14-. Que asquerosidad

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- Por fin despiertas (TN)_____.

-¿Clint? -pronuncié dudosa el nombre del chico. Este se dio la vuelta- ¿Qué está pasando fuera?

-Son Newt y Alby. Llevan así desde que el segundo al mando llegó contigo en brazos.

-¿Por qué...? -fui interrumpida.

La puerta de la enfermería se abrió de forma brusca azotando la pared de atrás dando paso a dos figuras masculinas.

-¡(TN)_____! -gritaron ambos a coro.

-¡Dile a este garlopo que estás bien y que puedes ir otra vez a explorar el laberinto! -gritó Alby, más para Newt que para mí.

-¡Ni hablar! ¡(TN)_____, dile a este garlopo miertero con la cabeza llena de plopus que no puedes salir ahí fuera! ¡Dile que estás debil y que casi mueres ahí dentro!

-¡¿A quien estás llamando garlopo miertero, garlopo miertero?! -Alby dejó de mirarme para volver a encarar al rubio.

-¡¿Quieres enviarla de nuevo a una muerte segura?!

-¡Yo soy el líder! ¡Se hace lo que yo diga!

-¡Pues como líder, eres tú quien debería salir ahí fuera y encontrar la miertera salida! -aún siendo Newt considerablemente más bajo que Alby, no se dejaba intimidar.

-¡Ella es una diosa! ¡No puede morir! ¡Yo sí!

-¡¿Por qué no se sana ella misma, entonces?! -Newt empezaba a gritar cada vez más alto- ¡Llevamos aquí tres años! ¡Hemos recorrido el laberinto todos los días durante tres años, Alby! ¡Hemos perdido gente! ¡Y no hemos encontrado la jodida salida! ¡¿Y sabes qué?! ¡Que no la vamos a encontrar nunca!

-¡No me hables como si fuera un verducho! ¡Yo fui el primero! ¡Lo sé mejor que tú!

-¡Basta! -Clint, que hasta ese momento se había mantenido al margen de la disputa, al igual que yo, detuvo a los dos chicos antes de que llegaran a pegarse- (TN)_____ llegó muy debil del laberinto y lo último que necesita es alterarse así que os agradecería que os gritaseis en otra parte.

-Pero... -Newt trató de oponerse pero Clint fue empujando a ambos hasta salir de la enfermería.

-Pero nada -y cerró la puerta de un golpe dejando a los otros dos chicos con la palabra en la boca.

-¡Nos han echado por tu culpa! -los gritos amortiguados de Newt aún se oían a través de la puerta.

-¡Mía! ¡Te vas enterar!

-(TN)_____, será mejor que descanses...

Miré mis manos, apenas podía levantar unos milímetros mi dedo índice de la camilla.

-Solo necesito comer... -mi voz sonó ronca, como si hubiese estado mucho tiempo sin usarla, y apenas audible.

-Iré a decirle a Fritanga que te prepare algo y llamaré a Thomas para que te dé de comer.

-Puedo hacerlo sola...

-No, no puedes -se rió Clint mientras salía de la habitación.

Seguí tratando de moverme, sin éxito. Mis tripas volvieron a rugir. Imploraban algo que comer. Empezaba a impacientarme, hacía un rato que Clint había salido y ni Thomas ni él llegaban.

-Maldita sea, ¿dónde están esos dos?

-¿Me esperabas? -preguntó Thomas burlón entrando con un plato de comida de un color extraño y que parecía estar pegada al plato.

-¿Que es eso...? -pregunté con desconfianza y una mueca de desagrado.

-Es la especialidad de Fritanga pero si no la quieres me la llevo -dijo con sorna.

-No, no, sí que la quiero -contesté casi al instante. Él se acercó y se sentó junto a mi camilla.

-Abre la boca que llega el avión~ -Thomas movía la cuchara llena de aquel potingue verde azulado en todas direcciones.

En cualquier otra situación me habría quejado pero dado que no podía moverme me limité a hacer lo que dijo. En el mometo en el que empecé a masticar aquella cosa comenzaron a darme arcadas. Aún así hice mi mayor esfuerzo por tragarlo.

-Sabe a baba de lacerador... -me quejé.

Sin previo aviso, Thomas empezó a reirse.

-No me lo puedo creer -las palabras se le atragantaban por la risa- Era baba de lacerador.

-¿Se lo ha comido? -Minho asomó por la puerta con otro plato en la mano pero este era de pasta.

-Sí -ambos empezaron a reirse aún más.

-No me lo puedo creer... mi madre se enterará de esto -refunfuñé entre dientes.

-Ya, ya, deja de refunfuñar. Toma -dijo el asiatico aún con una sonrisa divertida que parecía inborrable.

Thomas agarró el plato y me acercó la cuchara a la boca. Con algo de desconfianza mastiqué los macarrones. Sabían a gloria.

Una vez terminé de comer, Clint echó a los chicos de allí diciendo que necesitaba descansar. No recuerdo cuando me quedé dormida pero cuando desperté todo estaba oscuro. Volví a intentar moverme y afortunadamente ya podía hacerlo, más o menos, con mucha dificultad por no haber podido hacerlo en los últimos días pero algo es algo...

Chasqueé los dedos y observé maravillada como mi mano volvía a emitir aquella luz capaz de curar cualquier herida. Me apoyé en la mesa del rudimentario instrumental médico y me senté con la espalda apoyada en la pared, me giré como pude y me deslicé hasta que mis pies tocaron el frío y arenoso suelo de la cabaña que ellos hacían llamar enfermería. Volví a observar mis dedos, ahora apagados, sin magia, sin luz.

Jamás me había pasado algo así antes y estoy segura de que si Eco hubiera estado aquí me habría echado la bronca argumentando que "Eso no era para tanto, demuestra de lo que estas hecha". Chasqueé los dedos una vez más, el brillo de estos era ahora más débil que la vez anterior. No estaba segura de que funcionase pero no tenía nada que perder por intentarlo. Cerré los ojos y respire profundamente. No podía permitirme pasar otro día en cama, los chicos del claro necesitaban el servicio de curandera que yo proporcionaba.

¦『🧭』ERROR DE COORDENADAS  ¦ [NEWT Y TÚ] {EDITANDO} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora