CAPITULO 4

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{Cuando llegamos Marina y yo a mi habitación nos ponemos a hablar.}

Yo: Marina que sí, que te digo yo que aquí hay algo raro y que los gemelos están aquí, no en Sevilla.

Marina: Es extraño sí, pero de ahí a que estén aquí...

Yo: Que sí que sí, que están aquí, que tengo ese presentimiento.

Marina: ¿Notas a Jesús cerca?

Yo: Que idiota eres...

{Le doy un pequeño empujón.}

Marina: Que yo también tengo ganas de verlos y de volver a estar con ellos, pero tú tienes una grave obsesión.

Yo: A ver cielo, primero mi madre me dice que pronto los veré, ese mismo día Jesús me dice que que está más cerca de lo que me imagino, después el mensaje que nos enviaron y mi madre se ríe cuando le hablo del tema. ¿Más pruebas? No creo que pase nada de esto si están a muchos kilómetros de distancia.

Marina: Madre mía como estas...

Yo: Joder es que donde veo yo algo normal vosotras lo veis algo comí imposible, y es algo normal...

Marina: Deja ya el tema, has pasado un verano muy bueno con Jesús, pero ya se ha acabado, no está aquí, él ya se ha ido a Sevilla, hasta el año que viene no lo vas a volver a ver. Así que deja de comerte la cabeza ya con el tema...

Yo: Voy a seguir dándole vueltas.

Marina: Que cansa que eres eh.

Yo: Calla idiota.

{Marina se va a quedar a dormir en casa, así que nos ponemos el pijama y nos echamos cada una en una cama a ver la tele. Se escucha la palabras Sevilla.}

Yo: Mir....

Marina: ¡¡Sh!! No digas nada.

{Le miro con cara de asesina, de reojo.}

Yo: Como estén aquí los gemelos no vas a estar con Dani.

Marina: Que si hombre que si están..

{Dice con tono irónico por si acaso están para poder estar con él.}

Yo: Buenas noches.

Marina: Buenas noches, sueña con Jesús.

{Le tiro un cojín y nos dormimos.}

Historia de verano. Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora