IX: "EN LA PLAYA II"

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- ¡JARED AYÚDAME! - grito asustada sintiendo que me ahogaría en cualquier momento.

¿Como llegué a este punto? Pues después de charlar un rato en el estacionamiento Jared me ofreció ir al agua un rato.

Jared se quedó en su extraño bañador de flamencos y se lanzó al agua sin problema, lo hubiera seguido feliz de la vida.

El único inconveniente es que le tengo terror al mar por lo que de solo sentir el agua en mis pies comencé a gritar histérica. Fue así como estoy ahora.

Editando el detalle de que me senté del miedo y las olas me querían llevar. Por eso grité más fuerte.

- Por favor Naranja. No sé por que, pero presiento que si te pusieras de pie no te estarían llevando las olas. - responde con ironía a mis gritos de miedo.

Me pongo de pie y pude ver que tenía razón. El agua me llegaba a la cintura. Lo observo y sonrío angelicalmente caminando un poco más hacía él.

- Ven naranja. Yo no permitiré que nada te pase. Confía en mi. - dice estirando sus brazos.

- Ven búscame - pido estirando también mis brazos y haciendo puchero de bebé.

Él comienza a reír y yo me cruzo de brazos molesta por su acción. Camina hacía mi y colocando sus manos en mi cintura me empieza a llevar.

El orgullo me mata pero la vida es primero así que me sostengo de sus hombros, mejor dicho, me aferro de sus hombros como si mi vida dependiera de ello, para mi lo dependía.

- No te aprietes de esa forma hermosa. Sueltate y relájate y comenzarás a disfrutar de la playa. - dice aguantando las ganas de reír.

- ¡No te burles! - exclamo golpeando su hombro pero cuando siento que me hundo en el agua casi me trepo sobre él.

Estalló en carcajadas haciéndome enojar más. Lo miro mal y comienzo a observar a mi alrededor.

- No te golpeo por que aprecio mi vida, si no, no te estarías riendo justo ahora. - digo molesta.

- Sabes que no puedes vivir sin mi. - dice sonriendo con egocentrismo.

Ruedo los ojos por su drama de "niño perfecto" y sigo observando el lugar.

Se veía tan bonito a pesar de que no veía los colores. El movimiento de las olas, el sol al atardecer, la calma de la playa vacía.

Estaba tan concentrada en el paisaje que el suave beso en mi mejilla me dejó tonta y estúpida.

- ¿Y eso? - pregunto observándolo con un leve calentón en mi rostro.

- No fue mi culpa, tu mejilla me sedujo. - dice poniendo cara de inocente.

- Ah claro - digo con sarcasmo.

Lo observo por un segundo y luego desvío la mirada. No pasan menos de varios segundos cuando vuelvo a sentir otro beso.

- ¡Hey! - exclamo observándolo seria, o al menos tratando.

- ¡Es tu mejilla! - exclama haciéndose el indignado.

- Entonces observare al otro lado para que no te moleste. - digo con una ceja levantada.

Vuelven a pasar varios segundos y siento un tercer beso ahora en la mejilla derecha.

- ¡Jared! - regaño comenzando a reír.

Lo abrazo fuerte para que no siga con sus tonterías. Cuando nos despegamos un poco su rostro estaba a centímetros del mio.

SACRIFICIO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora