No hay peor desgracia para un hombre que esperar a que una mujer se aliste para salir.Dos horas, dos horas llevo esperando sentado como tonto en un mueble a que mi preciosa damisela se preparé para salir a una cena familiar.
Dos horas en las que me memorice los versos escritos en los cuadros de la chimenea. En las que grabé el orden de las fotos y me aprendí el rostro de toda su familia.
Y aún después de todo ella no baja por esas escaleras.
Lo que se hace a veces por amor puede ser tan bonito como tan estúpido.
¿Pero que hacer?Estaba enamorado de esa chica como no tienen idea. Y si debía esperar cien horas más y aplanar mi trasero en el mueble lo iba a hacer.
Por suerte no necesité de ello ya que escuché unos tacones resonar en el salón y segundos después la vi parándose en el umbral de la puerta.
Me puse de pie y la observé desde el mínimo detalle hasta el mayor.
Llevaba un hermoso y elegante vestido adherido a su cuerpo que resaltaba perfectamente sus hermosas curvas.
- Wow - exclamo sorprendido.
¿Ya ves tonto? Esperar valió la pena.
Por primera vez estuve de acuerdo con mi consciencia. No voy a negar que había sido molesto esperar tanto pero...
Verla que ese hermoso vestido y la sonrisa sincera en su rostro me habían dejado más tonto de lo que soy.
- Deja de verme así. Pareces el lobo observando a caperucita. - dice ella sonrojada.
Me acerco a ella a paso lento y dejo un suave pero bonito beso en su frente. Luego echando su cabello hacía un lado me acerco a su oído.
- ¿Podemos llegar a la parte en la que el lobo se la come? - pregunto con picardía en su oído.
Cualquier otra chica me hubiera seguido el juego y justo ahora estaríamos en su habitación haciendo quien sabe que cosas.
- ¿Eso quieres? - pregunta dejando un beso cerca de mi cuello.
Eso me dejó sorprendido pero me gustó que hiciera eso. Uno nuestras frentes pero cuando iba a besarla llegó lo que viniendo de Catalina no me sorprende.
- ¡Mierda! - exclamo doblandome con las manos entre mis piernas.
- Te dije que dejes de jugar conmigo cariño. No me tendrás en tu corazón pero no entre tus piernas solo por que te quiera. - dice sonriendo y pasando por mi lado para salir de la casa.
Ese golpe con la rodilla si que dolió. Ya pronto no tendremos descendencia.
Me levanto como puedo y salgo aún quejándome por el golpe. Y la muy...hermosa está sentada en mi auto esperando por mi.
- ¡Vamos Jared! ¡Llegaremos tarde! - grita desde el auto.
- ¡Claro, tarde! Te quedas dos horas alistandote, me memorizo a toda tu familia. Me coqueteas y luego me golpeas. Nos dejas sin descendencia y a ti solo te preocupa llegar tarde. Pero claro, como los hombres no tienen sentimientos. - gruño con ironía.
Me subo al auto molesto y arranco a toda velocidad. Había un silencio sepulcral por mi molestia y sus ganas de reírse reprimidas.
- ¡Anda! ¡Ríete! - exclame molesto.
No pasó ni un segundo cuando ella estalló en carcajadas sin la mínima vergüenza o el mínimo intento de ocultarlo.
- Te viste tan gracioso gritándole al cielo. - dice entre risas.
- Anda, burlate. Ya llegará mi momento. - digo sin mirarla.
- Sabes que te quiero Jared. - dice mientras limpia una lágrima de su ojo derecho.
- Claro, misericordia tuvieron al dejarte quererme por que si me odiaras, ya sería estéril. - respondo con ironía.
Ella solo volvió a reír mientras negaba con la cabeza.
Habíamos llegado al restaurante. Bajamos del auto y un hombre se lo llevó.
- Buenas Noches, somos de la familia Williams. - avisa Jared.
- Siganme - dice el hombre comenzando a caminar.
Catalina venía a mi lado observando todo el restaurante con preocupación y ¿miedo?
- ¿Estás bien? - pregunto al ver que sus manos comenzaban a temblar.
- Estoy bien. - dice apenas en un susurro.
Cuando llegamos a la mesa su actitud empeoro. Su temblor era aún más notable y su rostro comenzaba a ser bañado por una fina capa de sudor.
Su vista estaba en un solo punto al que la mía también se dirigió para ver a un hombre de al menos unos 45 años de edad en una de las sillas.
Pasé mi mano por su cintura y la atraje hacía mi captando la atención del hombre.
Estábamos aún a un metro de distancia y los padres de Catalina no nos habían notado.
- Todo estará bien hermosa. Te protegeré de lo que sea. - susurro cerca de su cabello.
- Solo no me dejes sola. - dice apenas audible.
La apego más a mi y cuando todos nos vieron se levantaron para saludarnos. Nos sentamos en nuestros lugares, habían dejado a Catalina junto al hombre pero yo tomé su lugar y la senté a ella en mi puesto.
Aún faltaban Nicolás y Jazmín por llegar. Todos estaban hablando animados excepto Catalina y yo solo veía por ella.
La cosa explotó cuando llegó Nicolás y vio al hombre junto a mi.
- ¿Que hace este hombre aquí? - pregunta con los dientes apretados y viéndolo con furia.
- Ese hombre es tu tío y merece respeto. Siéntate que llegas tarde. - responde su madre con molestia.
- No, no pienso ser como ustedes. No pienso hacer la vista gorda mientras ese hijo de... Se sale con la suya. Tal vez a ustedes no les importa lo que pasa conmigo y mis hermanos, pero a mi si. - dice viendo a sus padres con odio puro.
- Nick... - intenta decir Catalina.
- No Catalina. Esto se acabó. Vámonos, ven conmigo Josh. - dice Nicolás.
El pequeño Josh se levanta y toma la mano de su hermano para luego estirar la otra en dirección a Catalina.
Ella me observó pidiendo ayuda y yo solo la hice levantarse y la voltee hacía mi.
- Mírame, sé que esto es difícil para ti. Sé que te duele demasiado pero tienes que ser fuerte hermosa. Tú puedes con esto y más. Debes tomar una decisión. La que decidas hazlo por ti, por que realmente sabes que serás feliz y que nunca te arrepentirás. Yo te apoyo en la que sea que tomes, a donde vayas, yo iré. - digo secando las lágrimas que bajaban por sus mejillas.
Ella asintió, tomó mi mano y viendo por última vez a sus padres tomó la mano que Josh le brindaba.
Salimos del restaurante pero justo en la puerta un recuerdo vino a mi. Todos se detuvieron a observarme confundidos.
- Así estabas anoche...Él...Él... - observé a Catalina para saber si era cierto lo que pensaba.Su mirada al suelo y las lágrimas nuevas en sus mejillas me lo confirmó.
Me quedé en shock por un instante y soltando su mano lentamente me la vuelta para regresar al restaurante.
Esto era grave...
¿Por qué?
Por qué tenía un arma en mi pantalón y estaba a punto de utilizarla.
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SACRIFICIO POR AMOR
عاطفيةTodos deseamos una vida color de rosa, incluso yo la deseaba. Pero...¿quien dice que debe ser rosa para ser perfecta? Mi vida era gris, en su totalidad. Y si, irónicamente era un fracaso en todo. Para lo único que era buena era para mi trabajo. Soy...