20-. Epílogo

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Sesión de maquillaje, sesión de peluquería, sesión de baile, estaba harta de sesiones. Me había despertado hace unas escasas tres horas y desde ese momento mi madre y sus ninfas han estado atosigándome con los preparativos de la boda. Estaban ajustándome la espalda del vestido cuando oigo que tocan a la puerta y mi madre se acerca a ver quien es.


-Oh, ¿que tal te encuentras chica? Pasa, pasa -dijo mi madre abriendo la puerta.


Vi entrar a Teresa con la cabeza gacha, me puse pálida, cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí levanto la cabeza. Cerré los ojos y extendí los brazos como si eso me fuese a proteger de ella pero al ver que nada pasaba abrí los ojos. Teresa no se había puesto como loca al verme, no me había atacado y mucho menos había intentado asesinarme, todo lo contrario, me miraba con una expresión de arrepentimiento lo que me sorprendió aún más.


-¿Teresa...? -ella extendió su brazo hacia mi cara indicando que me callara.


-Solo quería venir a disculparme, la chica que conociste en el claro con era yo -dijo- bueno, si era yo pero en realidad no, a ver como te lo explico. Sí que era mi cuerpo pero no mi mente.


-¿Cómo? -pregunté.


-Supongo que ya sabrás la historia de lo que hace C.R.U.E.L. con todos sus sujetos de pruebas...


-¿Lo de borrarles la memoria antes de mandarlos al claro? -ella asintió.


-Igual que pueden borrarles la memoria a los sujetos pueden controlarlos y por razones que ahora desconozco, C.R.U.E.L. no te quería allí, me controlaban para eliminarte. Siento que ahora tengas una mala imagen de mí, por lo general suelo ser bastante tranquila. Bueno, eso era todo, espero que tu boda salga bien.


-¿No vas a venir a verla? -pregunté algo desconcertada.


-¿Quieres decir que ahora estoy invitada? -me devolvió la pregunta con sorpresa.


-Nunca dejaste de estarlo -respondí- todos los clarianos están invitados.


-Entonces te veré caminar hacia el altar -dijo con una gran sonrisa para seguidamente salir de la habitación.


-Me ha caído bien -dijo mi madre de pronto- ¿por qué no la haces dama de honor?


La miré con el ceño fruncido.


-Intentó matarme, se ha disculpado y ahora parece estar cuerda pero tampoco nos pasemos -dijo causando la risa de mi madre.


Después de otras interminables cinco horas -en las que Eco siempre intentaba hablar conmigo pero mi madre lo echaba por ordenes mías- las ninfas terminaron de prepararme. Mientras caminaba con mi madre por el pasillo hacia la capilla se me formó un nudo en el estómago.


-Mamá...


-¿Sí?


-No dejes que Eco hable durante la ceremonia, tengo un mal presentimiento -pedí.


-¿Y eso a que se debe? -preguntó mi madre con reproche, como si supiese que había hecho algo que no debía.


-Tú solo... no le dejes hablar.


-Está bien -llegamos a las puertas de la capilla donde me esperaba mi padre. Mi madre se despidió de ambos y entró.


-No me lo puedo creer... -dijo mi padre- mi niña, a la única que nunca le disparé una flecha amorosa porque no quería que se enamorase y se fuese con algún cretino que la alejase de mí... hoy se casa y encima soy yo quien tiene que entregarte a ese cretino -se lamentó.


-Papá -le reproché tratando de aguantarme la risa.


-Ya, ya, lo siento -me miró- estás preciosa cariño.


-Gracias...


-Bueno, ¿preparada? -preguntó tendiéndome su brazo. Todos los nervios que no había sentido durante la noche anterior me cayeron de golpe dificultándome el habla.


Tragué en seco.


-Preparada.


La puertas de la capilla se abrieron de par en par causando que todos los ojos de la sala se posasen en mí. Oía murmullos de aprobación hacia el peinado o el vestido pero estaba demasiado concentrada en recordar como se hacía para poner un pie delante del otro si caer que no presté atención a la cantidad de invitados que había allí. Me pasé todo el camino desde las puertas hasta el altar pensando en cuantas rosas blancas habrían sido desojadas solo para tirar los pétalos por el suelo y que yo los pisase al pasar durante el evento.


Oí a mi padre murmurar algo hacia Newt cuando llegamos y él solo asintió mirando a Heros con aspecto solemne. Subí al altar y tomé al rubio de las manos mirándolo a los ojos. Zeus -que hacía de cura- empezó a hablar pero yo no le escuchaba. Por el rabillo del ojo vi como Eco se había tratado de levantar varias veces durante la ceremonia pero mi madre siempre le paraba o le tapaba la boca si intentaba alzar la voz, cosa que agradecí internamente.


-(TN)_____, ¿aceptas a Newt para amarlo y respetarlo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte os separe? -aquellas palabras provenientes de la boca de mi abuelo me sacaron de mi extraño trance.


-Si quiero -dije colocándole el anillo.


-Newt, ¿aceptas a (TN)_____ para amarla y respetarla, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte os separe? -le preguntó esta vez a él.

-Sí quiero -contestó poniéndome el anillo a mi también.


-Por el poder que me ha concedido... yo mismo que para algo soy el mandamás aquí-dijo encogiéndose de hombros- os declaro marido y mujer. Puedes besar al novio.

¦『🧭』ERROR DE COORDENADAS  ¦ [NEWT Y TÚ] {EDITANDO} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora