Camino al Desastre

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Camino al Desastre 

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Yokozawa

Despierto con hambre, despierto con cansancio. Sigo cansado aunque ya pase las pruebas de becas. Sigo cansado aunque he dormido desde las cinco de la tarde de ayer, sigo cansado. Mi habitación parece encogerse, espero que este sea el último estirón de mi vida. La camiseta se pega en mis hombros y salgo, no hay mucho espacio en casa, menos con ella despierta.

— Buenos días, Takafumi – dice con vos melosa, como si yo quisiera oírla, siete años y sigue sonriendo como boba cuando nos toca desayunar

— Buenos días

— Hice salchichas con brócoli, quieres algo mas

— No

Mi padre entra, estoy cansado pero tengo que avisarles, no puedo solo irme, me iré de todos modos pero prefiero que lo sepan. La besa en la mejilla, a mi madre no la besaba, dejo de vivir con nosotros por ella... mi madre era hermosa, era fuerte, mi madre murió.

— Tu madre te ha hecho una pregunta – él me mira molesto, hemos hecho esto tantas incontables veces que es imposible seguir repitiéndolo pero ¿Qué más da? En breve habrá terminado, en breve nos diremos adiós... quién sabe si las cosas mejoren. – Takafumi... me oyes

— Te oigo, pero por más que intento no logro contactar el plano astral de mi madre y escuchar lo que dice. – se le tensa la boca – me encanta ese poder que tienes para hablar con los muertos, ¿Qué ha dicho mi madre?

— Sabes que hablo de Haruhi

— Ella es tu esposa mas no mi madre

Ella sonríe. Me acerca el arroz y me da la razón.

Haruhi Yokozawa no es mi madre, no podría ser mi madre cuando solo nos separan 10 años, la gente lo sabe, no son idiotas, saben que es la mujer que destrozo una familia y se quedó con los pedazos rotos.

— Tengo la beca – digo buscando los ojos de mi padre, me mira y sonríe. Una beca es una maravilla, pero para mí es mucho más, voy a dejarme la piel para mantenerla pero haberla conseguido me da esperanzas

— Lo sabía – dice mi padre orgulloso – mi muchacho... bien...

— También tengo la beca de vivienda, viviré en el condominio de estudiantes

— Que...

— Me mudare a la universidad, mi beca tiene derecho a una habitación y cafetería, es todo lo que se necesita.

— No necesitas vivir en el condominio de la universidad, eso es para los chicos que vienen de otras ciudades, para los que no viven aquí. Vivir ahí es abusivo de tu parte cuando vives a 30 minutos en metro.

— Si pero es parte de mi beca – repito y como sereno, estamos jugando, él sabe que me iré y yo sé que no va a detenerme, llevamos siete años esperando a separarnos. Estoy aquí porque ella murió, si estuviera viva, el estaría aquí y yo estaría con ella. - supongo que podrás usar mi habitación como estudio o no se... da igual.

— ¿Da igual? – me mira cansado, más viejo que hace cinco minutos, no puedes solo decidir esto, tienes dieciocho años, es tu primer año de universidad, Takafumi... no tienes que irte

— Quiero irme

Lo que fuera a decir se queda en su garganta y se lo traga.

— Vaya... soy tu padre, podrías haberme preguntado sobre esto, pero supongo que ya lo tenías decidido. Bien, supongo también que estarás muy ocupado como para venir los fines de semana ¿no?