-Mello, ¿Que haces aquí?- pregunté sorprendida aunque su presencia me hacia bien. Su presencia me hacia feliz. Mi voz estaba igual que mi cuerpo, asustado y nervioso. Temblando al ver a Essau en el suelo. Sin levantarse.
-Tranquila... todo va a estar bien...- me apretó aún más fuerte contra su pecho. En donde encontré mi hogar, el refugio habia estado en su pecho, mi tranquilidad en su aroma, mi amor en su alma...- ¡Si te vuelves a acercar a ella...!-
-¡¿QUÉ?!- preguntó Essau desafiandolo, provocandome miedo, absoluto miedo de la manera en la que se acercó a nosotros.- ¡¿ME VAS A GOLPEAR...?!-
-¡Eres tan poca cosa que invertir tiempo en ti, es una verdadera basura...!- Mello me apartó, colocandome detrás de él.- Pero por ella... era una advertencia, ahora es una orden. ¡MANTÉN TUS MANOS ALEJADAS DE EVELYN!- levemente empujó a Essau, haciendo que este cayera de nueva cuenta al suelo.
Mello me tomó de la mano, alejandome de él, alejándonos del mal rato que Essau nos había hecho pasar.
Caminamos en silencio hasta llegar a unas pequeñas bancas cerca de mi casa.Quería llorar, tener la libertad de sentir esa cálida agua salada mojar mi rostro, sin embargo era más aún el motivo para estar feliz, que aquel para amargarme el día.
Voltee mi rostro a su casco, parecía que habian pasado años desde que no lo tenía así, cerca de mi. Respirando dentro de la misma zona de confort. Él, hizo lo mismo. Quedamos de frente, mientras yo. Trataba de averiguar más a fondo lo que había tras su casco, y él; sólo parecía observar los detalles de mi rostro.
Quería decirle, confesarle mi amor a él. Quería besarlo, probar sus labios. Sin embargo, el impedimento principal no parecía ser su casco, vergüenza, miedo. Eso era el verdadero impedimento.
Después de lo que pareció ser una eternidad, se acercó más a mi.
-¿Te hizo daño?- preguntó casi en un susurro.
-No, sólo trató de besarme...-
-¿Deseabas un beso suyo?- no entendía su pregunta, peor aún. Yo, no encontraba la respuesta.
-¡No!- dudé, si. Pero estaba segura de una cosa, sólo una maldita cosa.- sus labios no son, aquellos que quiero besar.- dejé que mi subconsciente hablara por mi.
-Entiendo...- parecía distante. Distraído y lo admito. Me mataba tanto verlo así.
-¿Porqué veniste a México?-
-Porqué...- Hizo una pausa, pausa que a mi me pareció eterna. Se agachó a tomar un puñado de piedritas para comenzar a lanzarlas por cualquier lugar.- por ti...- fué ahí, justo en ese momento cuando sentí una maldita necesidad de abrazarlo y decirle que me encantaba, que me gustaba tanto el hecho de que él. Estuviese aquí, por mi.
-¿Por mi?- sólo recibí un asentamiento de cabeza de su parte...- Mello, esperé meses...-
-Meses en los cuales no sabía que excusa poner para venir a verte...-
-Yo también quería verte.- sentí como si mi corazón tomara el control total de mi boca.
-¿Porqué?-
-¿Te puedo preguntar lo mismo?- lo que para el talvez eran simples minutos, para mi era un impulso o un motivo de renunciar a él, o exponerle mi amor. No dijo nada, simplemente me abrazó.
-Por qué... mis días, mis tardes, mis noches no eran iguales, a cuando estaba contigo.-
-Mello, quiero decirte algo...-
-¡No! ¡Por favor no!-
-¿Porqué?- siento su cuerpo aferrarse a mis brazos, mientras me envuelven en un abrazo.
-Tengo miedo, no quiero... no quiero...-
-Mello, talvez lo que tengo que decirte no es lo que quieres escuchar. Pero yo, no puedo ocultarlo...- digo con las lágrimas adueñandose de mi rostro.- Me enamoré, estoy enamorada de ti. Y si, lo sé, sé que esto es un maldito error, una fantasía, tú eres... hermoso, famoso y yo... ¡Mirame! ¡Sólo una fan más!...-
Se apartó de mi con brusquedad. Estaba sorprendido.
-Evelyn... yo...- Me arrepentí, en conclusión estaba arrepentida.- Lo lamento.- traté de levantarme de mi lugar. Sin embargo, él lo hizo primero. "Lo siento".
Aquellas fueron las palabras que mencionó antes de irse. Antes de dejarme sola, en un banca de parque, lejos de él. Lejos de todo.
Era decepción y tristeza lo que estaba carcomiendo mi corazón. Nunca imaginé que esa sería su reacción, y por más vueltas que le daba a la situación, no encontraba una lógica explicación a su reacción.Me levanté con las lágrimas ya haciéndose presentes.
-...¡¿Porqué tuve que amarte?!...- grité a la nada, como si él estuviese frente a mi.
Seguí caminando, llorando hasta llegar a casa.Llegué con miedo a que mis padres me vieran así. Triste, sola, vacía... expuesta.
Por suerte al abrir la puerta, la casa estaba con las luces apagadas y sin un solo ruido en ella.Amelia, nuestra cocinera no estaba. Corrí hacia mi cuarto, poniendo el seguro para que nadie entrara y me viera llorar. Me acurruqué en mi cama, abrazando la camisa que hace meses Mello me había regalado, tenía "Mellogan #1" en la espalda y enfrente la carita de Marshmello. Ese era uno de los mejores regalos de todos.
Escuché música, mientras que mi corazón sólo dejaba fluir lágrimas, una a una demostrando que tan roto y vacío estaba.
Me sentí la peor mujer sobre la tierra aunque no haya cometido un error. Me sentía, abandonada. Tirada al vacío lejos del amor que yo sola me había puesto en el camino.Por más vueltas que mi cabeza daba, no podía encontrar una explicación a la reacción que tuvo Mello cuando le expuse mis sentimientos. Mi cabeza parecía una bomba de tiempo apunto de reventar, no podía detenerla, y sí eso me causaba frustración.
Pensé que talvez me mintió, talvez vino aquí por otro asunto y no por mi... talvez me dijo que había venido por mi sólo para saber los sentimientos hacia él.
Toda las posibilidades estaban disponibles. Sin embargo recordé aquel club de fans a cargo de todas las convivencias o viajes de Mello aquí, si ellos sabían del viaje de él. Quiere decir que, Mello... no había venido aquí, por mi.
Y aunque admitir aquello me rompía en mil pedazos, tenía que aceptar qué no soy el centro de atención de todo el mundo, ni siquiera del suyo.
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Un sueño increíble. © (En Edición)
Teen FictionUna historia dedicada a mi hermana, mi impulso día a día. Marshmello es un Dj mundialmente famoso, que al conocer a la mujer de sus sueños, se ve tan vulnerable y enfermo de amor. Decidido a revelar su identidad frente al mundo, sólo por el amor de...