46: "Viejos tiempos"

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Karol

Suelto un gruñido mientras me coloco el vestuario. Había olvidado por completo que hoy teníamos un ensayo general todas las porristas para el siguiente partido que era este fin de semana. No se porque sigo ahí, básicamente entré para molestar a Ruggero con esos movimientos sensuales propios de la rutina. Pero ahora que estamos juntos, ya no le veo sentido.

Rescatando el lado bueno, ser porrista me ha subido de nivel. Al pasar por los pasillos recibo saludos y sonrisas de parte del público masculino y femenino. Aquello me agrada, eleva mi moral hasta el tope.

—¿Podrias hacerme el favor de apurarte? — espeta Candelaria cruzándose de brazos. Aún no entiendo porque sigue Tratándome mal cuando ya no tenemos nada en común, y con nada me refiero a un chico.

Me termino de poner las zapatillas después de haberla fulminado con la mirada. Paso por su costado y choco su hombro haciéndolo parecer accidental. Escucho como me maldice pero sigo mi camino hasta salir de los vestuarios.

Corro al campo y como era de esperarse, las demás se encuentran calentando al rededor. Visualizo a Valentina metros mas allá, haciendo abdominales, siendo en centro de atención de mi querido primo quien se la come con la mirada.

Pobre, si supiera que ella botó ese oso de peluche que cantaba esa molestosa canción a todas horas. ¿Como se llamaba? Ah si, despacito si mas no recuerdo.

— Sevilla, debiste estar acá hace mas de diez minutos ¿Donde te metiste?— exclama Andrea interponiéndose en mi camino. La susodicha me recorre de pies a cabeza sin disimular, suelta una sonrisa hipócrita y haciendo su cabello hacia atrás, comienza a caminar.

Que patética. Dios, si cree que haciendo todo eso ganara por lo menos la mínima atención de mi novio, que equivocada está. Hablando de él... Rugge se encuentra realizando una serie de flexiones en el piso. Le cuesta hacerlo, lo veo por sus gestos y el sudor de su frente.

Levanta la mirada y nuestros ojos se conectan, como siempre, cada vez que esto sucede, mis mejillas se ruborizan, aun no entiendo esas sensaciones qje él causa en mí. Me sonríe y me da un beso fugado, el cual sostengo imaginariamente y se lo devuelvo. Ay pero que cursis somos!

— Deberías prestar mas atención a lo que tu noviecito hace — giro de inmediato cuando escucho la voz de Emilia a mi costado. La miro ceñuda ¿A que coño se refiere?

— No se de que estas hablando.

— Por su puesto que no lo sabes. Ya veo que se dicen todo ¿Cierto? — curvando una horrorosa sonrisa, gira sobre sí e intenta irse.

Exacto, lo intenta.

— De aquí no te vas hasta que me digas porque cojones dices esas estupideces — digo sujetándola del brazo, masqueandola e incrustando un poco mis uñas en su piel.

— Candelaria, esta igualada me está lastimando — grita, e inmediatamente la nombrada se acerca y se interpone entre las dos, obligándome a soltarla.

— Karol joder, no puedes ir armando broncas — dice, a lo que ruedo los ojos. Había olvidado que ella era la jodida capitana — ya tienes una advertencia, a la segunda quedas suspendida.

Pateo sobre el césped tratando de desfogar la furia que siento. Giro y veo a Ruggero observándome, lo que me da a entender que ha visto todo, cada movimiento, ya que no puede oír debido a la distancia. Su entrenador lo llama a lo que rompe nuestra conexión y va con él a verificar algunas cosas.

— ¿Que mierda te dijo esa estúpida? — no es necesario girar para saber que se trata de Valentina.

— Estupideces que debería no tomarle interés pero como idiota lo hago — me quejo colocando mis manos sobre mis caderas — felizmente Ruggero y ella ya no se hablan. Un peso menos para mí.

2| La Chica Mala |Ruggarol| #ECHM2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora