2| La Chica Mala |Ruggarol| #ECHM2

16: "Cuñadita"

Karol

No lo voy a negar, oír la voz de Michael gritando mi nombre, haciendo notar que esta furioso, aún me ponen loa pelos de gallina.

Sin embargo, no lo haré notar, no voy a permitir que él crea que tiene dominio sobre mí. Le doy una última mirada a Ruggero - quien también, sorprendentemente, parece un poco asustado- y me pongo de pie, enfrentándolo.

— ¿Y a ti que te importa? — le espeto, haciendo un gran esfuerzo para mantenerme serena.

— Karol, no me jodas. Este imbécil te hizo daño ¿Y ahora estas besándolo como si nada hubiera pasado? Pensé que eras mas inteligente — dice, lanzándole una mirada asesina a Ruggero.

—Es mi jodida vida. Tú no te metas — le vuelvo a espetar, haciendo caso omiso a la bulla que hacen sus amigos.

— Le voy a decir a mi tía que tú...

— Tú no vas a decir nada — lo interrumpo, sujetándolo del cuello y atrayéndolo hacia mí — si no quieres que todos tus amigos, se enteren que una chica te tiene comiendo de la palma de su mano.

Le sonrío hipócritamente y me vuelvo a poner al lado de Rugge, que se esta debatiendo a no contestar a los insultos que Lionel le anda lanzando.

— Ya vámonos — ordena Mike, ladeando la cabeza.

— ¿¡Que!? ¿Y no le vas a dar una paliza al idiota este? — exclama el rubio, confundido.

— Dije vámonos — mi primo lo fulmina con la mirada, y él no hace mas que lanzar una maldición y alejarse junto con los demás.

Una vez que están lo suficiente lejos, suelto un grito eufórico al aire. Por fin, he podido poner en su lugar al idiota que tengo de primo y hacer que se quede callado y con la mandíbula tensa. Parecerá raro pero me siento victoriosa.

Ruggero me mira con una ceja alzada, pero al rato me lanza una sonrisa y me sostiene de la cintura, pegando nuestros cuerpos y labios.

— Me gustó como te enfrentaste a tu primo — susurra, sin despegar sus labios de los míos — luciste... aguerrida, por eso me encantas.

Lo abrazo, estrechándolo aun mas a mi cuerpo, sé que lo quiero pero ¿Por qué no me siento completa? Alzo la vista y desde lejos, veo a Eduardo parado mirando hacia aquí. Al ver que lo observo, me sonríe y yo hago lo mismo.

Últimamente, Eduardo ha causado sensaciones en mí que creí que no podría pasar. Y eso me asusta, y mucho.

— ¿Que piensas tanto? — Rugge interrumpe mis pensamientos separándose y mirándome a los ojos. Gira la cabeza y mira hacia la parte de atrás, al ver que no hay nadie vuelve a mirarme y empieza a acariciar mi cabello — por un momento pensé que estabas pensando en alguien más.

Trago saliva. Quiero decirle que sí, que mi jodida mente ha estado pensando y viendo a otro chico cuando él me ha estado abrazando, pero no lo hago, guardo silencio y le dedico una fingida sonrisa.

(...)

Horas mas tarde, decido tomar una siesta después del relajante baño que acabo de tener y haber tratado de arreglar todo el alboroto que se hace llamar cerebro. Creo que Todo eso amerita un descanso.

Me recuesto sobre la cama y estoy a punto de cerrar los ojos y perderme en mi dulce sueño, cuando varios golpes en la puerta me obligan a ponerme de pie y caminar hacia esta para abrirla.

— Karol, cariño, disculpa que te moleste pero... — Ruggero se detiene algunos segundos, parece nervioso, pero al dedicarle una tierna sonrisa, prosigue:— Mi mamá y mi hermana están acá, y me gustaría... Decirles sobre lo nuestro.