Capítulo 22

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Chris había salido del hospital sano y salvo. Estábamos en camino a casa, mis nervios estaban de punta, tenía miedo de que todo aquello que junto con Shalizi estuve planeando por semanas no funcionara, todo tenia que ser tan real. Por momentos tan cortos Chris rozaba su mano con la mia, me sonreía y me observaba con atención. Shalizi quedó en regresar con nosotros en la siguiente semana, puesto que tenia que cancelar varios shows de Marshmello y entrevistas.

No podiamos estar muy activos debido a que la prensa podría darse cuenta de la identidad de Mello y peor aun de esta farza empeorando aun más las cosas.

Cuando el automóvil se detuvo, instantáneamente mi corazón también lo hizo.

- Señor, señora Comstok. Hemos llegado. -

- Gracias Martin, podrías por favor ayudarme a bajar a Chris. - '

Él aún estaba débil, no podía hacer muchos esfuerzos debido a la gravedad que tuvo su columna, sin embargo la mejora ya comenzaba a hacerse presente.

- Por supuesto señora Comstok. - 

Bajamos del auto frente al edificio en el que hace pocas semanas mi vida había cambiado, iniciando por haberme entregado a Chris en cuerpo y alma. Diría que el departamento de Chris era nuestra casa temporal.

- ¿Vivimos aquí? -

- En el décimo piso. - Chris me extendió su mano la cual acepté para adentrarnos en el edificio. La recepcionista estaba mirándonos de manera extraña.

- Señor, señora Comstok, buenas tardes. Su suite ya está lista. - fruncí mis labios, tratando de asimilar todo. Miré su gafete.

- ¿Suite? No, Gizhania, nuestra habitación es la 435. - 

- El señor Shalizi dijo que por fin estaba lista, es su regalo de bodas un poco después. Y lamento tanto su accidente señor Chris, se sentirá como en casa. - 

- Estoy en casa Gizhania, gracias. Bien, mi amor, supongo que Shalizi nos quería sorprender. -

- He de confesar que lo logró, bien... la suite está? -

- En el último piso señora Comstok. - me extendió una tarjeta con un conjunto de llaves, tenia que hablar con Shalizi para comprender que fué lo que hizo con exactitud.

- Gracias. - tomé a Mello del brazo para dirigirnos al elevador y por fin descansar un poco de toda esta farza.

Estaba nerviosa, dormiría con Chris, lo engañaría de una forma tan cruel que quizá yo misma terminaría odiándome por haberlo hecho.

Entramos a la suite, todo estaba de blanco y rojo, era una vista realmente hermosa, parecía que CDMX estaba a nuestros pies, haciéndonos gozar de la simple vista

Dirigí a Mello a la sala. 

- ¿Tienes hambre? - pregunté.

- Sí, tengo un tremendo antojo de hamburguesas. -

- Te parece si mientras tu conoces más de nuestro nuevo hogar yo voy a comprar las hamburguesas... - 

- Me parece genial, ten cuidado. Te quiero. - suspiré al escuchar aquellas palabras, el sentimiento era 100% correspondido.

- Lo tendré, también ten cuidado, te quiero. -

Tomé las llaves para bajar y volver a subir al auto, la tensión era incomoda, no me sentía bien haciendo esto, fingiendo en la vida de Chris un papel que no me correspondía. Finalmente el auto se detuvo frente a un Burger King.

- Volveré enseguida Martin. -

-Sí señora Comstok. - fruncí el ceño.

- Por favor Martin, cuando Chris no esté puedes llamarme Evelyn, creéme que no me siento bien de hacer esto, sin embargo Shalizi me metió en esto. -

- De acuerdo Evelyn. -

Entre al establecimiento, mientras que el olor de la carne, las papas fritas y los niños jugando hicieron que una sensación de asco me inundara por completo. Corrí al baño para vomitar y tener horribles arcadas casi imposibles de controlar.

