Capítulo 12. Inesperado

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Después de conseguir normalizar mi respiración, llamé a Karina y nos reunimos en una cafetería donde donde los batidos de chocolate y fresa eran buenísimos.

El tema central de la conversación fue Frank.

Le conté cómo me había traicionado, que luego me ayudó con el castigo, nuestro acercamiento en la cocina, la discusión por la nota de la chica del súper, cómo me suplantó haciendo creer a Fernando que yo le proponía una cita en el parque de atracciones, la pelea que los dos tuvieron en mi habitación, su descarada invitación a que le tocara el abdomen y lo que había sucedido esa mañana. Quería decirle lo que sabía de sus padres, pero no lo hice. Decidí mantenerlo como algo íntimo.

—Ese chico está loco por ti —dijo cuando terminé de hablar.

—Claro que no. Le gusta hacerme de rabiar.

—Y a ti te encanta que lo haga. —Dio un sorbo a su bebida y yo puse los ojos en blanco. Esperaba un poco de comprensión. ¿Era tan difícil de entender que se lo pasaba en grande haciéndome enfadar?—. Alexa, ¿te gusta Frank?

—No.

Negué con la cabeza y moví la paja del batido de fresa.

—No mientas —me advirtió, entrecerrando los ojos.

—Tal vez sí —murmuré, removiéndome en el asiento.

—¿Qué hay de Fernando?

—Hablé con él, pero no terminamos la conversación...

Me encogí de hombros.

—¿Y has hablado con Frank acerca de esto?

—No, con él no se puede mantener una conversación normal. Las veces que nos dirigimos la palabra es para insultarnos.

—Creo que tiene derecho de saberlo.

La miré sorprendida.

—Si le digo que me siento atraída por él, no dudará en reírse en mi cara y fastidiarme todos los días —respondí, y me imaginé soportando sus burlas por confesarle mis sentimientos.

—¿Y si él siente lo mismo por ti? —preguntó, esperanzada.

Me quedé en silencio.

La vida de Frank giraba alrededor de él. Solo estaba divirtiéndose conmigo. Me había sentido confundida por lo que habíamos hecho juntos y las situaciones vividas, pero no iba a permitir que me rompiera el corazón. Karina no insistió más en el tema y decidió contarme cómo le iba con Drake, que parecía tenerla en las estrellas. Sus ojos brillaban de emoción mientras me contaba todo lo que habían hecho. La escuchaba, pero seguía preocupada porque no sabía definir mis sentimientos por Frank.

***

Por la noche, la ausencia de mi padre se me hizo más evidente. Había hablado con él por teléfono por la tarde, y había tenido que escuchar las mismas advertencias sobre que no me metiera en problemas. Pero también me dijo que le estaba yendo muy bien con su proyecto.

Estaba en mi habitación, mirando a través de la ventana cómo el cielo oscuro empezaba a relampaguear. Desde el incidente de la mañana, no había cruzado palabra con Frank. Una parte de mí quería contarle lo que sentía por él, pero el miedo a ser rechazada e incluso juzgada me impedía hacerlo.

Aparté la vista de la ventana cuando llamaron a la puerta. La abrí pensando, por un momento, que sería Frank, así que me sentí un poco decepcionada al ver que era mi madre.

—Alexa, vamos a ir a casa de Helen. Ha estado deprimida y nos ha pedido que vayamos a hacerle un rato de compañía.

Era comprensible que la tía Helen se sintiera sola. Nunca se había casado y tampoco había tenido hijos. Antes pensaba que viviría sola toda mi vida, que era lo mejor, pero desde que me enteré de que mi tía sufría severas depresiones, descarté la idea de seguir sus pasos.

El Huésped ✅ [ Disponible en físico ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora