Camino al Desastre

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Camino al desastre

**7**

Kirishima

Salgo de la cama despacio mientras Yokozawa duerme. He hecho algo estúpido, algo estúpido a niveles casi sádicos. Lo he besado.

Sus ojos mostraban lo asombrado que estaba, su quietud lo aterrado y su silencio... ¿Cómo debería comprenderlo? El frio se cuela por nuestras paredes, y me dejo caer en el sillón, la tv en sonido bajo y un programa de música de madrugada, son las cinco de la madrugada y no tengo sueño. Tengo miedo. Porque cuando despierte las cosas entre nosotros ya no serán lo que han sido.

¿Qué somos?

¿Por qué besarle parecía tan inteligente hace una hora y ahora es catastrófico?

¿Por qué besarle?

— ¿Qué coño haces despierto? – Yasuda sale en calzoncillos - deberías dormir, tenemos clase a las ocho

— Tu estas despierto – digo tratando de sonar sereno

— Yo estoy dormido –responde – tengo la habilidad de caminar, hablar y mear dormido.

— No mees el suelo

Se va. Y tras una puerta de cartón Yokozawa duerme, él bebió la mitad que nosotros, no podre fingir que lo soñó. El sonido de Yasuda me hace dejar de mirar mi improvisada puerta. Mi amigo me mira como si viera más de lo que pretendo mostrar, siempre se cuela por donde no debe y me pilla con la guardia baja... ¿Qué diría él?

— ¿Qué te pasa?

— Nada Yasuda vete a dormir, es solo que se me ha ido el sueño

— Tenemos que hablar de cómo reaccionaste – se sienta a mi lado, le paso una manta, para que no se resfrié y se ríe, luego sus ojos regresan a mí - ¿Qué fue eso? ¿ibas a pelear conmigo?

— Estaba caliente por la pelea, pensé que discutían

— Esa no es mi pregunta

— Pensé que le habías pegado o algo así, no se...

— ¿Y porque iba a ser yo quien le hizo algo? Digo, no pensaste que tal vez Yokozawa me maltrato, que tal vez estaba insultándome... me hacía daño

No puedo evitar rodar los ojos, nadie que conozca a Yasuda creería semejante barbaridad.

— Porque te conozco y sé que si alguien te pega es que tú has dado el primer golpe

Lo digo y se sonríe con orgullo.

Nos conocemos hace siete años, nos hemos contado todos los secretos porque entre nosotros no hay secretos, Yasuda se mantiene sereno esperando. Sabe que hay algo y lo quiere saber.

— ¿lo besaste? – pregunta en vos baja, casi muda

— Si – respondo más quedo y no sé si me oye pero pone la mano en mi hombro.

— Es... es curiosidad o...

— Curiosidad – respondo mientras trato de pensar en qué otra cosa podría significar

— No es tan malo... ¿Cómo reacciono?

— Aterrado

— Ya