Capítulo 11

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-¡Que sí! ¡Que me encantaría tener una cita contigo!- digo eufórica. Con el corazón latiendome a mil. La sensación es casi parecida a cuando Essau me propuso matrimonio, pero con un estilo más, único.

-Bien. ¿A que hora paso por ti? O ¿Donde?-

-Pero si es la primera vez que visitas México, te vas a perder. ¡Mejor yo paso por ti!-

-Eso si que no. Yo soy el hombre, el caballero. Hoy en día hay muy pocos hombres que le dan el lugar que se merece a una mujer y yo estoy entre esos hombres. Así que, aunque me pierda o me tarde seis horas buscando tu dirección... yo iré por ti.- Pone su mano detrás de su casco rascándose un poco con gracia- ¿Entiendes algo de inglés?-

-Sí, es la segunda lengua que domino ¿porqué?-

-Te agradecería si me escribes tu dirección en inglés.-

-¡Claro Mello!-

Escribo mi dirección en un pequeño papel, dejándolo sobre su mesita. Despidiendome de él. Saliendo de Six Flags en camino al automóvil de mi padre.
Imaginando que mañana será un día magnífico al lado de un chico increíble.

(***)

-¿¡QUE HICISTE QUÉ!?-

El amor de mi vida, me grita, ofendiendome. Recordandome el error, el dolor que le estoy ocasionando.

-¡Calmate!-

-Sabía que casarme contigo era un error...¡Sabías que me habían lastimado! Y ahora, vivo con el maldito miedo de si Brandon es mi hijo o no! ¡Creí que con Hanna ya había sufrido suficiente!-

-¿Mello?-

(***)

Despierto de un sueño horrible, era Mello, era él. Pero no llevaba casco, peor aún. Nunca le había visto el rostro.
¿Que significará ese maldito sueño?
Decido levantarme, olvidar un poco de todo este peso que llevo en la espalda.
Aquello que era parecido, muy parecido a una tortura lenta. Aquella que me acariciaba lentamente, haciéndome ver el drástico cambio que mi vida había dado en tan poco tiempo.

Me metí a bañar, dejando que el agua cubriera mi cuerpo por completo, permaneciendo un tiempo efímero en cada parte de mi piel, mientras que gota por gota seguía su trayecto abandonando mi cuerpo.

Salí con el ánimo aún por los suelos, sin embargo tenía que salir de este abismo, hoy; tendría una cita con Marshmello, debía olvidarme de todo tan sólo por un día.
Me vestí, con sólo unos short's una playera blanca tenis y mi cabello al aire libre.
Me puse un poco de brillo en los labios, mientras tomé los audífonos reproduciendo Ritual de Mello.

Dejando que esa excelente música llenara mis oídos, dejando que esa sensación de confort se adueñara de mi cuerpo.
Relajando los músculos de la espalda, los brazos y las piernas.

Yacía sobre el sofá, relajada, tranquila, disfrutando de la música de la que hace no mucho me había enamorado.

Eco, era eco lo que se escuchaba en la sala, la compañía que tenía era mi pausada respiración y el pequeño zumbar de los audífonos en mis oidos.

Una llamada de un número desconocido interrumpe la canción, decidí responder.

-¿Quien habla?-

-Hola Evelyn.-

-¡Mello! ¿Que ocurre?-

-Estoy frente la dirección que me diste.-

-¿Enserio?-

-Me levanté un poquito más temprano para buscar la dirección.-

-Espera. Saldré a buscarte.- lo único que miro cuando salgo a la calle es un audi blanco con tonos dorados. Un auto realmente hermoso y llamativo.- El auto blanco, con dorado. ¿es tuyo?-

-Si. Ese soy yo. ¡Me voy a estacionar! Para que puedas subir.-

-Sip.- digo mientras cuelgo el teléfono, cerrando la puerta, ya con mis llaves, cartera y celular en el bolsillo.
Me dirijo al auto blanco con tranquilidad, haciendo a mis nervios casi invisibles, aunque honestamente me es imposible.

Mello está vestido completamente diferente, tiene una playera del Real Madrid, pantalones negros y tenis negros, pero aún con el casco puesto.

-¡Hola!- decimos al unísono, mientras que yo. Soy consciente del rubor que se está adueñando de mis mejillas.

-¡Que primaveral estas!-

-Y tú, ¡que distinto te vez sin vestir de blanco!-

-Sí. Es que no suelo estar de blanco siempre. Se ensucia muy rápido.-

-¡Que bien!- mientras Mello conduce seguimos platicando- ya enserio. ¿Cuánto tardaste en encontrar mi dirección?-

-¿La verdad?- voltea a mi, mientras asiento con la cabeza.- Eh, casi tres horas. Me gusta ser puntual, pero como no sé mucho de aquí. Me levanté más temprano y mi búsqueda duro aproximadamente tres horas. Jeje- dice mientras coloca su mano sobre su casco, rascandolo un poco.

No puedo evitar reirme, sabía que le costaría trabajo encontrar mi dirección, pero jamás imaginé que tanto.

(***)

Estamos mirandonos, imagino el color de sus ojos, su perfil, sus labios, sus cejas. Imagino que detrás de su casco está un increíble chico.
Sin pensarlo demasiado, me acerco tímidamente a su casco depositando un beso en la sonrisa de Marshmello.

-¡Me la he pasado increíble! ¡Hiciste que la tristeza que sentía desapareciera! ¡Este será un día que nunca voy a olvidar!- le digo mientras acaricio su casco.

-Evelyn...- Me abraza con sorpresa, mis brazos ceden gustosamente, aspirando su dulce aroma. Mmm. Huele tan bien.- ¿Nos volveremos a ver?-

-Me encantaría. Pero, tú debes regresar a Los Ángeles y yo... Me quedaré aqui...- y aunque me duele mencionarlo, es inútil fantasear algo que no será.- Si algún día quieres regresar, yo... estaré esperando por ti, por otro día igual de increíble que este.-

-No me quisiera ir...-

-¡No lo hagas entonces...!-

Sin embargo, nuestros brazos se alejan el uno del otro, el mágico momento que nuestras palabras estaban formando se desvanece, y con él, se va la felicidad que por casi 10 horas pasé a su lado.
La felicidad imaginaria que un chico increíble me había brindado, algo que en 5 años Essau nunca me pudo dar...

Un sueño increíble. © (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora