Un sueño increíble. © (En Edición)

Capítulo Final

Cada ramo de rosas es el gran amor que aún siento por ti, cada año transcurrido es un motivo más para cambiar por ti, pues toda la vida me encantanria estar junto a ti.
Te amo.

Suspiré y también lloré. Era el ramo número doce de rosas rojas y blancas que recibía. Año tras año, la sutileza de sus detalles me recordaban el error que había cometido al declarar en su contra, y sin embargo nota tras nota nunca me recriminó nada, recuerdo que al principio sus detalles se me hicieron infantiles y demasiado arriesgados, pero conforme el tiempo avanzó, la razón más apegada estaba a el, pues más que detalles, sus cartas eran las que mas emociones me provocaban, algunas eran con menos palabras pero mucho más significado. Su primera carta fué quizá la mas triste de todas, aunque la más apegada a nuestra dura realidad.

Querida Evelyn:
Hoy, es mi primer año tras las rejas, mi primer año lamentando un error que nunca debió ser y sin embargo fué. He tratado de superarte, de creer que cada golpiza que recibo aquí sólo me borra los recuerdos contigo, y sin embargo no puedo, no logro olvidarte; porque ahora estas más que enterrada en mi corazón, en mi vida y en mi alma. Quisiera decirte que todo va de maravilla, que estoy bien y que ya me acostumbré a lo frío y espeluznante que es estar en una puta jaula, pero no puedo. No quiero engañarme, ni engañarte a ti. Ahora es cuando me doy cuenta de que te he perdido, definitivamente he perdido mi batalla contigo. Nuestro destino cambio desde el momento en el que decidí alejarme de ti por cobardía y miedo. Con el corazón en la mano, con las lágrimas humedeciendo estas viejas páginas de libro, te pido perdón. No ruego recuperarte, pues verte al lado de Andrés me dejó en claro cual será mi lugar contigo siempre. Sin embargo te deseo la mayor felicidad de todas, porque conmigo has sufrido lo suficiente. Quisiera confesarte muchas cosas, pero no así... no detrás de un papel, detrás de una reja. Espero que cuando mi sentencia se cumpla, no sea demasiado tarde.
Te amo.

Todas y cada unas de esas rosas estaban plantadas en el jardín de mi Fundación, que cabe mencionar era mi lugar favorito. Me encantaba visitarla, y observar como todos los niños las cuidaban y respetaban, puesto que ellos son los únicos que saben el verdadero significado de cada ramo para mi.
¿Andrés? Él no sabía nada de aquellos ramos, lo único que tenía por entendido era que amaba a las flores y que las cuidaba tanto por el significado que representaría siempre mi bebé para mi. Mentiría si no admito que al recordar a Chris el corazón palpitaba a mil por hora, aún lo amaba, lo extrañaba y bueno sé que admitirlo es extraño pero a Andrés también lo comencé a querer de la misma forma.
Me enamoré de él, y hace no mucho permití que después de tanto tiempo me hiciera suya.
Lo disfrute, claro. Pero por más esfuerzos que hiciera Chris siempre será mi sueño increible, el amor de mi vida.

- ¿Y esas rosas? -escuché su voz a mi espalda. Al voltear a él lo noté con las manos en los bolsillos de su pantalón, luciendo tan arrebatadoramente guapo. Vestía tan formal como siempre y yo, bueno tenía puesto un vestido algo flojo, muy liberal, unas lindas sandalias y un collar.

- Me llegaron, fué un pedido que hize hace unos pocos días. Sabes que cada año planto un ramo.

- Sí. Lo sé a la perfección. -Susurró en mi hombro, aunque ésta vez no sentí aquel sentimiento de amor, noté algo distinto, quizá miedo de su parte. Y yo, me sentí incómoda, hoy la sentencia de Chris se dio por terminada, no sé que es de el. Si ya salió de prisión, si me piensa buscar, si aún me sigue amando...- ¿Mi amor?

- ¿Que decías?

- Que si quieres comer conmigo o prefieres esperar a la cena en casa de tus padres...

- En la cena, no tengo mucho apetito, además debo grabar vídeo.

- De acuerdo. Te veo alrato, te amo.