Un mareo iba acompañado de ese asqueroso asco, así que decidí salir de ahí y pedirle a Martin que el comprara las hamburguesas. 

Pensaba en muchas cosas, unas más importantes que otras, sin embargo todas me llevaban a una sola. Chris.

(***)

Él está dormido, y verlo tan relajado y tranquilo me hacia sentir relajada. Besé su sien, para recostarme a su lado e imaginar lo que pasaría mañana, que toda mi familia vendría a comer y a conocerlo.

(***)

- ¡Buenos días mi amor! -

- Hola Chris, buenos días. - observé el pequeño reloj al lado de nuestra cama. Era temprano. - ¿Podemos dormir un poco más? - 

- Amor, hoy vendrán tus papas, siento como si los fuese a conocer por primera vez, todo tiene que ser perfecto. -

- Y lo será, sólo descansemos un poco más. -

- De acuerdo, floja. - sus brazos se cerraron alrededor de mi cintura, su respiración fué pausada en todo momento, su aliento rozaba con la fina tela de mi blusa. La brisa soplaba con lentitud nuestros rostros, nos hacia sentir el uno del otro, me hacia sentir feliz.

(***)

Bajé del auto para entrar al mercado y comprar lo necesario para la comida, Chris me había acompañado, parecía un pequeño niño, queriendo comprar todo aquello que hiciera a la suite más presentable. Sin embargo tenia que hacerle saber que aquellos que nos visitarían serian mis padres, aunque a decir verdad como evitar que sintiera nervios, cuando yo estaba hundida en ellos.

Las compras estaban casi listas, sin embargo teníamos que caminar lento y seguro para que Chris no esforzara tanto sus piernas.

Todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas, mientras que ese aterrador mareo volvió a apoderarse de mi cuerpo.

- Chris... -

- ¡Evelyn! ¡Evelyn! ¡Mi amor! ¡Ayuda! - gritó cuando mi cuerpo tocó el piso a excepción de mi cabeza, Mello trató de sostenerla para evitarme un fuerte golpe en la cabeza, sin embargo la ayuda no fué mucha. Todo de pronto se volvió oscuridad y silencio.

(***)

- Princesa... ¿como te sientes? - Mello acarició suavemente mi sien.

- Bien gracias, ¿que pasó? ¿donde estoy? -

- En casa. Tus padres ya están aquí. - abrí mis ojos de golpe, encontrándome con mi mamá, mi papá, mi cuñado y mis dos hermanas.

Todos preocupados por mi, esperando una respuesta..

- Evelyn, necesito hablar contigo. - mencionó Vianey, haciéndoles saber a todos que necesitábamos tiempo a solas.

Mis padres, mi hermana inclusive Chris salieron de la enorme habitación.

- ¿Qué ocurre Vianey? -

- ¿Hace cuanto comenzaste a tener los mareos y los ascos? -

- Apenas ayer, pero fué muy leve. Me desmayé hace casi 4 semanas en el hospital en donde estuvo Chris, pero nada grave, ¿porqué? - frunció el ceño, me extendió una bolsa.

- Ve al baño y haz esto... - saqué de la bolsa lo que había, aquello era una prueba de embarazo.

- ¡Por qué me das esto! ¡No estoy embarazada! -

Vianey no dijo nada, solo me dirigió una mirada que al instante me hizo sentir sola. Entré al baño con los nervios de punta, hize la prueba y al salir Vianey solo me miraba con atención, ambas esperando el resultado que cambiaría mi vida o simplemente me daría una advertencia.

Al paso de unos minutos, Vianey regresó del baño, con el ceño fruncido y el rostro descompuesto.

- ¿Qué ocurre? - pregunté de nuevo con esos malditos ascos.

- Que para la próxima que quieras coger con alguien uses condón, porque estás embarazada. - su voz era furia contenida y yo estaba en completo shock.

Embarazada... estaba embarazada...

Un sueño increíble. © (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora