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Ella

Mi hijo me agarra con fuerza, pero yo lo empujo y lo hago caer al suele, él se marcha. No quiero perderlo así que corre, atrapo su maleta y suplico, no he suplicado en mi vida, pero ahora estoy de rodillas, Takafumi nos mira desde le suelo con los ojos llenos de lagrimas y yo soy arrastrada mientras me abrazo a una maleta.

No puedo perderlo.

Lo amo.

Es todo lo que amo.

Solo él.

Abre la puerta luego de tirarme al suelo y me levanto.

- Por favor, no nos hagas esto.

Es un grito, los vecinos saben que suplico, los vecinos saben que hay otra mujer, los vecinos saben que mi hijo esta en casa. Me aferro y lloro. Mis padres me pidieron que lo dejara, y hace tres años que no los ve. mi mejor amiga me suplico que lo dejara y la ignore y la deje a ella, mi hijo me dijo que lo dejara irse, solo es un niño y lo entiende mejor que yo.

- No te amo, entiéndelo

Y mis ojos lo ven ahí, Zen...

El hijo que no tengo, el hijo que quisiera tener...

Muevo mi pie y se estrella contra su pecho, mi esposo cae al suelo y yo entro a casa aterrorizada. Se que me ha visto, se que él me ha visto. No debería sentirme de este modo y lo sé, soy consciente, pero cuando lo veo, veo al que perdí, veo al que se fue. Desde que su hermano murió Takafumi ha sido lo unico que nos unia. Takafumi . Cuando lo busco con la mirada ya no esta en el suelo, camino a la sala y no está ahí, entonces los golpes a la puerta me obligan a calmarme.

Me mojo la cara me seco a la rápida, me miro en el espejo y me alineo el pelo, tras la puerta esta Kirishima, sé que no debería abrir, pero lo hago.

- Un día tiene veinticuatro horas, le explico y su padre parece incómodo.

Debe serlo... no lo dudo.

Tener que ver a una mujer miserable y sola, solo porque es maestra de su hijo, solo porque su hijo le ha cogido aprecio. Detestable.

*

*

*

Kirishima

Me quedo quieto cuando Yokozawa sale con un hombre Mayr parecido a él. Su padre si no me equivoco, pero con ellos camina una mujer, mayor, delicada, pequeña entre los dos hombres, no se parece a ella, no tiene el color de su pelo, no su piel pálida y perfecta, ni sus labios ni su peinado, ni la ropa se le parece. No encaja entre ellos.

- Yokozawa!

Ambos se giran, el hombre y el muchacho y me acerco más.

El hombre me mira y su boca parece una línea.

- ¿Vas... a alguna parte?

- No es buen momento

- ¿por...

- Takafumi – el hombre habla a su hijo con un sonido seco – no te retrases

No se queda a que nos presente, camina rígido y sale del campus, Yokozawa me mira, su padre, no puede ser otro para hablarle de ese modo, casi lo había olvidado, pero ahora veo el parecido con su hijo.

Yokozawa en cambio me mira a mí, me mira con algo entre anhelo y duda que reconozco, no puedo estar enfadado cuando esta cerca, cuando la camiseta le queda justa, cuando los jeans le marcan el culo, no puedo y mas que no poder no quiero.

Camino al DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora