Capítulo 14

280 14 5
                                    

Escuché los golpeteos suaves en la puerta, al inicio quería resistirme a abrir, me había quedado dormida. Había perdido la noción del tiempo y eso hacía que mi cuerpo se sintiera... pesado.

-¿Qué?- grité. Mientras al otro lado de la puerta escuché a Neferet.

-Te llegó una carta...- ¡Mello! Imaginando una fantasía que quizá era mentira, me ilusioné.
Rápidamente me levanté de la cama para abrir la puerta sin embargo la carta apareció por debajo.- Si no quieres abrir no importa hermanita, sólo... te dejo la carta.- sentí sus pasos alejarse, y aunque sí. Honestamente quería ignorar la carta e iniciar de cero, pero aún fue más mi curiosidad que recogí la carta entre mis manos para comenzar a leerla.
Era una letra preciosa, estaba a mano y sé que esa caligrafía no era de Essau.

(***)
Sé que me alejé, sé que te dejé, al menos sólo quiero que leas esta carta para que comprendas el porqué de mi reacción.
Evelyn:
Hermosa y preciosa, Evelyn. Me sorprendió, admito que nunca imaginé que una mujer tan sencillamente hermosa como tú, se fijaria en mí. Y aunque la cobardía no me permitió expresartelo de mi voz, quiero que sepas. Que tu sentimiento es correspondido, Evelyn. Me encantas, me haz gustado desde aquella primera vez en la que te ví. Tu nombre nunca se borró de mi memoria y he de admitir que cada vez que lo mencionaba mi piel se erizaba completamente.
Me mató de celos verte con él. Con el idiota que más daño te ha hecho y admito que también me alivió tanto el hecho de saber que ya no deseas probar sus labios, ya no lo amas, más aún me da satisfacción saber que lo que para mi parecía imposible, tú lo estas haciendo realidad.
Me hiciste saber que estas enamorada de mi, y honestamente no lo podía creer. ¡Perdóname! ¡Te ruego que me perdones! Sé que mi reacción fué estúpida e inmadura, simplemente eres tan perfecta para alguien como yo.
En estos momentos posiblemente ya estoy en el aeropuerto esperando el vuelo que me regrese a Los Ángeles. Sólo te pido que confíes en mi.
Regreso ahí, no por elección. Tengo un asunto qué, me está robando todo aquello que había dado por hecho. ¡Confía en mi! Y créeme que cuando te dije que vine aquí. Por ti. Fué cierto.
Extrañaba ver tu sonrisa y sentir tus brazos acorralando los míos. Extrañaba tanto oler tu aroma, aquel que ahora parece estar impregnado a mi pecho.
Te quiero Evelyn, me gustas y mucho. Lo único que pido es que confíes en mi... y sobretodo que tengas paciencia y esperes un poco más. Te prometo que el tiempo perdido lo recompensare, porque por ti.
Por ti, todo vale la pena.

Atte: Tú Mello.
(***)

Y sí, como cualquier mujer enamorada y triste le creí. Aunque muchas preguntas sin respuesta aún estaban vagando en mi cabeza.
¿Porqué me pedía repetidas veces que confiara en él? ¿Que maldito asunto es aquel que tiene que resolver con urgencia?
Aquello que me provocaba una gran tormenta y una silenciosa tortura eran las mil y un preguntas sin respuesta que llegaron a mi cabeza.
Apreté la carta en mi pecho y lloré.., haciéndome ver débil.

(***)

Maldita sea, en la pantalla del teléfono aparece el número de Marshmello. ¿Realmente quería hablar con él?
Mis ganas de escuchar su voz después de dos semanas fueron aún más grandes así que sin más, decidí responder.

-¿Sí?-

-¿Tu eres Evelyn?- dijo una voz que no me fué familiar, no reconocía esa voz, no era de mi Mello.

-Sí. ¿Quien habla?-

-El primer amor de "Marshmello"- soltó una carcajada, aquella era una maldita mujer.- Déjalo en paz entiendes... Mello es mío. M-Í-O. Además ¿Porque el volvería a buscarte?-

-¿A qué se refiere? Me temo que está...-

-No pequeña, no estoy equivocada. Soy Hanna, la futura esposa de C-Mello y la madre de su futuro hijo...- mencionó aquellas palabras con naturaleza. Las lágrimas no tardaron en bañar mi rostro, ¡El será padre!

¡Fuí una estúpida! Traté de hacerme la fuerte.

-¿Mello?, está equivocada señorita..., ¿Hanna, verdad?-

-Conmigo, no funcionará tu "inocencia" talvez admito que Mello ya no me ama, pero por nuestro pequeño bebé, volverá a amarme y sin duda alguna el primer paso... es nuestra boda.- me colgó, dejándome con el corazón roto.

"ÉL DIJO: CRÉEME" me regaño mi subconsciente, pero como creerle. ¡Hanna me había llamado por teléfono del número de Mello!
Estaba confusa, dolida. No podía creer en Mello, no después de aquella llamada. Quizá el propósito de esa mujer sólo era hacerme mierda, y lo estaba logrando. Pero peor aún me sentía si le creía a alguien que prefirió irse antes que ser sincero conmigo.
¿Porqué tenía que amarlo?

Todos los sentimientos que trataba de ocultar salieron convertidos en gritos y lloriqueos de mi parte. Por suerte estaba sola en la casa.
Lloré y lloré hasta cansarme.
Hasta hartarme de hacerlo, ¿Porque tenía que aparecer él en mi vida?
¿Que era aquello que me hacia amarlo tanto?

Sentía que todo, desde sus abrazos hasta aquellas palabras escritas en esa carta había sido una mentira, y honestamente lo odiaba.

Un sueño increíble. © (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora