{27 de agosto. Ha llegado el día de ir a ver al hospital a Marina. Son las 16:30 de la tarde y alguien toca el timbre. Abro la puerta y como no son Jesús y Daniel.}
Dani: ¿Aun no estas preparada?
Yo: No... {Me río.}
{Tenia las pintas de estar por casa: moño alto, camiseta larga y descalza.}
Jesús: Venga que te acompaño a cambiarte.
Yo: Vale, Dani ahora bajamos.
Dani: No tardéis.
{Jesús y yo subimos a mi habitación.}
Jesús: ¿Estas preocupada?
{Me pregunta mientras busco ropa en mi armario.}
Yo: Mucho, no he podido dormir nada esta noche.
Jesús: Dani tampoco a podido dormir.
{Saco ropa del armario, me doy la vuelta y me la pongo.}
Jesús: Estas perfecta, vamos.
{Bajamos al salón y estaba Dani, con un ramo de flores.}
Yo: Son preciosas Dani.
Dani: ¿Le gustaran?
Yo: Le van a encantar, ya veras.
{Vamos al coche y ahí estaban esperándonos mi madre y Eva.}
Eva: ¿Estais listos?
Jesús: Sí.
{Nos montamos en el coche, hasta el hospital hubo un silencio aterrador.}
Dani: Ya hemos llegado.
{Se le nota que tiene miedo.}
Yo: Dani relájate, todo esta bien.
{Los cinco entramos al hospital y nos encontramos con Patricia.}
Mi madre: Patricia, ya estamos aquí
Patricia: Gracias por venir, no le he dicho nada a Marina, para que sea una sorpresa. ¿Cual de los dos es su novio?
{Pregunta mirando a los gemelos. Eva se ríe.}
Dani: Yo.
Patricia: ¿Esas flores son para ella? Le van a encantar. Venga que os acompaño a su habitación.
{Subimos dos pisos y llegamos a su habitación, numero 89.}
Patricia: Es aquí, entrar despacio y darle una sorpresa.
{Abro yo la puerta y...}