CAPITULO 30

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{Oigo ruidos y me despierto, Jesús esta dormido a mi lado y me levanto de la cama sin despertarle. Son las 11:34, bastante tarde. Bajo a la cocina.}

Yo: ¿Qué ha sido ese ruido?

Eva: Se me han caído todas las cacerolas al suelo.

{Me agacho a ayudarle.}

Yo: Jo, que susto que me he llevado.

Eva: ¿Os he despertado?

Yo: Sólo a mi, los otros están sopa...

Eva: Lo siento cielo, es que estoy un poco mareada...

Yo: Eva siéntate en el sofá que ya terminó de recoger yo.

Eva: No no...

Yo: Si si, siéntate y termino yo y te llevo algo para que se te pase.

Eva: Muchas gracias _______.

{Se va al sofá y se tumba. Cuando terminó de recoger las cacerolas le pongo un baso de agua y le cojo una pastilla para que se le pase.}

Yo: Toma Eva, aquí tienes.

{Se lo toma.}

Eva: Gracias de verdad.

Yo: De nada, si necesitas algo más me dices eh, que te ayudo en lo que sea.

Eva: Vale mi niña.

{Sigo limpiando la cocina y me llama Eva.}

Eva: _____...

Yo: Dime Eva.

Eva: Me noto que tengo fiebre.

Yo: Ahora te traigo el termómetro.

{Voy al baño de la planta baja y cojo el termómetro. Vuelvo al salón donde está ella.}

Yo: Toma. Voy preparando los trapos con agua fresquita por si acaso.

Eva: Vale, los trapos están en el armario izquierdo de la cocina.

{Saco los trapos y un balde y lo lleno de agua con los trapos dentro.}

Eva: Tengo mucha fiebre..

Yo: Me estoy asustando.

Eva: No tranquila cielo, traerme los trapos bien escurridos por favor.

{Dicho y echo, cojo los trapos escurridos y se los pongo en la cabeza. Me vuelvo a la cocina y alguien baja.}

Historia de verano. Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora