Capítulo 34

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Aviso: Mis amores, los extraño muchísimo. Bueno, quizá este es el capítulo más triste de toda la novela, advierto que este no es el final, así que no me odien, amo darle a mis novelas un toque distinto a las demás, no el típico romance sin problemas. Además aquí estoy arriesgando mucho el vínculo que unía a Evelyn y Crhistopher quizá los tensare hasta el grado de romperse, pero bueno eso vendrá después.
Disfruten del capítulo, y bueno sufran un poquitín. Que en el siguiente capítulo odiaran a Chris.

(***)

El deseo y el amor, quizá la sensación de sentirlo tan mío, fué lo que me impulsó a continuar aquel beso que evidentemente era un error. Nuestras lágrimas no dejaron de caer y sin embargo no sentí nada, más que soledad y odio.

- Dime que aún eres mi mujer. Por favor, dime que él no ha tocado un sólo centímetro de tu piel.

La rabia y a la vez la súplica fué palpable en sus palabras. Sentí una extraña sensación además de desagradable. Aquel chico al que me encontraba besando no era el mismo, se notaba molesto, ajeno a cualquier sentimiento de amor, ajeno a mi.

- ¿Que opina del nuevo amor del señor Marshmello?

Recordar esas palabras, provocaron aún más dolor, abrí los ojos entre aquel beso, el recuerdo de mi hijo, toda aquella tormenta que había evadido por mucho tiempo hoy apareció, provocandome furia desbocada y mucho dolor, aquella que mostré al separarme de el con brusquedad, simplemente dejando que mi mano tomase vuelo y caer directamente en su mejilla, haciendo que el golpe le provocase girar un poco el rostro. No sentí dolor, o arrepentimiento alguno, aquella bofetada me demostró hasta donde mi furia era capaz de llegar, su rostro se encontró con el mío. Escupió un poco de sangre en la alfombra, mientras que sus lágrimas no paraban de caer.

- ¡¿Quien carajo te crees?! ¡Te pedí que te largaras! ¡Déjame en paz! ¡Te odio! Como jamás he odiado a alguien, como jamás había experimentado, te odio por todo el daño que me has ocasionado. -Le hize saber limpiandome la marca de aquel beso que definitivamente había disfrutado.

- Tú no me odias... tus labios me lo dejaron muy claro.

- Fué sólo un error más, una estupidez que no se repetirá. Maldita sea, tú eres el error más grande que he cometido en toda mi vida.

Le dije dejando que las palabras fluyeran de mis labios sin problema alguno. Después de todo el dolor que me había guardado, hoy lo tenía una vez más frente a mi y no dejaria ir mi oportunidad de hacerle saber cuanto lo aborrecia.

- Evelyn...

- No me sermonees, no lamentes tus actos, decidiste dejarme entonces afronta las consecuencias y déjame en paz. Lárgate con Selena Gómez. Ella si podrá darte lo que tanto deseas de una mujer. Quizá hasta un hermoso hijo te regale, porque yo no estoy dispuesta a cometer un error más contigo...

- Selena y yo.... no... Evelyn, no me hagas esto, perdóname. La cague de nuevo, a lo grande pero con el corazón en la mano te ruego tu perdón. He sufrido mucho lejos de ti, desde aquella decisión he sufrido más de lo que te imaginas, sólo quiero; deseo tu perdón... estás furiosa, yo también lo estoy contigo. Durante este tiempo me enteré de muchas cosas y el propósito de mi visita aquí es precisamente para recriminarte los errores que tú cometiste. -Ahora en su rostro está dibujada una sonrisa maliciosa. Aquella me provoca miedo, y no comprendo el porqué.

- No quiero escucharte, lárgate de aquí.

- En primera ¿Porqué? ¿Porqué me fuiste infiel con Essau? ¿Porqué no me dijiste toda la verdad cuando regresé del accidente? ¿Porque continuar con aquella farsa? Y sobretodo... fué culpa tuya, la muerte de nuestro hijo. ¿Porque sufres por algo que tú porvocaste?

Sentí rabia, la suficiente para golpearlo nuevamente, desesperación también sentí en aquel momento y honestamente mentiría si no admito que estaba aterrada. ¿Como es que sabía todo aquello?

- ¡Yo no maté a mi hijo! ¿Porqué lo habría hecho? Yo lo amo, más que a cualquier otra cosa. ¡Maldito idiota! ¡¿Como te atreves a culparme de algo así?!

- Fué culpa tuya. Por ti, Essau jaló de ese maldito gatillo para matar a nuestro hijo. ¡Nada fué un puto accidente! ¡Nada ha sido casualidad!

- ¿Qué tiene que ver Essau con todo esto?

- ¿También me vas a negar que te rebolcaste con el cuando y enteraste de tu embarazo? -sentí un golpe en mi plexo solar. Me había lastimado de mil y un formas, estaba rota. Me había hecho trizas.

- ¡Yo no soy una cualquiera!  Y sí, ¡Me acosté con Essau! ¡Te fuí infiel! Sin embargo nunca me alejé de ti, siempre trate de ser sincera contigo, te amé como una loca, dí absolutamente todo por ti, cambié a mi familia por ti, te entregué mi virginidad, soy la madre de tu primer hijo... ¡Yo no te abandoné por un error! ¡Yo siempre estuve contigo!

Él mantiene la boca abierta, en repetidas ocasiones trata de articular palabra y sin embargo su única respuesta es un llanto que cada vez se hace más fuerte.

- Yo me estoy dando algo para olvidarte Chris... yo me estoy dando tiempo... ¿Que hay de ti? Salí del hospital y me enteré de tu romance con Selena... jamás, jamás te voy a perdonar todo el daño que me haz hecho. Por favor, vete. No me vuelvas a buscar, que tus súplicas no van a cambiar el dolor que ya me ocasionaste.

- No me amas...

- Te amé, no niego que aún siento algo tan fuerte por ti como el odio que vive en mi pecho. Ahora si eso es respuesta sufisciente a tu pregunta, sí Christopher Comstock, aún te amo, pero mi odio siempre va a ser más grande que mi amor por ti... ahora vete. Déjame ser feliz, déjame entregar un poco del amor que tú no marchitaste a un hombre que durante dos años me ha hecho muy feliz...

Lo veo, irse. Dejarme abandonada al silencio, como siempre lo ha hecho, provocandome dolor y una afirmación total a que nuestro amor, no fué más que un sueño increible.

Un sueño increíble. © (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora