25: "Palabras"

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Karol

Cierro la puerta y me recuesto sobre esta, dejando libre todo el aire que estaba reteniendo. Vaya, si que me costó mantenerme serena para no mandar todo al diablo y besarlo como nunca. Pero felizmente mi fuerza de voluntad pudo mas y no lo hice.

Él quería ignorarme, pretendía volver a jugar con las chicas y que yo volviera a sus pies como antes, pero se equivoca, no pienso hacer eso, al menos no por el momento. Lo sé, ¿Por que me porto de esa forma si yo fui la que terminó con él?

Bueno, la respuesta es simple. Confundí mis sentimientos, me gustaron dos chicos a la vez, y terminé con Rugge antes de que las cosas se complicaran y pasen a mayores. Además, ¿Quien no ha tenido una confusión? Hasta en los matrimonios mas solidos ha pasado, y me consta.

Tomó una bocanada de aire y empiezo a caminar, hasta salir nuevamente al campo. La mayoría de las porristas ya se han ido, lo quedan unas cuantas, incluyéndome. No conozco a todas ellas, las dos únicas son Valentina, quien no me ha dirigido ni una sola mirada en el entrenamiento, y Candelaria, bueno, con ella ni siquiera me hablo. La antipatía que nos tenemos aun se conserva.

Doy media vuelta y salgo del campo, con dirección ha mi cuarto. Al llegar ahí, abro la puerta y me encuentro con la grata sorpresa de que Carolina no está. Suelto un suspiro, y me tiro sobre la cama, mirando hacia el techo. A estas alturas yo debo ser la mala del cuento y Ruggero el chico bueno. Vaya, que irónico suena eso.

Cierro los ojos y recuerdo la expresión que tenía él cuando me vio vestida de porrista, quería reírme en ese instante, sí que le sacó de onda. Y más cuando varias miradas masculinas se dirigieron hacia mí, y sí, fui consciente de aquello.

Luego de un par de minutos me pongo de pie, camino hacia el ropero y saco algunas prendas. Al cabo de pocos minutos me encuentro vestida, lista para ir a cualquier lugar que mis pies me lleven.

Salgo de la habitación y camino sin rumbo, mirando por los pasillos oscuros. No tengo ánimos de examinar cada rincón de estos, o de prestar atención a todos los rostros que se encuentran por ahí.

Sin querer, al poco rato me encuentro frente a la fraternidad de Los XX o mejor dicho la fraternidad de mi querido primo. Pienso si tocar el timbre o no, si lo hago, tendré que enfrentarlo y darle explicaciones de porque me uní al grupo de porristas, y de tan solo pensarlo me causa estrés.

Pero por otro lado, puedo darle la contraria, y divertirme un rato con sus palabras y expresiones. Finalmente me decido por tocar.

— Karol ¿Que haces aquí? — cuestiona Lionel después de haber abierto la puerta. Le sonrío y lo hago a un lado para pasar. — ¿Que crees que estas haciendo?

— Estoy aburrida, resulta que mis dos únicas amigas no quieren hablarme y no me queda otra alternativa que venir a joder a mi primito — digo, cruzándome de brazos y sentándome en el sillón individual frente de donde se encuentra sentado Gaston, quien esta mirando una serie muy conocida de Netflix.

— Michael no está — continua el rubio. Frunzo el ceño, él no suele salir — tenía algo importante que hacer.

¿Y se puede saber que es eso tan importante? — cuestionó, cruzando las piernas.

— Algo que no te incumbe. — ruedo los ojos, estoy segura que ha salido con una chica, aunque nadie quiera decirme, ya me enterare después.

No digo nada más, si abro la boca diré alguna sandez y no quiero originar un bullicio. Miro la televisión y formo una mueca de horror al ver un monstruo sin cara devorar a un hombre. La escena es muy desgarradora; sangre, lágrimas y personas muertas se muestran en la pantalla.

2| La Chica Mala |Ruggarol| #ECHM2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora