable para mi, qué verlo por momentos me fastidiaba. Sin embargo era distancia, sólo distancia lo que nos separaba.

El día en el que me gradué, Mello me envío un regalo, una canción nueva llamada Moving On. El mensaje decia:

"Quería estar entre la multitud de personas que aclamaran tu logro. Pero créeme que estoy orgulloso, el primero de muchos triunfos. Moving On. Es una canción que talvez dice poco, pero eso es lo que has hecho, lograste mover absolutamente todo un mundo para acomodar el tuyo.
Esta canción considerala tuya, porque pensé en ti cuando estaba creandola.
Sigue así, Te quiere.

Mello [X_X]"

Estaba ansiosa por escuchar la canción, me la habia dedicado y como cualquier mujer enamorada y credula. Me ilusioné. Imaginé que se había inspirado en mi para hacer esa canción.
Aquella era una melodía tierna, dulce, agradable.

No paraba de repetirla. Además de las nuevas canciones que había sacado, he escuchado muchos más Dj's que también se habían ganado mi corazon, sin embargo lo amaba a él.

Casi nada ha cambiado, la "fama" de YouTuber ya comenzaba a hacerse presente, estaba revisando los retos que me habían puesto en un tweet, estoy cerca de llegar al millón de suscriptores y aunque no quiero admitirlo. Sé que está felicidad en parte es gracias a Essau.

Sin embargo recordarlo no me hacía bien. Lo que si quería, era ver a Mello. Abrirle mis sentimientos y por fin decirle lo enamorada que estoy de él.
Pero, ¿cuando? ¿donde? Si él, está muy lejos de mi.

Si en mis manos estuviera el salir de mi zona de confort y buscarlo, lo haría. Porque sé que por el, por Marshmello, valdría la pena.

Estuve un rato más en la computadora, revisando los retos que tenía que realizar y sin embargo, no podía sacarme de la mente a Mello. Sin siquiera estar cerca ya se había adueñado de todo lo que estaba conmigo, desde mi ser hasta mi alma.

Un helado. ¡Sí! ¡Tengo antojo de un helado!
Tomé las llaves de la casa, mi teléfono y un poco de dinero para ir al parque por un helado, el calor estaba matandome.

-¿De qué va a querer su helado señorita?-

-De chocolate, por favor.-

-Enseguida.- mientras el heladero preparaba mi cono de helado.
Observaba mi celular. Sentí la presencia de alguien más a mi lado, así que sólo me hize un poco para atrás sin apartar la vista de mi teléfono.

-De pistache para hacerla cambiar de lenguaje...- La sangre hizo que mi rostro quedara sin color.
Mis labios habían quedado paralizados, sólo una persona. Una maldita persona decía eso...- ¿No me vas a saludar?, princesa.-

-¿A ti? ¿Te conozco?- había cambiado. Ahora tenía olor a perfume carísimo y brandi barato. Una mezcla para nada atractiva.
Si no lo conociera, diría que era sólo una maldita basura. Su cabello era negro, completamente negro. Vestía traje, y gafas oscuras.

-Tus "ofensas" conmigo son inútiles Evelyn.-

-¿Enserio?- Guardé mi celular en el bolsillo trasero del pantalón. Recibiendo mi helado con las manos temblorosas- lastima, porque una conversación contigo, no me apetece. Linda noche Essau.-

-Podría ser linda si fuera contigo.- solté un bufido en señal de frustacion. Me frustraba, me hacía perder el tiempo. Sé que tenía que pasar esto para comprobar que mis sentimientos hacia él, eran nulos.

-Eres tan patético.-

-Patético, ¿por amarte?-

-¡Jajaja! No me digas ironías.-

-Es enserio, princesa. Y ahora, estas más... mmmm... deseable.- se acercó a mi, ocasionandome miedo.- Mmmm. ¡Sí! ¡Te deseo!- Apretó su cuerpo contra mi pecho, uniendo sus labios a los míos. Mi cuerpo, mi cara luchaba por alejarse de él. ¡Asco! ¡Me provocaba asco!
Estaba inmovilizada.
Quería alejarme, y aquella opción parecía estar lejos, muy lejos de mi.

-¡Sueltala!- Gritó una tierna y hermosa voz.- ¡Que la sueltes! ¡Maldita sea!- sentí el cuerpo de Essau lejos de mi, ¡Me había rescatado!

Le dió un fuerte golpe en la mejilla, lo que provocó que Essau quedara en el suelo, mientras sus brazos. Me dieron cobijo, me alejaron del infierno que otros brazos me estaban dando.

Un sueño increíble. © (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora