Camino al Desastre

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CAMINO AL DESASTRE

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ELLA

Cuando mira a Kirishima, se pregunta siempre, ¿Dónde le duele? Kirishima Zen es el niño más talentoso que haya visto y lleva diez años dedicada a la educación. A ella le duele, que la sonrisa nunca le toca los ojos a Zen, le duele que cuando falla todos los chicos se hacen a un lado, cuando le va bien, todos quieren ser amigos de Zen, cuando le va mal, los chicos se ríen tan fuerte como pueden.

Zen ha perdido.

Ella escucha las risas, escucha los comentarios, ratones haciendo fiesta cuando tropieza el león, ninguno de ellos haría la mitad de las cosas que Zen hace, lo envidian y se escudan en su sombra. Eso a ella la fastidia. La enoja que no lo apoyen, la enoja que no sean sus amigos. Kirishima Zen merece amigos.

— Que buen gol metiste – dice alto y claro, para que la escuchen

— Perdí – responde Zen

— Bueno, chicos – los mira a todos – anímense, no es tan malo que el equipo perdiera un partido, entrenen más duro – mira a Haru, es quien más fastidia a Zen, pero, aunque sabe que no es la conducta adecuada, el instinto a veces la gana – Haru, animo, la siguiente vez atraparas los balones.

Zen metió un gol, Haru dejo que 3 pelotas pasaran. Por lo general el arquero se lleva la peor parte, pero no aquí, no cuando es Zen, cuando es Zen, la peor parte se la lleva él.

— ¡Lo hare! – Haru la sonríe, sus estudiantes la quieren, ella también los quiere, pero ellos no quieren a Zen y ella lo quiere más a él. No es que Zen sea más listo, es que estudia más, no es que Zen sea nato para los deportes, es que entrena más, no es que Zen quiera ser guapo, no es su culpa si las chicas le miran primero.

— Y ahora a celebrar

— Pero perdimos – dice uno

— Bueno – ella les sonríe – podemos pensar mejor que... ganaron ellos

Todos se ríen. Hay rollos de arroz con salsa roja y te rojo frio. Los catorce chicos del equipo se juntan para comer, se ríen de nuevo, recuerdan el gol de Zen. Vuelven a ser amigos todos y dejan de meterse con él. Tal vez no lo sepan, tal vez ni siquiera Zen lo sepa, pero si ella pudiera, sería su escudo, hasta que él sea fuerte. Hasta que la sonrisa les llegue a los ojos.

Unos ojos serenos se acercan, son ojos de agua, tempestades. Yasuda Gou no es parte del equipo, no es estudiante del colegio, lleva el uniforme de los vencedores, pero espera mirando y cuando mira a Zen sonríe. Ella observa y escucha como el chico felicita a Zen, ha sido un gol increíble, desde media cancha, le dice que espera que vuelvan a enfrentarse, le felicita otra vez y se aleja. Yasuda Gou... a ella le gustaría que hubiera sido alguien del equipo quien le felicitara.

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Yokozawa

No entiendo de futbol, no sé cómo funciona, sé que quien mete gol gana, pero hasta ahí.

No entiendo nada, la pelota va de arriba abajo y la tiene los verdes, luego los rojos, luego Zen... se hacen señales, se pasan la vos, se palmean el culo, se les pegan las camisetas por el sudor y, aun así, ahí siguen.

Tiempo extra.

Saque de esquina.

Faltas.

No, no se me grava nada. Pero Zen juega, Zen va arriba, era capitán en su colegio y es capitán ahora, la gente grita, los chicos vitorean, las chicas chillan. Sus gritos más agudos, sus risas con más estruendo. El partido ya está ganado, pero ahí siguen. Suben, bajan, el árbitro marca y ha terminado.